Retrato del pasado (titulo provisional) (17/06)

uno de estos dias
pero puede ser hoy no lo se
ahora lo vere
esto es deseperante

pero, por que? hay algún problema? si seguro que es genial!! ... yo no te estreso, solo decirte que lo poco que lei me gusto.

ya lo se, y no es eso
pero es k esta en el otro ordenador, y no podemos utilizarlo x k mi madre tiene miedo k en msn abramos algo k joda todo el ordenador, y la historia la tengo ahi
no tuve tiempo de pasarla a este ordenador, y eso es frustranta
pero ahora le preguntare a mi padre si m lo deja treita segundos

a bueno, si es eso tu no te preocupes... tu tranquila cuando puedas la subes

Bellatrix
ya lo se, pero tengo miedo de k mi madre haya borrado mi cuenta, o k no me deje entrar, diciendom k me joda
rangiku*
es una buena idea, alguien lo podria intentar
seguro k nos partiriamos de risa
"cien maneras de acabar con tu hermano, o hermana..."

Citación :

rangiku*
es una buena idea, alguien lo podria intentar
seguro k nos partiriamos de risa
"cien maneras de acabar con tu hermano, o hermana..."

jajajajajaja si, creo que me pondre a ello...algun dia lo publicare...pero primero debo documentarme para escribirlo....+w+ usare a mis hermanas como conejillo de indias

Citación :

habran un post con las mil formas de acabar con los herman@s,
animate rangiku !!!!! ^^

yo???? ryoko creo que deliras yo no podria publicar un tema asi...a parte que soy novata en esto xD

Citación :

Mañana intentare subir algo, donde salen dos personajes nuevos

ya estas tardando subelo >w<

Me llevé un susto tremendo, acelerándome el corazón a mil. Me di a vuelta para saber a quien pertenecía esa voz y me encontré de frente con Cris, que me miraba curioso. Hoy llevaba un pasamontañas como la primera vez que lo vi, cayéndole por la frente un par de mechones de color azabache.
- Vaya – conseguí articular al fin – Me has pegado un buen susto.
- Ya veo, estabas tan ensimismada en el cuadro que no me has oído llegar – sonrió
- Si, vine para devolverte la chaqueta – se la tendí
- Ya era hora, es mi chaqueta de la suerte, le encanta a las chicas.
¡Vaya!
- Es broma – nunca entenderé la mente masculina – Dime, ¿que es lo imposible? – miró el cuadro.
Me quite el medallón y se lo tendí.
- No entiendo.
- Es el misma que tiene esta mujer – la señalé
Observó atentamente el cuadro y luego el medallón, como antes había hecho yo.
- ¿Dónde lo encontraste? – no había ningún atismo de broma, estaba cubierto por una mascara de seriedad.
- Aquí en la cocina- ¿Por qué había cambiado tan de repente?
- Según tengo entendido fue la última dueña de esta casa- hablaba para si mismo – Ya que estas aquí, te enseñaré en resto – me devolvió el objeto de su cambio.

Salimos de la pequeña salita y subimos por las majestuosas escaleras que descansaban entre los dos enormes arcos. Me recordaban a las escaleras del Titanic.
Parecía que mi guía se había animado de nuevo y me contó que la mansión contaba con tres pisos. El segundo estaba ocupado por numerosas habitaciones y el tercero era un ático que abarcaba toda la extensión de la casa. Tos las habitaciones estaban cubiertas de polvo. Los muebles, al igual que los de abajo, estaban cubiertos porfinas sábanas, en otro tiempo blancas. Las paredes eran de colores claros adornados por numerosos cuadros de todos los tamaños, donde se veían caras sonrientes de otros tiempos atrapadas para siempre tras un cristal.

- No te sigo enseñando lo demás porque es todo igual, y no quiero que te aburras. Te voy a mostrar algo más interesante.
Me tomo de la mano y me arrastró por un pasillo, en el que se vislumbraba al fondo unas escaleras de caracol, un tanto oxidadas.
- ¿Esto no se vendrá abajo? – le pregunté un tanto temerosa por el gran estruendo que hacia las escaleras bajo nuestros pies.
- No te preocupes – le quitó importancia.
La escalera desapareció tras el techo. Cuando asomé la cabeza me tendió la mano para ayudarme.
- ¡Vaya!
Después de tanta antigüedad, habíamos vuelto al presente en un abrir y cerrar de ojos. Las paredes estaban recién pintadas de un color azul cielo y no quedaba ni rastro d ningún cuadro, estaba empapelado de diversos pósters de películas y cantantes. En el fondo de la habitación descansaba una batería y un piano eléctrico, había, a demás, decenas de estanterías repletas de CDs y libros.
- ¿Te gusta?- preguntó encantado ante mi reacción
- Cris, es una pasada, ¿pero como habéis podido meter todo esto aquí?
- Si te lo digo, tendría que matarte – me guiñó un ojo
- ¿Tocas? – señalé la batería
- La guitarra, digamos que me defiendo – se sentó en una butaca – Tenemos un …

No pudo seguir porque oímos unas voces procedentes de las escaleras, lo miré, pero su expresión había cambiado.
- ¡Vaya! – se quejó cruzándose de brazos
Al par de segundos, asomó por el agujero del suelo, una cabeza cobriza. Al verme, sonrió maliciosamente diciendo:
- Han, tenemos compañía.
Al momento, apareció otro chico de cabello castaño y la tez mucho mas morena que el anterior. Ambos llevaban anorases negros.
- ¿No dijimos que nada de traer a los ligues, Cris? – preguntó el chico que respondía a nombre de Han.
- No le hagas caso – me dijo Cris un tanto molesto.
- Supongo que esta es Maritza, ¿no? – al segundo lo tenía delante de mi – Tienes buen gusto, es guapa. Me llamo Johnny y este es Han, saluda ¿no? – se dirigió a su amigo.
- ¿no se supone que vendríais mas tarde? – no sonaba a pregunta
- Oye, que si quieres estar a solas con ella, solo dilo. – le dio un codazo a su interpelado.
- Es una amiga. – contestó cansado.
- A bueno, estonces nada. – se dirigió a mi - ¿Quieres tomar algo?
- ¡Eeehhh! Pues…- mira mi cara.
- Tenemos coca cola, seven up, cerveza,… ¿Algo de picar?
- ¿Quieres dejar de agobiarla? – protestó Han enfadado, que le mando una colleja a su amigo.
- ¿Por qué utilizas la violencia? Paz hermano. ¡Ay! Han Solito, como te hace falta una buena chica para que te cure ese carácter agrio.
Ira, rabia, después mas ira y rabia, cruzó por el rostro de Han. La venita de la frente le palpitaba de furia. Cris se interpuso entre los dos, aunque Han le sacaba una cabeza.
- Vamos chicos, por favor – dijo mirando a Han
- No te parto a cara porque ella está aquí – sentenció el interpelado
- No es para tanto, discúlpate – murmuró Johnny
- Ni lo sueñes, algún día… - y empezaron a discutir de nuevo.
Cris se acercó un tanto avergonzado.
- Disculpa porfa, son buena gente, pero deberían estar en el psiquiátrico.
- ¿Entonces por que estás con ellos?
Mi pregunta lo dejó trabado. Noté una pequeña vibración en el bolsillo, seguido de una conocida musiquilla. Saqué el móvil de la chaqueta y vi en la pequeña pantalla el teléfono de casa.
- ¿Si?- era mamá- …si, vale, ok- ya venía embolada a buscarme.
Aquellos dos todavía seguían discutiendo. Fui hacía Cris que se había vuelto a sentar en el taburete.
- Me tengo que ir ya, mi madre viene a buscarme – devolví el móvil a su sitio.
- ¿Tan pronto?- parecía desilusionado.
- Me gustaría quedarme más.- me encogí de hombros- Parecen simpáticos- señalé a sus amigos
- Bueno, pues te acompaño. ¡Eh, vosotros dos!
- ¡¿Qué?! – le gritaron al unísono
- Marisa se tiene que ir.- se levantó
- ¡Oh, no! ¿Ya te vas? Ves, es por tú culpa, Han. – le espetó enfadado.
- No, que va – dije quitándole importancia – Me reclaman en mi casa.
- ¡Qué pena! Espero verte por aquí pronto. ¿Te parece bien mañana? ¿Si? Estupendo- ¡Qué simpático!
- Si, bueno, si puedo- no sabía que decirle.
- ¡Claro mujer! – me plantó dos besos.
- Ya está bien – le cortó Cris un tanto molesto- Después tendremos una charlita.
- Bueno…- me despedí enfilando para las escaleras - … me gustó conocerlos.
Pude ver como Han asentía con la cabeza y a Johnny le daba un ataque de emoción. Bajamos por las destartaladas escaleras de caracol en silencio y volvimos a cruzar el pasillo de los cuadros, que apenas estaba iluminado. No me había dado cuenta de que casi había anochecido.
- Vaya, esto es bastante tétrico de noche- dije lo primero que se me paso por la mente.
- Si, pero tiene sus ventajas – parece que estaba de mejor humor – Con todos los rumores que hay de esta vieja mansión nadie se atreve a comprarla.
- Si, y también de…
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Y me quedo aqui porque si no se hace muy largo.
Si no pasa nada, subire algo el sabado ^^ (me encanta esta parte)

interesante...
sus amigos parecen simpaticos...
me gusta...
x k te gusta esta parte?
vamos, mi respuesta le sé, pero la tuya no

Gracias por el comemt Tria!!!!
Me gusta esta parte porque me diverti escribiendola y porque estos dos personajes van a salir mas adelante y me encantan porque para mi son una pareja muy comica, super diferentes, pero que se llevan muy vamos, como cualquier pareja de amigos ^^

Y la firma de la historia, que les parece???

m gusta
pero... lo siento, siempre pongo pegas a todo, por muy pekes k sean
pero, la foto en la k se abrazan, es un poco rara
es como si estuvieran estirados
bueno, digiste k ibas a subir algo, hoy
a pasado algo?

yo no le veo el estiramiento, pero si tu lo dices, la foto esta intanta, a lo mejor estan de puntillas o algo.
espero un poco mas tarde subir algo, el ordenador se esta portando mal hoy, con las malditas actualizaciones y esta internet trancado, el word trancado... hasta la musica T.T

Despues de pelearme con mi querido ordenata, y de miles de actualizaciones de kjfjufj ya he podido subir algo, antes me ha sido imposible porque he estado un poco malita...

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No calculé bien el tamaño del escalón, tocando mi pie solamente el aire, haciéndome perder el equilibrio. Ya me veía despeñándome por esas malditas escaleras y quedándome como un guiñapo, cuando sentí que me cogían de la cintura fuertemente y me tiraban hacía atrás. Los dos terminamos desparramados en la escalera principal. Tenía un fuerte dolor en la espalda. Me di cuenta de que Cris había amortiguado en mayor parte mi caída. Me levante enseguida para ayudarle.
- ¿Este bien? ¿Te has hecho daño? – le tendí la mano para ayudarle.
- Creo que si- dijo por fin cuando se puso erguido. Se llevó las manos a la espalda.
- Lo siento mucho.- ¡jo! ¿Por qué seré tan torpe?
- Sabes…para ser tan chiquita… pesas lo tuyo.- comentó haciéndose el gracioso.
- Te paso el comentario porque me has librado de un despeñamiento. Por comentarios mas pequeños, mi hermano ha parado peor.- bromeé
- Entonces tendré que tener cuidado contigo.
- ¿Quieres que te ayude?- pregunté amablemente.
- No gracias, puedo yo solo.
- ¡Hombres!
Bajamos lo que quedaba de escaleras despacio, mirando cada peldaño que pisaba. Cris no dejaba de soltar maldiciones mientras se pasaba la mano por la espalda.
- Creo que deberías ir a que te miraran eso.
Se paró en seco, mirándome muy serio. A media luz, su cara parecía salida de una peli de miedo.
- No se, pero siempre que te veo…- parece frase de telenovela- acabas por los suelos.
¿Pero de que va este tío? No paraba de reírse.
- No se a que le ves la gracia.- contesté mosqueada
- Si te…hubieras ja ja visto ja ja la cara.- consiguió decir a duras penas-Esta bien-se secó las lagrimas con la manga del suéter.-Tu madre debe de haber llegado ya.
Comenzamos a andar de nuevo, pero sentía que todavía estaba conteniendo la risa. Saltamos la valla, no había rastro de ningún coche en la solitaria calle. Metí las manos el los bolsillos de la chaqueta para resguardarlos del frío.
- Hoy estás mas contenta.- dijo rompiendo el silencio.
- ¿Por qué dices eso?- pregunté extrañada mirando al final de la calle.
- El otro día, no sé, estabas como deprimida.
Se oyó el sonido de un coche y unas luces abriéndose camino a través de la oscuridad. Al instante un Opel Astra aparcaba unos metros delante de nosotros.
- ¿Te pasó algo?- puse los ojos en blanco.- Vale.
- Me tengo que ir- señalé el coche gris metalizado.
- Me alegro de que te encuentres mejor.
Alguien se bajó del coche dando un portazo.
- Marisa, quieres moverte de una vez.- gritó
Me volví, me hermano me estaba esperando, pero no hice ademán de moverme. Eric se acercó a grandes zancadas.
- ¿Nos vamos?- preguntó notablemente enfadado.
- ¡Eh! Si, claro.- conseguí soltar de una vez.
- ¿Quién es este?- señaló a Cris con la cabeza.
- Cris Evans.- le respondió él.
- Es un amigo.- agregué. ¿por que demonios tenia que venir Eric?
- ¿Qué clase de amigo?-enarcó el seño.
- Un amigo. ¿No tenias prisa?- dije apurándole- Vamos.- le empujé.
Me despedí de Cris con un gesto y seguí empujando a mi hermano hacia el coche. Rodeé el vehiculo y entre en su cálido interior.
- No me gusta ese chico.- sentenció dando otro portazo.
- Pensaba que venía mamá. – me salí por la tangente, mientras me ponía el cinturón.
- La llamaron de la oficina- arrancó el coche- ¿De donde salió ese tío?
- Tu te juntas con gente rara y yo no te digo nada, hermanito.
- Eres una enana y ese tipo tiene pinta de quinqui.
- ¿Perdón? Anthony si que tiene pinta de quinqui, Cris no.
- ¡Ah! se llama Cris.
- ¡si te lo dijo! ¿Por que no prestas atención a la gente?
- ¿Es drogata? ¿Gótico? Pensé que tenías mejor gusto.
Te estás metiendo en terreno peligroso querido Eric.



- Ayúdame por favor, ayúdame.- esa voz estaba llena de angustia y súplica.
Provenía de un estrecho y largo pasillo. Podía notar bajo mis dedos el frío granito que cubría la pared. El fuego de las antorchas bailaba al compás del aire que entraba por algún conducto.
- Date prisa, hay poco tiempo.- era de nuevo la voz femenina.
Sentí una presencia detrás de mí. Me vire pero no había nadie o tal ves si. ¿Dónde está esa mujer? Me pedía ayuda pero no podía encontrarla. Seguí caminando, hasta que al final del túnel vi una luz. Era muy cálida. De repente, entro una corriente de aire muy fuerte que me alborotó el pelo. ¿Que era aquello? La luz se apagó y todo quedó a oscuras.
Silencio.
No.
No hay silencio. Pasos. Si muchos pasos. Vienen de atrás. Tengo que huir. Corro hacia donde segundos antes estaba la luz, pero tropiezo con algo y me caigo. Tanteo el suelo y doy con la causa. Mis dedos recorren la superficial lisa y redondeada. No del todo, hay dos agujeros. Lo suelto de inmediato. Las pisadas se oyen más fuertes. Oleadas de pánico recorren todo mi ser. No consigo ponerme en pie, aunque sigo avanzando en la oscuridad, hasta que noto que alguien o algo me toca. Grito con todo el aire de mis pulmones.

um...
interesante, muy interesante
tengo un par de preguntas (es para una encuesta jajaja);
te vas inventando la historia poco a poco?
o ya te sabes el desarrollo?
y otra cosa mas
k es esa cosa lisa y redondeada con agujeros?
bueno, creo k esto te lo digo siempre, pero sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!
x fa

no t preocupes, esta bien:
da un aire de suspense
piensas:
por que tiene esos suenios?
y por que...
eso es lo que da la intriga

Me incorporé en la cama rápidamente. Sentía como un sudor frío cubría mi frente y el corazón me latía a cien por hora. Al momento entro mi madre anudándose aún la bata. Se acerco a mi cama, encendiendo la luz. Me miró angustiada.
- ¿Cariño estás bien?- me cogió la mano, sentándose.
Todavía me daba vueltas en la cabeza aquel sueño.
- ¿Has tenido otra pesadilla?
- ¿Cómo?- no le había dicho nada.
- Anoche, cuando fui al baño, sentí que estabas llorando y entré. Me asustaste mucho.
- ¿Por qué no me despertaste?- no me acordaba del sueño de anoche.
- Como decía tu abuela, cuando veas que alguien llora en sueños, no lo despiertes porque está expirando sus pecados.
- Hace varias noches que tengo la misma pasadilla. Pero no es nada.- le dije para quitarle hierro al asunto.-Será mejor que vayas a la cama.
- ¿No quieres que me quede?- me preguntó amorosamente.
- No hace falta, no soy una cría.
- Está bien.- me besó en la frente.
Al rato todo volvía a la calma de la noche.



- Bueno, ¿entonces me acompañas?- puse mi mejor cara de corderito degollado
- Está bien.- suspiro mi amiga Luci.
Estábamos en el Soldier y hacia más de media hora que intentaba convencerla para que me ayudara. Así, después de apurar los últimos sorbos del refresco, pusimos rumbo hacia el archivo histórico.
Después de casi media hora llegamos al pie de la escalinata donde descansaba el enorme edificio del siglo XIII que albergaba toda nuestra historia. Impulsada por la alegría subí las escaleras de dos en dos. Pronto traspusimos las enormes puertas que estaban gustiodadas por dos enormes leones de piedra con las fauces abiertas. Nos dirigimos hacia el mostrador que hacia juego con el resto de los muebles de la gran sala. Detrás había una mujer de unos cuarenta y pico años, con un maquillaje excesivo, que no paraba quieta ni un momento.
- disculpe- le dije tímidamente
- ¿¡Ein!?- las gafas se le habían resbalado hasta la punta de la nariz.- ¿Les puedo ayudar en algo?
- Si,…quisiéramos saber…- no sabia como explicárselo-Estamos haciendo – mire a Luci con complicidad- un trabajo para el instituto sobre casas desabitadas. Quisiéramos saber quien fue el último propietario de la mansión que esta en la Urbanización Audley.
- ¡Ummm! La urbanización Audley. Por esa zona solo hay una casa, la de los O´Conner, hace bastante tiempo que esta abandonada- si supiera- Yo no les puedo ayudar pero… - nos guiñó un ojo- conozco a alguien que si. Seguidme por favor.
Salio detrás del mostrador y nos invitó a seguirla. Abandonamos la sala, guiándonos por un amplio pasillo que desembocó en una sala mucho mayor que la anterior. Estaba llena de estanterías con innumerables libros. Nos perdimos por uno de los pasillos, llegando a una pequeña habitación, donde se encontraba una mujer bastante mayor, de unos setenta años, que estaba leyendo un periódico.
- Ágata, aquí te traigo unas chicas que estás interesadas en la mansión de lo O´Conner- se apoyó en el marco de la puerta.
- ¡Uff!- suspiró- ¿Por qué queréis saber de eso jovencitas?
- Para un trabajo del instituto- contesto por nosotras la recepcioncita- Bueno, os dejo tengo trabajo.
La mujer desapareció como un fantasma. La anciana nos invito a sentarnos en unas sillas de cara a ella. Soltó el periódico encima de la mesita auxiliar que tenia delante.
- Para un trabajo ¿eh?- se rió entre dientes- Por donde empezar… guardo silencio durante unos segundos- Ya-abrió los ojos- La cas de los O´Conner se construyó unos años antes de que ellos se casaran. Una mansión muy lujosa para la época. Si, ella descendía de una familia muy rica, pero el era un muerto de hambre. Les costó mucho pero consiguieron casarse. Je je. En 1929 se instalaron ahí. Se construyó ahí después de demoler un viejo convento que había estado desabitado durante muchos, muchos años. Elizabeth era muy hermosa, según decían, tenía una cabellera larga y cobriza. Si. Tuvieron un hijo al que llamaron Henry. Pero la felicidad no les duró mucho. Según cuentan las lenguas, ella se volvió loca, siempre decía que alguien la perseguía, que la observaban todo el rato. La pobre.- la anciana suspiró- Pero una noche, una terrible noche la mujer desapareció…
- ¿Desapareció? ¿Cómo que desapareció?- le cortó mi amiga
- La paciencia es una virtud-¡Y a veces una perdida de tiempo! – Como sois los jóvenes- cerró los ojos cansados por los años- Abandonó a su esposo y a su hijo cuando este contaba con tres años. Pobre imbécil, le contaba a todos que su mujer veía cosas y que se la había tragado la pared – soltó una carcajada- El pobre se volvió loco y cuando Henry tenía 15 años, se voló la cabeza. Pero dejo una carta diciendo que se la habían llevado una voces, que tenía unos sueños muy raros y…
No me pude aguantar más, ¿esa mujer tendría los mismos sueños que yo hace casi 100 años? Me incliné hacia delante para preguntarle, haciendo que el medallón se saliera de la camisa, quedando oscilando en mi cuello.
- ¿Y Elizabeth…?
No pude seguir porque la mujer se había quedado blanca como la nieve que caía fuera.
- ¿Se encuentra bien? – le preguntó Luci levantándose
Ágata respiraba con agitación. Se había agarrado tan fuerte a la silla, que tenía los nudillos blancos.
- ¿Quiere que…?- me levanté
- No, fuera, fuera.- se levanto como un resorte- ¡LARGO DE AQUÍ, MARCHAOS!- gritaba como poseída
- Pero señora…- noté como Luci me agarraba del brazo.
- Vámonos.- me susurró
Salimos rápidamente de allí. Al pasar por la recepción, Luci le dijo a la atareada mujer, que Ágata se había puesto mal y salio corriendo en su ayuda.


- ¿ Que demonios le ha pasado?- por fin me salían las palabras cuando di una bocanada de aire frío
- Pues no lo sé, será de la edad. No le des importancia. Supongo que ya tu curiosidad estará satisfecha.
- Pues no, ahora quiero saber más.
Enrollándose la bufanda en el cuello soltó un bufido.

esto se vuelve interesante.
k sabe la mujer sobre el medallon?

El día anterior había sido perfecto. Por la tarde había venido casi toda la familia para celebrar la nochebuena, pero hoy…teníamos que ir a almorzar en la cas del amigo de Eric… Josh. No lo había vuelto a ver desde aquel día y a medida que avanzaba la mañana, mi carácter se agriaba como el vinagre. A pesar de todo, mis padres y los suyos habían sido amigos desde la Universidad y todos los años celebrábamos el día de Navidad en su casa o en la mía.
A la una y media ya estábamos en camino y mi madre se había pasado toda la mañana en la cocina haciendo un pastel de arándanos, el favorito de Mariela, la madre de Josh. Cuando llegamos, ésta, no recibió con una cálida sonrisa invitándonos a pasar. Me llegó un intenso olor a limón. Ania fue corriendo a abrazar a Mariela y a enseñarle lo que le había dejado Papá Noel. Al momento salió Jorge, y él y mi padre se fundieron en in gran abrazo de oso. Parece que no había moros en la costa.
- ¡Hola Eric!- saludó entusiasmado Josh, que bajaba las escaleras.
¡Error! ¿Qué podía hacer? ¿Un dolor de barriga o una terrible jaqueca? No mejor, un desmayo, siempre funciona en las pelis.
Iba guapísimo, con unos pantalones vaqueros desgastados y una camisa azul de botones. El pelo lo llevaba cuidadosamente en punta, con su respectivo quilo de gomina y ¡Marisa corta el rollo!
- ¿Sabes que peque? Papá Noel te dejo algo- dijo Mariela
- ¡De verdad!- se le iluminó la cara- ¡Que bien!
Ania salió disparada hacia la sala y al momento volvió como una exhalación, tomándome de la mano.
- Vamos Mi, también ahí uno para ti- me empujó- ¡Vamos!
- Ya voy- mi hermana contagiaba a todos con su buen humor.
En una esquina del salón se alzaba un majestuoso árbol de Navidad adornado con un montón de bolas y guirnaldas. En la chimenea colgaba los típicos calcetines. Espero que hubiera recibido mucho carbón. La enana se abalanzó sobre un considerado paquete, arrancando rápidamente el papel de regalo.
- ¡Mira Mi! ¡Que guay! La casita de verano de la.
- Barbie. ¡Esta cultísima!- daba saltos de alegría.
¡Ay! Es un caso perdido. Cojió la caja, tambaleándose a causa de su peso y fue corriendo a enseñárselo a los mayores. Me encantaba verla tan feliz. Cuantas veces había estado en esa sala tan contenta y hoy solo quería salir corriendo. Desde afuera llegaban las risas de los demás. Era una decoración peculiar. Una pared estaba llena de fotos de toda la familia de Josh y por supuesto, la de sus mejores amigos no podía faltar. Había una de cuando yo tenia catorce años y él me seguía viendo así.
- ¿No vas a abrir tu regalo?- preguntó Josh a mis espaldas.
Me di la vuelta y ahí estaba yo perdiéndome otra vez en sus ojos grises. Me tendió un pequeño paquete. Lo cogí.
- Gracias.- le contesté secamente.
Desenvolví el paquete, encontrando en su interior una pulsera de plata, una Pandora completa. Este año estaba de moda.
- Cada una representa las veces que he intentado pedirte perdón.
- ¡Chicos, a comer!- gritó Jorge desde el comedor.
¡Salvada por la campana!

que tierno
josh es majisimo
ya me gustaria conocerlo...
um... me haces soñar con esta historia

hace un montón que no me pasaba por aquí, pero ya me he puesto al día... aun no se quien me gusta más si josh o cris... ¿hay alguna posibilidad aun de que sea josh el "prota"?

Guau!!!
me encanta!!

publica pronto
me caen bien los amigos de Cris, jeje ¿quien no esta un poco loco?

Creo que Marisa deberia olvidarse de Josh, si muy bonito lo de la pulsera pero lo que la ha hecho no tien perdón,
bueno es solo mi opinion, pero espero que acabe con Cris!!

Ya no os aburro mas

besos

wow...q tierno eso q le dijo....

joder!!!!q se calle y se vaya!!!

yo no iba ni por casualidad...me iba a la casita cn cris...jeje

me gusta tu historia..segui...

bessoss

Bienvenidas a las nuevas y gracias por seguir este fic loco .... en fin...

Aqui un cachito de lo siguiente, ^^ porque no he podido actualizar antes por los dichosos examenes que me tiene loca... deberian pagarnos por estudiar xDDD



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La gran mesa estaba llena de un montón de cosas ricas. En el centro había una paellera tapada con aluminio. Siempre en la mesa de Mariela había un plato español. Nos sentamos en la mesa y empezamos a disfrutar de la comida.

Después de cenar, los chicos se fueron al salón y nosotras nos quedamos recogiendo la mesa. A Jorge le habían dejado un nuevo juego para la play y los cuatros se estaban divirtiendo como niños. ¡Qué se le vamos a hacer! Ania jugaba al lado de la mesa con Oni y desde la sala venían las carcajadas de los chicos.

- ¿Quieres cariño? – me pregunto Mariela sirviendo el café en sus tazas de porcelana.

Puse los ojos en blanco y ella se echo a reír.

- Antes a Josh no le gustaba, pero míralo ahora, salio mas cafetero que su padre.- se echaron a reír las dos.

- ¿De que os ríes?- preguntó Josh entrando en la cocina.

- De ti hijo.- consiguió decir entre otro ataque de risa

- Gracias mamá.- contestó sarcásticamente abriendo la nevera.- ¡No hay cerveza! ¿Por que no hay cerveza?- miró a su madre.

- No tengo la culpa de que seáis unos borrachines. Vete a comprar.

- ¡Hummm...! La gasolinera estará abierta.- salió de la cocina.

- Ayer vino el tío Marco y apostaron a ver quien bebía mas cerveza y terminó en el hospital.-se volvió a echar a reír.

Fuerte humor.

- ¿Pero está bien?- preguntó mi madre preocupada.

- Claro, él ya está acostumbrado.- dijo quitándole importancia.- Casi lo echaron del hospital por intentar ligar con las enfermeras.

Menos mal que mi familia está dentro de los cánones de la normalidad. Josh volvió a la cocina. Se había puesto una chaqueta de piel.

- Voy a comprar. ¿Me das dinero má?

- ¿Me ves cara de banco? Pídeselo a tu padre.

- ¿Me acompañas Marisa?

¿Perdón me hablas a mí?

- ¿Marisa?- me dijo mi madre apretándome el hombro.

- Savoy.- susurré sin ganas.

Me levante pesarosa, pero no iba a ir sola con él. Me acerqué a Ania y me agaché para ponerme a su altura. Le susurré muy bajito para que solo ella me oyera.

- ¿Vienes conmigo a comprar?

- No me apetece.- me contestó sin mirarme.- Hace frió en la calle.

- ¿Cuanto dinero quieres a cambio?

Alzó la mirada, eso siempre funcionaba con ella. ¿A quien abría salido?

- Lo que tengas mas la paga de la abuela, o no hay trato.

Hay que joderse con la enana.

- Está bien. Trato echo.

- ¿Nos vamos?- dijo Josh desde la puerta.

Salió brincando hacia él y le tomó de la mano. Yo les seguí al momento.

De camino hacia la disa, esos dos estuvieron todo el rato hablando, menos mal que la había traído conmigo. ¡De algo tendría que servir tener hermanos pequeños!

Al entrar a la tienda me llegó una ola de calor, tenían el aire acondicionado a los topes. Ania fue derecha a la sección de las revistas.

- Voy a coger las cervezas.

Se deslizó detrás de mí, perdiéndose entre las estanterías.

- ¿Dónde se habrá metido Ania?- pregunté para mi misma.

Fui hasta las estanterías de los chocolates. Chocolate… me encanta. Cogí una con avellanas.

- ¡Jo no es justo!

- Esa es la voz de Ania.

Solté la tableta y fui a buscarla. La encontré forcejeando con un chico por una revista.

- ¡Es mío!- le gritó, dándole una patada en las canillas.

- ¡Joder, maldita cría!

Dejo caer la revista y se agarró a pierna soltando maldiciones.

- ¡Pero Ania! ¿Qué has hecho? – le reprendí acercándome a ella.

- Yo lo ví primero. Se defendió enfadada.

- Pero no es para comportarse así, pídele disculpas.

- ¡No!- puso los brazos en jarra.

- Deberían de meterte en un…- decía mientras se incorporaba

- ¡¿Cris ¡?- le corté al chico

- ¿Marisa?- me miró detrás de sus lentes oscuros- ¡Vaya!

- Mi, ¿este es tu novio?- dijo “inocentemente” tirándome de la chaqueta.

- Si, no, no, quiero decir…- ¡Yo te mato Ania!- Cris, esta es mi hermana pequeña, Ania.

- ¡Que simpática la niña! ¿Juegas al futbol?

- No, solo practico ballet- le respondió dulcemente.

- Perdónala, es así.- me agache a recoger la revista. Le eche un vistazo a la portada.- no me lo puedo creer, ¿os estabais peleando por una revista de Stars Wars?

- Se la quería comprar para Johnny, pero tu hermanita se adelantó- dijo con resentimiento.

- Yo la ví antes.- le enseñó la lengua- Le voy a decir a Josh que me la compre.

- ¡Pero Ania!

Cuando quise detenerla, ya se había escabullido.

- No pensaba encontrarte aquí- me sonrió

- ¿Te duele?- yo también he sufrido los ataques de Ania.

- Un poquito, pero solo falta que me atropelle un camión.

- No será para tanto, pero, ¿a que viene lo de las gafas?

De verdad, nunca e entendido a la gente que se ponen las gafas de sol cuando no hay. Mi respuesta llegó cuando se las quitó y dejo a la vista un buen morado en el ojo derecho.

- ¡Valla!- se me escapó una risa, él volvió a ponerse las gafas.

- No te rías.- dijo incomodo.

- Lo siento.- pobrecito, en le fondo me daba pena.

- Estás muy guapa.

Bueno la verdad es que iba más arreglada que otras veces, hoy el día lo exigía. ¡Odio estos momentos! ¡Auxilio!

- Sabes, el otro día fui con mi amiga Luci a los archivos…- maniobra de evasión.

Le conté lo que nos había dicho Ágata y que nos había echado de ahí a la patada. Cris también parecía sorprendido por su comportamiento.

- Espero me hayas satisfecho tu curiosidad.

- ¡Que! Pues claro que no. Ahora quiero saber más.

- Deberías dejarlo.

- Solo es un poco de trabajo de investigación.

- No tienes remedio, ¿vio tu collar?

- Pues, creo que si.

Se acercó más a mí y extendió su brazo. Nos separaban unos escasísimos centímetros. Mi cuerpo se estremeció cuando mi pecho entró en contacto con sus fríos dedos, que cogían mi medallón. Con la otra mano se quitó las gafas poniéndoselas en la cabeza. Me miró unos instantes con sus penetrantes ojos verdes. El feo orado no apagaba su belleza. Volvió a mirar el medallón.

- Bueno, tal vez…yo debería…- empezó a decir muy bajito.

- ¿El que? -susurré conteniendo la respiración.

- Pues yo…yo…

- ¿Marisa?

De un golpe volví a la realidad sentí que Cris ponía distancia entre nosotros. Josh y Ania estaban parados ante nosotros. ¡Mierda! Mi hermana se acercó y me mostró la revista, muy pagada de si misma, y le volvió a enseñar la lengua a Cris.