Bueno, pues aquí os dejo un capitulo para +18. Me he inspirado en los fan-fics de Magnus y Alex asi que, para mi opinión, hay demasiados detalles. Peeeeeeeeeeeeeeeeeeeero, bueno, espero que os guste
Y muchas gracias a todos aquellos que lo leeis
CAPITULO 9:Clary les contó todo lo que había ocurrido y de que le conocía, no se salto nada, necesitaba contarlo o estallaría. Habría esperado una racha de ira de Jace o al menos una mala cara, pero su expresión no cambió en absoluto cosa que realmente enervó a Clary. Después de que cada uno hablase y sacase su conclusión habló Magnus.
-Es un Ibethi. Un demonio extraño. Mata a sus víctimas conquistándolas. Se transforma en alguien increíblemente sexy, como podéis observar – dijo señalando a su doble – las atrae hasta él y cuando su víctima está totalmente a su merced la descuartiza y se come sus restos.
Clary se estremeció, pero encontró la mano de Jace sobre su espalda sujetándola.
-¿Puedes acabar con él? – dijo Jace a Magnus
-Solo por dejar de ver ese horrible conjunto, sí – contestó mientras ponía una expresión de asco.
-Ven conmigo, vamos a hablar – susurró Jace a Clary
Mientras se iban pudo ver como el verdadero Magnus sonreía a Clary. Fueron a su habitación aun que seguía con la toalla. Se le había secado el cuerpo pero de su pelo seguían cayendo de vez en cuando gotas de agua. Le había contado todo lo que pasó, ahora le tocaba a Jace
-Verás, el otro día, en la fiesta, cuando te fuiste pasó algo. Estaba mal, me dolía verte así, sabía que algo pasaba y tú no lo podías remediar. Se me acercó… no sé quién o qué fue, solo sé que empecé a tomar copas que me traían y que hice algo malo esa noche.
Se estaba destrozando por dentro y Clary lo notaba. No sentía que fuese culpa de él al igual que le había pasado a ella. Se sentó junto a él en la cama, le agarró la mano y empezó a maldecir.
-Mierda de magia, mierda de demonios, mierda de todo esto – pero en al acto se arrepintió de sus dos últimas palabras. Sí todo eso no existiese él y ella no estarían donde están ahora, juntos.
Jace se giró y le dio un beso en la mejilla pero ella no permitiría que eso quedase así. Jace era suyo e iba a conservarlo. Antes de que pusiese girar de nuevo se acercó a sus labios y los tocó con precaución con los suyos. Jace le respondió con un beso apasionado. Colocó su mano sobre su cintura cubierta por la suave toalla mientras sentía como Clary le acariciaba una mejilla.
-Lo siento, aun que no sé muy bien que pasó, lo siento. – dijo Jace cuando se separó.
Clary mantenía su mano sobre su cara. No iba a contestarle de palabra. Solo había una forma de demostrarle que lo amaba más que a nada y que ella también lo sentía.
Le volvió a besar pero esta vez su mano paso a su cuello y se fue enredando en su pelo. Sus cuerpos se iban arrimando cada vez más hasta que su toalla empezó a humedecer la camisa a Jace. Empezó a desabrocharle los botones, dulcemente, sintiendo cada uno de sus músculos con las yemas de los dedos. Jace tampoco se quedó quieto, empezó a subir su mano hasta encontrar el lugar donde se sujetaba la toalla. La soltó dejando el pecho de Clary al aire pero de cintura para abajo cubierto. Cuando ambos tenían la parte de arriba totalmente desnuda.
Jace tumbó a Clary sobre la cama quedando entre sus piernas aunque la toalla apenas se había movido. Empezó a besar el cuello a Clary pasando por sus hombros y bajando a sus pechos. Se entretuvo con sus pezones haciendo que soltase algún que otro gemido de vez en cuando. Para sorpresa de Clary, él siguió bajando. Jugó con su ombligo y fue marcando la línea que formaba la toalla con su piel con besos. Clary estaba disfrutando de lo lindo y se había jurado que esta vez, su vergüenza quedaría fuera de aquella habitación. Cuando Jace quitó la toalla de su lugar lo único que pudo hacer fue agarrarse a la almohada y gemir de placer. Cuando Clary estaba lo suficientemente mojada Jace paró con la intención de quitarse los pantalones. Apenas habiéndose levantado cinco centímetros, sus pantalones junto con sus calzoncillos, desaparecieron.
-De nada Jace – se oyó gritar a Magnus en el pasillo
Lo ignoró. En aquel momento solo existían él y Clary. Se volvió acercar a ella. Cuando sus caras estaban a la misma altura Clary volvió con el concierto de gemidos, esta vez acompañada de Jace. Pasaron largo rato siendo uno parte del otro, hasta que quedaron tumbados en la cama cubiertos por la toalla. Jace rodeaba con los brazos a Clary mientras ella se recostaba sobre su torso
-Te quiero – dijo Jace mientras le besaba en el pelo
-Y yo – respondió Clary levantando la cabeza para besarle.
En ese momento se oyeron golpes en la puerta y un chasquido. Aparecieron vestidos de repente mientras Magnus abría la puerta y se asomaba
-Tenemos problemas
Malo. Magnus casi nunca tenía problemas y cuando decía eso, es que eran preocupantes