The Darkness: La oscuridad.

jajajajaja!!!!!!!!!!! tia, k no sabes k?????? k ya no tengo escrito mas! pero tranki, que lo tengo to desarrolado, lo que pasa q está en mi cabezita!!!! mañana seguro que subo mas trozos, y asi resolvemos el enigma!!!!
ah!!!!tas enterao!!!???? van a hacer una peli de CAZADORES DE SOMBRAS!!!!! una amiga de la Uni me lo ha enseñao, venía en una revista de cine, y ponía.....(no te caigas de la silla) que Alex(nuestro Jace) está en negociaciones paa un papel....(cual sera....................)

GRACIAS!!!!!picnik?????????k es eso??????????????

sisisisiiss!!!!!! me harias un gran favor!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! aver, te lo mando todo por un mensaje privado vale????
aora te lo mando!!!! un beso yoliiiiii!!!!!y gracias!!!!!!!!!!!!!!!

hola!!!

me sigue gustando!!!!

pero como me dejas asi???

xq nio se besaron??

hubiera sido mas....emocionante...y mas cruel para alex...

bessoss

p.d:te gustaria q ponga alguna de mis historias??

claro!!!!!pro k no has dixo antes que tu tmbien escribes???????????????????????????????
ponlas, que yo me paso y las leo, prometido!!!!!!!!!
besitosssssssssss!!!!!!!!!!!!!!!!!

Muy bien! Bube un poco más. por favor.

pues tendras q esperar un poquito, porq todavia no la temino del todo vale??

hola!!!!
vale breyo, trnki k yo espero!!!!!!
ola ainhoa!!1
aki va mas!!!!

CAPITULO 2.

Entro en la habitación con lentitud pasmosa. Cassie está en mi cama, y Kira en la otra. ¡Genial!
Pero la barriguita no parece estar haciendo caso de nada, solo habla por el móvil, como siempre…
Cassie se levanta como una exhalación y me mira con ojos desorbitados.
-Donde te habías metido!?-exige saber-llevas mas de dos horas por ahí.
Era cierto. Después de mi desafortunado encuentro con Adrian, había estado dando vueltas como una idiota por todo el reformatorio.
-Por ahí, como tu muy bien has dicho-digo de mala gana, todavía resentida con ella por no creerme. La esquivo y me tiro en la cama, boca abajo. A los pocos segundos, noto como Cassie se sienta en la cama. Los muelles, viejos y gastados, hacen un ruido metálico exasperante.
-Estás enfadada conmigo?-quiere saber, ahora, su tono de voz, mas suave.
-No, Cassandra-digo yo, irónica-este es el tono de voz que empleo cuando me embarga la dicha. Estoy hecha unas castañuelas-añado en voz mas baja.
Cassie duda unos instantes.
-Alex, yo te creo-dice al fin, y algo en su tono de voz me hace volverme hacia ella. de nuevo llorando. No puedo ver a la gente llorar-te creo, por que eres mi amiga, y eso es lo que hacen las amigas. Pero tienes que comprender que me resulta muy duro todo esto…la muerte…y…y….-pero no puede continuar, y se tumba en la cama amortiguando el llanto.
“seré estúpida e imbécil” pienso, acordándome de pronto que su padre ha muerto hace escasos dos meses.
Tengo mas poco tacto que una sardina, me regaño. Miro a Kira, que en ese momento se está levantando de la cama. Ella también me mira.
-Estoy fuera-dice, indiferente-llamadme cuando haya acabado la terapia de grupo.
Antes de que pueda decirle cuatro cosas, abre la puerta, sale, y cierra de un portazo. Me quedo mirando la puerta unos segundos, y después, con un suspiro pesaroso, me vuelvo hacia Cassie. Le acaricio el pelo, para que se tranquilice.
-Lo siento, Cassie, vale?-digo, hablando con ternura. Me resulta extraño escuchar ese tono de voz en mi, pero ver a la gente llorar siempre despierta mi lado protector-perdona.
Después de dos o tres bufidos de malestar, Cassie se incorpora y se seca las lágrimas con la manga del mono Dolce. Me mira, sus ojos entrecerrados e hinchados.
-Yo también siento no haberte creído-me dice, y pone su mano sobre la mía, que descansa encima de la colcha. Sonrío-si dices que viste a Adrian, lo viste. Y yo no soy quien para decirte que mientes. Yo también me sentiría frustrada si supiera algo con seguridad y todo el mundo andara desmintiéndolo por ahí.
-Lo se, es de lo más exasperante-coincido-verás, ahora, cuando he estado fuera….
Le cuento todo lo relativo a mi encuentro con Adrian, y a como me ha hablado. Aunque me salto religiosamente la parte en la que nuestros cuerpos se juntan y nuestros labios casi se besan. Es algo que no hace falta que Cassie conozca. Cassie ni nadie.
Ella me mira con los ojos muy abiertos.
-Me da muchísimo miedo-reconoce, mientras distraídamente se pellizca una pierna con suavidad-incluso mas que antes. Pero deberías contárselo a Stevens!-exclama de pronto-ella debería saber que alberga bajo “su techo” a un asesino en potencia!
Suelto una carcajada amarga.
-contárselo todo a soy-una-zorra Stevens? Creo que no. Bastante tirria me tiene ya, como para que me tome por loca, o por mentirosa.
-Pero tu estás diciendo la verdad!-se indigna Cassie.
-Si, claro, y por eso todo el reformatorio menos tu y yo tiene la certeza de que Adrian estuvo en una habitación distinta-explico yo-incluso la chica esa de los ojos achinados me dijo que había estado con ellos. Incluso Stevens dice que ella misma le asignó ese cuarto.
-Puede estar equivocada…dice Cassie, aunque no parece muy convencida.
No contesto, si no que me limito a mirar por la pequeña ventana de mi cuarto.
Sabía que Stevens no me creería por el mismo motivo que sabía que Adrian era un asesino: era totalmente de locos, pero era la verdad. Y yo no podía hacer nada por evitar que así fuese.
En ese momento, Kira entra en el cuarto.
-Stevens quiere verte, morenita-me dice, sus ojos puestos en Cassie-y tu ya te puedes ir yendo. Esta es mi habitación.
-Como que quiere verme?-pregunto yo, ignorando sus comentarios.
-Pues así de simple: quiere verte ahora en su despacho-contesta Kira, entrando en la habitación y sentándose en su cama.
Me levanto con lentitud, pero Cassie me agarra por la muñeca.
-¿Quieres que vaya contigo?-me pregunta, con los ojos aún entrecerrados debido al llanto anterior-puedo…
-No, no hace falta-digo yo, sonando mas segura de lo que en realidad estoy-solo querrá ponerme en ridículo una vez mas, decirme que no soy la más indicada para verter acusaciones, bla, bla, bla…

muybien, Claudia. Sube un poco más, wapa.

sorry ainhoa pero me tengo k irrrr!!!!!! cuando venga subo masss ok???? un beso!!!!

mmmm....

q querra esta tia??

porfis, pon más!!

bessoss

vale

holaaa!!!!!ya estoy akiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!! bueno, aki va un caxitoooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!


Le pregunto a Cassie donde está el despacho de Stevens, y después de un abrazo que deja entrever que por lo menos, alguien en esta vida, a parte de Jules, se preocupa por mi, ella camina hacia su cuarto y yo hacia el infierno.
No puedo ni imaginarme que es lo que querrá Stevens. Supongo que decirme que no puedo ir por ahí llamando asesino a un chico al que ni siquiera conozco.
Pero yo podría argumentar que lo conocía más que a otros chicos, añadiendo que nunca había tenido un momento tan íntimo con nadie como el que había tenido antes con Adrian. Eso dejaría claro que para mí ya no es un simple desconocido. Las razones son varias, entre la que destaca el hecho de que por poco me besa. Bien estos argumentos servirían para cualquier persona cuerda y en su sano juicio, tenía la total certeza de que para Stevens no iba a ser suficiente.
Con un suspiro resignado, bajo las escalera y llego al segundo piso, tal y como me ha dicho Cassie, y busco el despacho numero 1. No me sorprende. Stevens no se conformaría siendo el número 2.
Llamo a la puerta con los nudillos, deseando que Stevens no lo oyera, y poder tener la excusa de que ella no lo había oído. Pero mis esperanzas se fueron extinguiendo conforme la voz de Stevens se oye fuerte y clara desde el otro lado de la puerta.
-Pasa.
Obedezco. Abro la puerta y me encuentro con un espacio mas o menos bonito, comparado con el tugurio de reformatorio de nombre Jonh Stones. El escritorio que gobierna la estancia es de madera muy oscura. Mi madre hubiera dicho, con su voz de la que se cree superior “es madera de nogal, muy exquisita”. Para mi madre, todas las mesas de madera son de nogal.
Las paredes son de un color entre el negro y el gris, y hay muy pocos adornos. Una lámpara de araña cuelga del techo, y Stevens sienta su enorme culo en una silla roja. Me mira a través de unas gafas de montura blanca.
-Siéntate, Foster-dice, haciendo un gesto con la mano en dirección a una silla que hay frente al escritorio. Tras un segundo de duda, avanzo hacía allí y me siento con parsimonia. No quiero que note que estoy nerviosa por lo que tenga que decirme.
Con un suspiro apenas perceptible, Stevens se quita las gafas con un movimiento rápido y las deja sobre la mesa. Tiene ojeras, le noto unas medias lunas debajo de los ojos.
-Creo que me debes una explicación-comienza, juntando las manos, apoyadas en la mesa-y al señor Gray, también. Me refiero a Adrian-añade, al ver mi cara de desconcierto. Después de lo acaecido esta mañana en el autobús-continúa-creo que es lo mínimo que puedes hacer. Además, ¿de donde sacaste idea semejante?
-¿Qué quiere decir?-pregunto, confusa.
-Asesinada a base de martillazos…-me mira con esos ojos suyos tan fríos y repelentes-¿Cómo se te ocurrió asustar a todo el mundo con ese embuste?
-Yo…-yo no me había inventado eso exactamente. Es más, me lo había dicho Cassie, por que dijo que la enfermera así se lo había hecho saber.
-Usted no puede ir por ahí aireando algo que es completamente falso-me interrumpe Stevens bruscamente-ha escandalizado a medio reformatorio.
-Pero yo vi….-comienzo, con intención de contarle todo lo concerniente a Adrian.
-Se lo que vio-me interrumpe de nuevo-varias personas me han contado lo que usted se ha dedicado a gritar a los cuatro vientos. Pero eso es imposible. Yo misma estuve con Adrian casi toda la jornada, viendo como curaba la herida de un anciano. Y usted se limita a gritar a pleno pulmón que Adrian Gray es un asesino.
-¿Y por qué está aquí si no?-pregunto yo, incapaz de contenerme.
Stevens me dirige una mirada iracunda.
-Eso no es asunto suyo-dijo al fin-si cree que debe saberlo, pregúnteselo usted misma. Pero e advierto…que no es asunto suyo.
Antes de que pueda decir o hacer nada, llaman de nuevo a la puerta. Stevens da permiso para entrar y me revuelvo en mi asiento cuando veo que es Adrian el que entra en el despacho. Se que se me nota sorprendida, pero él, o bien lo esconde bien, o bien no se sorprende en absoluto.
-¿Me ha llamado venir, cierto?-dice Adrian, cerrando la puerta con suavidad.
-Si-responde Stevens, y le hace un gesto para que se siente en la silla que hay a mi lado-le he hecho llamar para aclarar esto de una vez por todas.
Yo no se a donde mirar. ¿Es que no puedo pasar un segundo en este mierda de sitio sin verle la cara a Adrian?¿Por qué había tenido que fijarme el él esta mañana?
-…para que la señorita Foster se disculpe.
Alzo la cabeza al oír mi nombre. Joder, estoy en un estado tal, que hablan y yo ni me entero.
-Creo que sería un buen comienzo para poder olvidarlo todo-finaliza Stevens, con una sonrisa desdeñosa.
Me mira, y yo la miro. No me lo puedo creer. ¿No estará esperando que me disculpe delante de Adrian? me da igual que ella le haya visto con sus propios ojos curarle las heridas a un vejestorio. Yo se muy bien lo que vi.
-¿Y bien?-inquiere Stevens, sin dejar de mirarme-¿piensa hacerlo ahora o cuando las ranas críen pelo?
“me decantaría por la segunda opción”, quiero decir, pero me como las palabras.
Miro de reojo a Adrian, que se sienta cómodamente en la silla como si se tratase de una hamaca. Se le ve tranquilo, relajado, incluso divertido…y para mi completo disgusto, terrible y odiosamente guapo.
-Foster-me apremia Stevens con dureza, y yo vuelvo los ojos para mirarla-ahora.
La miro durante una fracción de segundo más. Luego, con la sangre hirviendo, me giro de mi posición para quedar frente a Adrian, que ahora me observa como si acabara de reparar en mí. Intento no mirar sus ojos, tan atrayentes como enigmático, y fijo mi vista un poco por encima de ellos.
-Lo siento-farfullo sin demasiado entusiasmo.
Adrian se inclina hacia delante.
-¿Perdona?-pregunta, con un tono por el que se que se está mofando de mí-no te he oído bien.
Le miro, furiosa. Me inclino hacia delante, para tenerlo más cerca.
-He dicho-me cuido de articular exageradamente cada palabra-que lo siento, Adrian.
Él alza una ceja, pero no dice nada. Se limita a mirarme, y me doy cuenta en ese momento de nuestra cercanía. Me hecho hacia atrás intentando mostrarme indiferente.
-Perfecto, Foster-dice Stevens, y da una palmada seca-lo ha hecho estupendamente. No le ha costado tanto.
“No, que va, solo comerme mi orgullo y rebajarme a lo mas bajo, nada más”, pienso con ironía.
-Bien-continúa-ahora, esperemos que Gray acepte la disculpa.
Ahora soy yo la que alza una ceja. No me lo puedo creer.
Adrian se remueve en su asiento.
-No…tengo inconveniente-dice solamente.

jejeje

seguro q no contaba con decir algo...

jeje

segui asi!!!

bessoss

Muy bien. Sube un poco más, por favor.

ola!!!!!!!! aki pongo masssssssssss!!!!

-no tengo inconveniente-murmuro en tono agudo, cabreada-no tengo inconveniente…
Cassie está junto a mi, en la cafetería, degustando un bocadillo cuyos ingredientes prefiero desconocer.
-Yo si que no tengo inconveniente en partirle esa hermosa carita suya-digo ahora más alto, pegando un puñetazo en la mesa. Cassie deja escapar una bocanada de aire, y mira a nuestro alrededor, nerviosa.
-¡Alex!-me regaña-¿Te quieres tranquilizar?
La miro, como si fuera la primera vez que la veo.
-Pero…¿tu crees que es normal lo que ha pasado? Pedirle disculpas a un criminal…lo que me faltaba por ver, y por oír…
Empiezo a tamborilear con los dedos en la mesa, síntoma que aparece en mi persona cuando estoy en una fase de nervios peligrosa.
-Ya sabes que Stevens no anda muy bien de la cabeza…-me dice Cassie, intentando animarme. Pero creo que nada en el mundo ahora podría animarme. Nada-…deja ya de martirizarte. Solo vas a conseguir ponerte peor.
-No puedo estar peor-puntualizo, tamborileando más fuerte con los dedos-creo que esto me está afectando…-Cassie me mira sin comprender-este maldito reformatorio-explico-lo odio. A él y a todo lo que representa. Tú y yo estamos aquí por una tontería. Pero aún…tu estás aquí sin haber hecho nada! Y yo por pegarle una bofetada a una niña…
-Alex, por favor, no quiero verte así…-me pide Cassie, frenando mi tamborileo poniendo su mano sobre la mía.
Miro su mano, pequeña, regordeta. Parece la de una niña de diez años.
-No puedo estar de otra manera, Cassie-me defiendo-¡es totalmente injusto que nadie me crea! Me gustaría que….
Pero mi frase queda inconclusa, debido a la aparición de las barriguitas. Kira es una de ellas. A las demás no las conozco. Pero todas siguen el mismo patrón: rellenas, con pelo largo, cara de malas pulgas…
Una de ellas, la que parece ser la líder, la “barrigona”, se adelanta un paso.
-Tu eres la que se ha ido inventando por ahí el rumor sobre Gray, ¿no?-pregunta, su voz, igual de dura y rasposa como su rostro, desde donde dos pequeños ojos azules me observan con repugnancia.
-La misma-digo sin ganas-¿a quien tengo el gusto conocer…?
La chica me observa con furia. Debe de estar colada por Adrian o algo así. Me fijo en que el mono le está muy, muy, muy pegado. Menuda ballena.
-Soy Gertrude-dice, como si me estuviera haciendo un favor al dar a conocer su nombre.
No puedo evitar que se me escape una risotada.
-¿Gertrude?-digo-¿ese nombre no es el de una gallina?
Cassie se está aguantando la risa como puede. Miró de refilón a Kira, y me sorprendo al ver que su cara refleja una ligera advertencia: que no me pase. Pero no me está amenazando. Me está avisando.
El rostro de Gertrude se torna rojo, lívido de ira.
-¿Qué es lo que has dicho?-pregunta, apretando los puños. La miro, sorprendida.
-Creía que aquí también veíais la tele. Gertrude es una gallina…una muy fea y fofa, si se me permite el comentario…
Incluso ante eso, Cassie se torna completamente seria.
-¿Qué me has llamado?-inquiere, sus ojos desorbitados. Debería callarme, pero no lo hago.
-¿Seguro que no necesitas audífono, o unas gotas?-me mofo, cosciente de que ahora sí me estoy pasando-he dicho que Gertrude es una gallina….y que es gord….
Pero no termino la frase, por que la barrigona me pega un puñetazo en la cara y me hace caer al suelo. Cassie suelta un grito y se levanta de la silla, haciendo un sonido estridente que capta la atención de todos los de la sala.
Noto el sabor de la sangre en mi boca, y lo odio. Odio el sabor de la sangre, tan dulce y pegajosa. Escupo con fuerza y me levanto despacio. Gertrude me mira con una sonrisa de suficiencia en la cara, y sin decir ni una palabra, echa la mesa a un lado, quedando una frente a la otra. Miro hacia mi derecha. Cassie, al igual que todas las demás personas que estaban en la cafetería, nos miraban. Algunos ansiosos, otros preocupados, otros divertidos…
-¡Asquerosa!-exclama Gertrude, mirándome a través de dos llamas que debían ser sus ojos-¡a mi nadie me insulta! ¡Yo soy la que manda en este lugar!
La miro. Se que me voy a ganar otro puñetazo por esto, pero no me importa. Necesito entretenerme con algo y no pensar mas en Adrian.
-Es completamente compresible que seas tu la que mande por aquí-digo, mis ojos fijos en los suyos-¡deben de tener miedo de que te tires sobre ellos y los aplastes!
Gertrude deja escapar un gruñido bajo, que se va intensificando conforme avanza a mí. Ni siquiera me molesto en esquivar el golpe. El dolor despeja mi mente de cualquier pensamiento. Pero no se detiene ahí. Se las arregla para acabar encima mía y empezar a propinarme puñetazos a diestro y siniestro. Siento cada golpe como miles de cuchillos atravesándome la piel, pero no intento defenderme. Entonces, noto como el peso que hay encima de mi cuerpo se hace más flojo. Cuando pienso que todo ha acabado, empieza a pegarme patadas en el costado. Ahí si empiezo a quejarme, debido a la brutalidad de su paliza. Por entre dos rendijas donde antes estaban mis ojos, observo como Cassie, llorando de impotencia, es agarrada por dos de las amigas de Gertrude. Nadie hace nada por detenerla, nadie grita pidiendo auxilio, nadie se preocupa por mi…
Hasta que Gertrude profiere un gritito de asombro, y los golpes cesan. Tampoco estoy muy segura, por que ya no siento nada. Pero creo que han cesado. Entonces, siento como me elevo. La paliza no ha sido mortal, o eso espero, pero ahora me siento como si estuviese flotando en el aire, ingrávida, libre.

Muy bien, Claudia! Sigue así.