Lo prometido es deuda^^
Este está dedicado a Ale, a Yess, a Anii, a JessCullenWayland, a Ragoan y a Kimi
Capítulo 3. Segunda parte:
Erika quería salir corriendo de allí, aquella figura de dientes puntiagudos le producía escalofríos por todo el cuerpo.
- Dime dónde está y te permitiré seguir viviendo –respondió Kyle-… por ahora.
El extraño profirió una amarga carcajada.
- ¿Vas a hacerlo delante de ella? –preguntó entre risas indicando con la cabeza a la joven.
Kyle murmuró alguna palabrota y miró a Erika, iracundo. El chico gruñó levemente e intentó encender el interruptor de la luz, pero sin éxito.
- ¿Te crees que no me he cargado primero la red eléctrica de la casa, perro doméstico? –dijo burlonamente.
¿Perro doméstico? ¿Qué pasaba allí? Era el peor insulto que había escuchado en su vida, pero pareció herir ligeramente a Kyle. Este estiró su brazo disimuladamente, intentando alcanzar algo sobre la mesa del pasillo. Una linterna. Cuando la cogió apuntó rápidamente al desconocido.
- Ciao bambino –dijo burlándose y, a continuación, encendió la linterna.
La luz dio de lleno al extraño, haciéndole retroceder. Durante un segundo, Erika pudo vislumbrar algo de él. Era un chico, un chico de unos catorce años, quizás un poco más. Era pálido, como un cadáver. Tenía unos dientes largos y puntiagudos que le asomaban bajo el labio. Sus ojos eran oscuros y estaban medio hundidos. Llevaba ropas extrañas, parecían viejas y atrasadas a su época, pero no pudo ver más. El joven había saltado ágilmente por la ventana. Kyle se asomó rápido por ella articulando una palabrota, justo a tiempo de ver cómo salía corriendo por la calle, desapareciendo en la oscuridad entre quejas y gemidos.
Kyle tomó del brazo a Erika y tiró de ella, haciéndola salir de la casa. Corrieron, la chica sin saber aún por qué. Pronto, el joven le había sacado una gran distancia, corría tremendamente rápido. De vez en cuando aminoraba el paso para dejar que Erika le alcanzase. Mientras lo hacía, no dejaba de murmurar cosas como “Podría correr más rápido si…”, “Debería ponerla a salvo y luego…”, y otras palabras ininteligibles. Erika siempre había sido bastante rápida pero Kyle tenía una velocidad sobrehumana.
- Siento ser tan lenta –dijo jadeando.
- Siento ser tan rápido –respondió vacilando-. No pasa nada, pero date prisa.
- ¿Has reconsiderado lo de dejarme en casa?
- En estos momentos mi casa es más peligrosa que un bar de carretera lleno de borrachos hostiles.
Erika imaginó la grotesca situación y se estremeció. Tenía muchas preguntas pero le pareció que no era el mejor momento para hacer algunas de ellas.
- Oye, Kyle… ¿qué era eso? –se decidió por esa cuestión.
- Quién era eso. Era Dustin, un niñato de 341 años.
- ¿¡Qué!? Kyle, no tiene gracia, me asusté de verdad.
- No te estoy tomando el pelo, tonta. ¿Te crees que estoy de humor para bromear?
No, no lo estaba, se veía en sus ojos., en aquellos ojos que le eran curiosamente familiares. Pero, de todo modos… ¿¡341 años!? Tenía que estar bromeando, no hay humano que viva tanto… Humano. ¿Y si no era humano? Erika había visto películas en casa de sus amigas cuando decía que iba a comprar comida, el monstruo más parecido al tal Dustin era un… vampiro. “¡Pero no puede ser! ¡Los vampiros no existen!”, gritaba para sus adentros.
- Sí, es un vampiro. Puede que no me creas o no me quieras creer, pero es cierto –dijo Kyle, como adivinando sus pensamientos.
Un vampiro… por eso se ahuyentó cuando le apuntó con la linterna. Erika intentaba asimilar la información, pero lo único que conseguía es que le surgiesen más preguntas.
Seguía corriendo pero la chica no sabía hacia donde se dirigían.
- Kyle, ¿adónde vamos?
- A rescatar a mi hermana… pero primero a ponerte a salvo.
- No, yo también quiero ir.
- Erika…
- ¡No, Kyle! ¡¿Después de lo que acabo de ver pretendes que me quede tan tranquila?! ¿Y dónde tienes pensado dejarme?
El chico calló, bien por la impresión o por la duda. Erika esbozó una sonrisa. “Le he pillado”, pensó riendo. Hubo un prolongado silencio hasta que finalmente, Kyle respondió.
- Vamos a un supermercado abandonado, los vampiros son muy cutres con lo de las guaridas secretas. Se supone que están en obras, pero es sólo una tapadera para que no les molesten.
- Ah… ¿y cómo tienes pensado rescatarla?
- Entrar, matar unos pocos chupasangres, coger hermana, matar otros pocos chupasangres, salir… ¿qué te parece?
- Pues muy esquemático. Así dicho suena bastante fácil.
- Sí, bueno… primero pararemos en una casa, tengo que hablar con alguien.
Durante el resto del camino no hablaron. Kyle seguía comentando por lo bajo y Erika se sentía un poco mal por no poder ir a su ritmo. Llegaron a un bloque de apartamentos bastante viejo. Tenía unos seis pisos y todas las ventanas estaban cerradas.
Kyle se acercó a la puerta corriendo y buscó un nombre en el telefonillo. Llamó al cuarto B y enseguida abrieron la puerta, sin necesidad de respuesta. Subieron las escaleras rápidamente. En el apartamento B, la entrada estaba abierta. Pasaron dentro y Kyle aporreó la puerta de una habitación.
- ¡Eloy! ¡Soy Kyle, despierta y ven! –gritó- ¡Pero sal vestido! –agregó enseguida.
Se oyó un gemido tras la pared y, poco después, apareció un chico de unos dieciséis años. Tenía el pelo a media melena negra y unos ojos verdes deslumbrantes. Era muy atractivo y tenía apariencia fuete, casi tanto como Kyle.
- ¿¡Pero qué quieres ahora!? ¡Estaba dur…! –cayó al ver a Erika- Hola… ¿quién eres?
- Hola, soy Erika. He venido con Kyle.
- ¿Desde cuándo tienes una novia tan guapa? Todas tus novias siempre han sido unas pavas estiradas –le dijo a Kyle mientras guiñaba un ojo a Erika y esta se sonrojaba.
- No es mi novia –espetó poniéndose rojo-. Y no eran pavas, sólo eran unas descerebradas que me querían por el físico.
- Ah, ¿y no es lo mismo? –respondió entre risas.
- Bueno, luego podemos debatir eso, ahora necesito vuestra ayuda. Mi hermana ha sido raptada por vampiros.
¿Vuestra ayuda? ¿Es que había alguien más en casa?
En ese momento, Eloy se puso blanco y corrió hacia su cuarto. Al poco rato salió peinado aunque con el pelo alborotado y vestido con unos vaqueros desgastados de color claro, una camiseta negra de tirantes y unas deportivas blancas. Cogió la chaqueta que tenía en el perchero del pasillo e hizo alguna llamada por el móvil.
- Ya está. Ahora me lo explicas detenidamente… -se detuvo al ver a Erika- ¿Ella también viene? –Kyle asintió- Pero es sólo una chica, es preciosa y tal pero eso a los vampiros les da igual.
Erika se volvió a poner roja. Tenía que reconocer que el chico tenía labia y sabía cómo tratar a una chica.
- Vale, Casanova, luego si quieres le sigues tirando los tejos pero ahora te recuerdo que mi hermana ha sido secuestrada. Erika viene porque Dustin la ha visto e irían a por ella si no estuviese con nosotros. Además, Juddy tiene sus razones para quererla a nuestro lado, está investigando lo de su marca… -respondió señalando la gota emborronada que tenía Erika pintada en la parte interior de la muñeca.
Eloy se acercó a la chica y la tomó la mano, dándola la vuelta delicadamente. Pasó su mano suavemente por la marca y luego la soltó, mirando fijamente a los ojos a Erika.
- Interesante… quizás por eso Juddy fue a ver a los vampiros. Ya sabes, hay familias vampíricas con marcas de gotas de sangre, igual pensó que esta chica pudiera ser su descendiente. Luego, ellos pasarían de Juddy, ella se cabrearía y acabaría a zarpazos con ellos, ya la conoces…
Kyle le dirigió una mirada furtiva y Eloy captó la advertencia de que callase. “¿Qué ha dicho de malo?”, pensó Erika. Entonces, los chicos salieron de la casa hablando, seguidos por Erika. La chica sólo pudo captar fragmentos de su conversación, pero era evidente que hablaban de ella. De vez en cuando, uno de ellos se giraba y ella se hacía la distraída. Una vez en la calle, Kyle se dirigió a Eloy en voz alta.
- ¿Dónde están todos? –dijo medio enfurruñado.
- Deberían estar al caer.
Una vez dicho eso, un montón de hombres y mujeres de todas las edades se empezaron a acercar a ellos desde la oscuridad de la calle.
- Ya están aquí –dijo Eloy saludándoles.
Espero que os guste^^
PD: siguiente cacho en la página 18