Retrato del pasado (titulo provisional) (17/06)

SI ESO!! jejejejejeje... tienes que seguir, cuando cuelgas más????

SIGUE SIGUE
X FA
O ARÉ LO K T DIJE

el jueves?
k suerte, yo empezé el dia 2
una lata
y ademas d 9 a 5
otra lata
bueno, t deseo suerte para el primer dia de cole del año




Y SIGUE ESCRIBIENDO (cuando puedas)

yo hasta el día 29 no empiezo me encantan las vacaciones... jeje

k suerteeeeeeeeeeeeeeeeeeee
bouaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
no es justo

o.o....aun no hay conti???
dijistes que la subias hoy ryoko >w<...

Citación :

yo hasta el día 29 no empiezo me encantan las vacaciones... jeje

el 29???? o.o....que suerte Bellatrix!!!! >.<....yo empece ayer y casi no llego a mi casa viva T.T la facultad mata a cualquiera u.u

tu tambien tienes suerte
no vale!
solo por estar en un colegio de otra necionalidad, empiezo antes

Bueno chicas el cacho prometido, mas largito que el otro, para desvelar al hombre misterioso xD
(Jo que envidia empezar el dia 29)

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Acercándome a mi mascota, me agaché y le acaricié despacio el lomo.
- Venga, tranquilo, no pasa nada – dejó se gruñir, pero su cara mostraba desconfianza- ¿Quién eres?
- Eso debería preguntártelo yo. Espera, tu cara me suena - ¿Ein? ¿Pero de que va éste? - Eres la chica de la nieve – sonrió
- ¿Perdona?
- Si, la batalla de nieve, ¿te acuerdas? – se acercó y Oni gruñó – parece que no le caigo bien a tu perro.
- Ay, ya, tú fuiste el de la bolita.
- Bueno, indirectamente, sí. Me llamo Cris.
- Marisa y este es Oni.
- ¿Se puede saber porque estás durmiendo aquí?
¿Por qué será tan entrometida la gente?
- Te puedo preguntar lo mismo. Me gusta esta casa.
- ¡qué gusto! – puso los ojos en blanco
- Será mejor que me valla. Aunque si me puedes decir donde queda la calle Baloy, sería genial.
- No comprendo- puso los brazos en jarra – Si no sabes como llegar, ¿Cómo demonios llegaste aquí?
- Bueno, es la segunda vez que vengo, aunque la otra vez vine con unos amigos y …
- ¡no me digas! ¿Hace como una semana? – preguntó con entusiasmo
- Más o menos, ¿Por? – soltó una carcajada
- Estuvo buenísimo. Yo creo que ese día estaba aquí con unos amigos.
- ¿Y? – mira que hay gente rara
- Ese día vino aquí un grupito. Había una tía que estaba histérica.
¿Una tía histérica? ¿Se estará refiriendo a Reachel?
- ¡No puede ser!
- Yo creo que si, no se cuantos erais, pero había una tía paranoica…y cuando se puso a gritar, bueno… fue la bomba
- Tuvo sus razones – la defendí
- Salisteis huyendo como…como…- el ataque de risa no le dejó terminar
- Aquí hay malas vibraciones- le contesté cortante- salimos corriendo porque se cayó algo por las escaleras y nos asustamos. Eso es todo- me estaban entrando ganas de borrarle esa sonrisa a puñetazos
- No hay fantasmas, a Han, un amigo, se le ocurrió daros un pequeño susto. Tiró por las escaleras aquel calendabro.
Señaló detrás de mí. Al girarme ví que unos centímetros del pie de las escaleras, descansaba un calendabro de bronce. Creo que Reachel mataría a alguien se supiera esto.
- Para recompensarte por el susto, te acompaño a casa.
- No hace falta gracias- puse mi mejor sonrisa
- ¡OH vamos! No voy a hacerte nada. No soy un acosador.
- Está bien –Aunque la verdad no me apetecía ir a casa, a parte de una buena bronca y de un castigo de, esta vez por vida, me esperaba volver a recordar el motivo de mi huida. No se que era peor.
- Bueno, las damas y perros primero – dijo cortándome el hilo de mis pensamientos
Recorrimos los escasos metros que nos separaban de la puerta principal. A la luz de la mañana no parecía tan terrorífica. Al abrir la puerta entró una fuerte ráfaga de viento helado, haciendo estremecer cada poro de mi piel. No me había acordado de coger el abrigo en mi precipitada huída y encima nevaba todavía.
- Será mejor que te pongas esto – se quitó su chaqueta de cuero negro.
- No, no hace falta- otro escalofrío – no hace tanto frío
- No claro, y yo soy Paul Mc Cartney. Póntela– me ordenó
- Está bien.
Al llegar al muro, él saltó primero y yo me agache para que Oni me utilizara de trampolín. Cuando era un cachorro lo utilizábamos en casa de m abuela para saltar la verja he ir a la huerta.
Durante todo el camino, Cris no paró de hablar ni un solo minuto. Me contó que hacia un par de meses que se había llegado a la ciudad porque habían trasladado a su padre y que su madre era escritora. Era hijo único y estaba en el mismo curso que yo, obviamente no en el mismo instituto si no me acordaría de su cara, pero repitiendo.
Allí había conocido a sus mejores amigos Han y Johnny, que estaban un poco locos pero eran gente legal.
Cuando me di cuenta, estábamos en la Plaza San Jordi.
- Bueno, hasta aquí te he guiado yo y te he contado mi vida, obras y milagros. Ahora te toca a ti – le miré a los ojos, que me llamaron mucho la atención, nunca había visto un verde tan intenso
- ¿Te pasa algo?
Aparte la vista de inmediato, súper cortada.
- No nada, es por ahí - Señalé la calle que se perdía de la vista al cruzar el parque.
Reemprendimos la marcha, con Oni todo el rato entre los dos. Le conté que vivía con mis padres, mi monstruosa hermana pequeña y el imbécil de mi hermano. Toda mi vida he vivido en la misma casa en el barrio residencial de Belbin, pues mi madre había heredado la casa de mi abuela. También le hablé de mis amigos Luci, Reachel, me pregunto cual era la histérica, Alex y Simon, y de no se cuantas cosa mas. Cero que nunca había hablada tanto si apenas interrupción.
Cuando estábamos a un par de casas de la mía, me pare, la sonrisa se me había ido de un plumazo. Oni salió corriendo y en un instante atravesó la valla del pequeño jardín que adornaba la entrada.
- Supongo que vives ahí
- Si – sería genial que no hubiera nadie
- ¿Es Guantánamo o algo así? Porque se te ha quedado una cara- me miro con intriga.
- No, claro que no- fingí una sonrisa
Al escuchar los ladridos y arañazos en la puerta, siempre lo hacía cuando llegábamos de pasear, esta se abrió y salió mi hermana pequeña, que enseguida acarició a su gran peluche, que le indico donde yo estaba. Llamó a gritos a mi hermano y salió corriendo hacia mí.
- ¡Marisa!- salvó los últimos metros saltando hacia mi- Donde te habías metido- me abrazó –Mama esta muy preocupada.
- ¡Hey enana! No pasa nada- le devolví el abrazo – será mejor que entres, hace mucho frío.
- ¿Pero Mi? – hizo pucheritos.
Eric estaba de pie en la acera con los brazos cruzados. Tenía el rostro inescrutable.
- Será mejor que me vaya – nos interrumpió Ya sabes donde encontrarme- sonrió
- Vale, gracias por acompañarme.

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El sabado a ver si subo algo, si sobrevivo a la rutina estudiantil

que bien!! me cae bien este chico... espero impaciente el sábado

k biennnnnnnnnnnnnnnn

lo mismo digo
peeeeeeeeeeeeeeeeeero(siempre hay peros)
Marssa no tiene mucho cuidado, no es precaviada
pero kda bien con Cris

k lleeeeeeeeeeeeeeeeegue
k lleeeeeeeeeeeeeeeeegue
el SÁBADO
ójala el tiempo fuese mas rápido...

no t echaras atras?

Ya llego el sabado y por la tanto ya callo la conti ^^
Claro y toda la noche por fuera trae sus consecuencias...

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Ví como se marchaba con paso firme sin mirar atrás. Ania me tiró de la chaqueta, sacándome de mis pensamientos.
– ¿Quién es? ¿Por qué estaba contigo? ¿Es tu novio? ¿Por qué te fuiste? ¿Donde estuviste? Mamá estaba muy preocupada, han ido…- Dios, parecía una metralleta.
- Ania, Ania, respira, estoy bien, ¿ok? Vamos adentro.

Me agarró fuerte de la mano, como si tuviera miedo de que me fuera de nuevo. Entramos en casa seguidas por Eric. No tenia ganas de enfrentarme a él, seguro que me iba ha echar una bronca y luego la de mi padre y la de mi madre (nunca venían en el mismo paquete) Él sabia muy bien porque me había ido.
- Peque, vete a jugar- le dijo acariciando sus juguetones rizos
- Pero Eric – protestó desilusionada – Quiero quedarme con Mi.
- Venga hazme caso, mañana te llevo al cine- maldito chantajista.

La cara de Ania se iluminó, si supiera, mejor dicho si entendiera que la estaba comprando… se alejó al momento saltando. Me indico con gesto de que pasara a la sala. Me deje caer en el pequeño sillón, hasta ahora no había notado el terrible cansancio que sentía. La verdad es que no me atrevía a dirigirle la palabra.
- ¿Estás bien? – aquella pregunta me descolocó, parecía que estaba preocupado de verdad. Solo asentí con la cabeza.

Fue al teléfono y marcó. Al instante dio con quien quería hablar.
- Ya ha vuelto a casa- silencio – Si, vale… hasta ahora.
Un nudo se me atravesó en la garganta, espero que solo llamara a mis padres. Se volvió a sentar, frotándose la sien con el índice. Ese gesto solo lo hacia cuando estaba concentrado el algo.
- Supongo que te debo una gran disculpa- me miró muy serio- Me siento muy culpable por lo que pasó. Yo… yo no tenia ni idea de que estabas allí…
- Pero aunque no lo supieras no tuviste ningún reparo en decirle…decirle… - se me atragantó la palabra.
- Marisa, se que me pase y también te pido disculpas por Josh – al oír ese nombres, unas lagrimas gritaron por salir – pero aún así, no tendrías que haberte ido, no sabíamos donde estabas…
- Ni con que te importará- le corté – no me iba a quedar aquí mientras los dos os burlabais de mi – me levanté de un salto, una furia contenida gritaba por salir – podré ser todo lo pequeña, tonta y estúpida que quieras – las lágrimas me ganaron – pero tengo sentimientos, vale.
- Por favor déjame explicarte – se levantó
- No, quédate aquí o mejor, vete al infierno.

No era muy original, pero no me salía otra cosa. Salí corriendo hacia las escaleras. No me detuvo, solo se percató de que no me marchara. Me encerré en mi cuarto con llave y me lancé en la cama, que me recibió con un frío abrazo y lloré desconsoladamente hasta que no me quedaron más lágrimas. Odiaba a mi hermano y a Josh. También a mi misma por idiota.
Al cabo de media hora, más o meno, escuché unos suaves golpes en la puerta. No me moví ni un centímetro.
- Cariño abre – era mamá – Marisa quiero hablar contigo, no te voy a pelear- dijo con ternura.
Me levanté sin ganas, le quité el fechillo y volví a echarme. Sentí como abría la puerta y se sentaba en la cama. Me acarició el pelo.
- Eric me contó lo que pasó – su voz estaba bastante afectada – tu hermano y papá te siguieron pero te perdieron de vista ¿Dónde estuviste? Llamamos a tus amigos, pero ninguno sabía nada de ti – se le quebró la voz
- yo no quería preocuparte – la abracé con fuerza – pero me sentía muy mal y no quería quedarme aquí, no se si me entiendes.

Se limpió las lágrimas con la manga de su suéter de lino verde y respiró profundamente.
- Cielo, yo también tuve tú edad y me llevé alguna que otra desilusión. Supongo que después de lo que pasó, no querrás que Josh te de clases, ¿verdad?
Negué con la cabeza. Ya bastante humillación había pasado.
- No es un mal chico, estaba muy preocupado y arrepentido de lo que dijo. Quiere pedirte disculpas.
- No quiero verle ni oírle. ¿para que repita lo que le dijo a Eric? No gracias- me enrosqué en la cama.
- Te entiendo. – hizo una pequeña pausa – Ania me dijo que te vio llegar con un chico…
Vete a saber lo que le habrá dicho la enana.
- Un amigo, Cris.
- Nunca me habías hablado de él- comentó curiosa.
- Hace poco que le conozco – respondí con indiferencia.
- ¿Dónde pasaste la noche? - ¿Qué se estará imaginado esta mujer?
- Debajo de un puente.
- ¡Marisa! – vale, no cuela, pero no se lo iba a decir- vale, cuando quieras me lo cuentas, pero que sepas que estas castigada durante un mes, sin derecho a postre y fuera ordenador – sonrió
- En una casa abandonada en la Urbanización Audley.
Me miró desconfiada
- Si no pregúntale a Oni. – le contesté ofendida
- Si supiera hablar, seguro que mentiría mejor que tú.
- ¡Mamá! ¿No estarás pensando que yo y ese chico…? – se me subieron los colores
- Eso, lo has dicho tú, no yo – se levantó- Bueno la sentencia es que mañana tú y Eric tendréis que limpiar el sótano.
- ¡¿Qué?! Se supone que la victima soy yo
- Se siente. Él por lo callarse y decir las cosas con propiedad y tú por escaparte.
¿Y se tiro a Eric por las escaleras del sótano y finjo que fue un lamentable accidente?
- Y no es una escusa para provocar accidentes, ¿entendido?
Joder, mi madre es adivina.

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como aperitivo el proximo cacho un poco de risa (o a mi me lo parece xD)

jajaja
yo pienso lo mismo
pero con mi ermana
lol!!!!!!

tu sigue
dentro d poco yo, seguire con la mia
tengo varias hojas, pero no tengo tiempo

me encanto esta conti >w<

Citación :

¿Y se tiro a Eric por las escaleras del sótano y finjo que fue un lamentable accidente?

creeme yo lo he intentado, pero no se lo creen xDDDD
jajaja yo tengo dos hermanas y de las dos he intentado librarme siempre, pero sin ningun resultado positivo >.<....
Por cierto eso de sobornar a la hermana me trae recuerdos (yo hago lo mismo xD)
Continualo o la que caera por las escaleras seras tu +w+.....xD

para cuando más?? gracias...

kiero saber
ryoko, kiero saber
RYOKO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!KIERO SABER!!!!!!!!!!!!!
mas, mucho mas
muestrano, ensenianos ( no tengo enie en el teclado)
keremos aprander
por favor, ensenianos bouaaaaaaaaa bouaaaaaaaaa
kiero aprander, bouaaaaaaaaaa

YA HE VUELTO!!!!!!^^ No he podido subir antes porque he estado ocupadilla con el maldito nuevo curso (es dificil empezar en un sitio nuevo ) Pero me reconforta la idea del megapuente de diciembre (5 DIAS LIBRES ) aunque es adelantarse un poco ^^U
esta parte esta ambientada en navidades, que fue cuando escribi esta parte,me encanta la navidad
Ejem a veces pienso en voz alta anque seria escribir un pensamiento... bueno no me agais caso que se me va la bola resaca de tantas horas exclavisadas T.T
Sin mas dilacion (redobles de tambores) la continuación xDDDDDDDDDDDD


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A la mañana siguiente desayunamos como si nada hubiera pasado, salvo por las miradas de odio mutuo entre Eric y yo.
A las doce ya estábamos cubiertos de polvo, a juego con el mobiliario del sótano. Había más trastos inútiles que en Ikea ¿por que demonios no los tiran? Y cajas, toneladas de cajas con revistas de hace siglos de mi abuela, montones de periódico de 1950, percheros, viejos muebles de asquerosos bichos. ¿Por qué yo? Solo faltaba que saliera algún espíritu.
- Todo es culpa tuya – le recriminé sacudiendo una vieja manta raída
- Culpa mía claro, también tengo la culpa de haber nacido.
- Pues si, si hubieras nacido chica nada de esto sucedería.
- Sería peor porque te quitaría a todos los chicos, seria más guapa que tú.
¡Dios, dame una razón para no matarlo!
- Todavía no pueden meterme en la cárcel – sonreí con malicia
- ¿Qué dices?- se me quedó mirando – Tú estás definitivamente loca.
Cogí lo primero que encontré para no tirarme a su cuello.
- Sabes hermanita, esta semana, bueno la que viene, traen a un prestigioso psicólogo a la facultad. – comentó como quien no quiere la cosa.
- ¿y? – a mi que me importa. Seguí con lo mío.
- Que seguro que le interesa tú caso.
- ¿Mi caso? – me dejó trabada
- Si – sonrió – Idiotis agudis, por falta de neuronas y las que quedan, con complejo de pereza.
Calma, cuenta hasta diez, mejor hasta mil. Le tire una revista pero la logro esquivar, y chocó contra una caja.
- ¡Estás loca!
Di unos pasos y mis pies se toparon con una vieja pelota de Ania…que esta vez, dio en la diana…
- Joder…Marisa…yo…- dijo sin aliento.
Creo que dio demasiado en el clavo…
- Voy a buscar hielo- no sabía si reírme o compadecerme
Subí de dos en dos los escalones y corrí hacia la cocina.
- ¿Ya habéis terminado?-me preguntó papá sin despegar los ojos del periódico.
- No exactamente, es que Eric ha sufrido un pequeño accidente en su ego masculino- cogí la bolsa del congelador.
Me miró con cara de no haber entendido nada.
- Papá en su cosa- porque tenía que ponérmelo tan difícil – Será mejor que lo veas
Lo agarré de la mano y lo arrastré al sótano. Allí encontramos a mi hermano enroscado en el suelo, soltando toda clase de maldiciones. Papá se agachó a su lado.
- ¿Con que se ha dado?- je je
- Yo enfadada, una pelota…toma el hielo
- Y encima con una pelota de niña. ¡Qué poco aguante tienes hijo!
Creo que eso le dolió a Eric más que el pelotazo. La noble misión de exterminar hasta la última motita de polvo y ejércitos de bichos, se pospuso hasta que mi hermano se recuperara de “tan lamentable accidente”, pero siempre he dicho ¡limpiar causa muchas bajas!
La tarde del lunes la dedicamos a ir de compras compulsivas para preparar todos los detalles para la cena de nochebuena. Siempre me han gustado estas fechas. Venían a cenar mis abuelos paternos, porque abuelo Saúl desde que había enviudado se había dedicado ha recorrer el mundo y hasta mi tía la sargenta, y no porque lo fuera, que odia las Navidades, a saber por que.
Cuando el coche ya no soportaba mas peso, emprendimos la vuelta a casa. Al llegar, me acordé de que tenía algo que devolver. No le mentí como pensaba al principio a mamá, y hasta se ofreció ha llevarme. Volvimos a la carretera con la pesada de mi hermana. Tardamos como diez minutos en llegar, que fácil era llegar en coche, porque a pie…
- ¿Quieres que te espere? – me preguntó intentando disimular su preocupación – Esa casa no me da buena espina cariño.
- Si, que lo digan a Reachel- recordé aquel momento- Bueno, quiero decir que a la luz del día se ve menos… terrorífica, quizás.
- Bueno, si tú lo dices – no estaba muy convencida
- Yo también quiero ir, quiero conocer a tú novio.
- Ania, no es mi novio - ¿Quién le enseña estas cosas?
- Al menos llámame y vendré a buscarte, ¿de acuerdo?
- Siiiii- me deslicé del coche.

Esperé a que arrancara y se alejara para saltar la valla, aunque sería mas práctico forzar el candado que estar saltando la vallita cada dos por tres. Pero esta vez, calculé mal y me fui de boca poniéndome perdida de barro, ¡Qué asco! Me limpie la cara como pude, gracias a la pantalla del móvil y como no podía estar más presentable, fui directamente a la puerta por la que había entrado la otra vez con los chicos. Hice el mismo recorrido que hace unas semanas, con la diferencia de que había más luz y tenía la certeza de que los fantasmas eran de carne y hueso.
El gran salón estaba desierto. Descarte que se encontrara en la cocina y opté por
traspasar la segunda gran abertura, por la cual la otra vez no fuimos. Pase debajo del gran arco, percatándome de que no era liso, estaba completamente lleno de extraños relieves. La habitación que se abría ante mis ojos era más pequeña que la anterior. A mi derecha se alzaba una enorme chimenea y una alfombra canela cubría cada centímetro de la habitación. A parte de eso no había nada más. Pues no, en una de las paredes había colgado un cuadro de importantes dimensiones. Me acerqué más. Era una pintura de una mujer muy hermosa. Llevaba un vestido pasado bastante de moda. Sus rasgos eran muy dulces, como de una madre amorosa, pero en sus ojos se reflejaban una profunda tristeza. Tendría unos ventipicos años. Pero me lleve una sorpresa cuando me percaté de que su cuello estaba adornado por un colgante y no era la primera vez que lo veía. Parecía que era de plata y llevaba un gravado alrededor de su borde.
Nerviosa metí las mano a través de la capas de ropa que llevaba puesta y saqué el reluciente collar. Hacia unos días que lo había llevado la joyería para ponerle una cadena. Lo mire detenidamente y al segundo al cuadro. No había ninguna duda, era el mismo.
- ¡Es imposible! – no cabía en mi asombro
- ¿El que es imposible? – dijo una voz a mis espaldas

k interesante...
k pasara?
chan, chan, chaan...

jajajajaja me encanta el carácter guerrero de marisa... para cuando más??

lo mismo digo
de k sera capaz la proxima vez?
tirara a su hermano por las escaleras, a ver si rebota como una pelota?
o simplemente le volvera a dar en el mismo sitio hasta terminar con el?
jejeje era broma

por cierto tria, te recuerdo que tu también tienes un relato o fic pendiente ¬¬... jejeje

ya lo se
pero es k lo k viene a continuacion, no se... no se si ponerlo...
puede k un trozo, saltandome lo k kiero saltarme
aora lo pongo

mierda, igual no puedo sta en el otro ordenador
tu spera ya aviso