Alas negras :3 FIN DEL CAP 5!!! :D COMENTAD PLEASEEEE T-T

Voy a poner un trozo de una nove que estoy haciendo ^^ haber que os parece, espero que os guste. No os asustéis, será horrible xD.


Prólogo:


-Max…- susurré.
Apenas unos segundos antes de que se pusiera a llover, Max me tenía entre sus brazos. Rodeándome con firmeza, tiritando de frío. Las cristalinas gotas de lluvia caían por los mechones de su oscuro pelo, cayendo sobre su cara. Apoyó su frente en la mía abriendo su boca, respirando entrecortadamente.

-Te amo Les- Me susurró.

Lo miré por un momento, tenía los ojos completamente cerrados. Empecé a tiritar en ese momento, no sé si por el frío que hacía o por lo nerviosa y ansiosa que me volvía Max.
Se separó unos segundos de mí, cogiendo mi pequeña cara entre sus manos.

-Siempre estaremos juntos, siempre…-

Acercó su boca a la mía, era como si necesitara mis labios, se compenetraban a la perfección, como si alguien los hubiera creado para encajar. Se volvió a apartar, suspirando. Cerré los ojos fuertemente, sentía su dolor, me envolvió su dolor, lo sentía por todos los poros de mi cuerpo.

-Lo… lo siento- musitó.

Abrí los ojos y Max ya no estaba. Estaba completamente sola en aquel callejón oscuro, tiritando. Miré hacia arriba para hacer un intento de verlo por algún lado. Las gotas de lluvia caían con dureza en mi cara, apenas sin dejarme ver, la noche ocultaba todo. Incluso a él, a mi ángel. A Max.


1.

Sonó el despertador de mi móvil, Whataya Want From Me de Adam Lambert, oír su voz siempre me alegraba las mañanas. Me estiré en la cama, intentando deshacerme del estúpido sueño que se repetía en los últimos dos años, desde que cumplí los quince. Ahora con diecisiete todo sigue igual. El mismo sueño, el mismo chico, el mismo lugar… No sabía quién era ese tal Max de mis sueños. Empezaba a odiarle cada día más, me inquieto al no saber nada de él y el no saber por qué sueño con él.

Me levanté de la cama abriendo las ventanas de mi habitación cuando un fuerte viento entró helándome por un momento. La cerré a duras penas, observando como el cielo se encapotaba lentamente. Las nubes se volvían más negras y el viento más fuerte.
Me di cuenta que todavía sonaba la alarma de mi móvil y la apagué. Abrí el armario y empecé a buscar algo para ponerme hoy, ya que lo que tenía preparado para el día anterior ya no valía.

Bajé las escaleras corriendo dirigiéndome a la cocina. Mis tripas hacían un ruido atroz del hambre que tenía. Un olor a tostadas recién hechas me embriagaba.
Entré en la cocina y ahí estaba mi madre, con su taza de café en la mano comiéndose una tostada con mermelada de fresa.

-Buenos días mamá-

Mi madre dejó la taza de café sobre la mesa y fue a prepararme unas tostadas para mí.
-Buenos días Leslie.

Me senté a su lado mientras bebía un sorbo de mi café recién hecho. Mi madre colocó un platito pequeño cubierto de tostadas, alargué el brazo y cogí una, untándola con mermelada.
Mi madre estaba mirándome fijamente, le aguanté la mirada hasta que apartó la suya. Le miré su vestido nuevo negro, con una chaqueta americana a cuadros. La volví a mirar, estaba hermosa. Me toqué mi cara intentando buscar los mismos rasgos de su tersa cara… y no encontré ninguna similitud. Su pelo era tan rubio y sedoso… el mío era tan oscuro como el carbón, apenas sin vida. Sus ojos rasgados como los de un gato, de un color verde… casi azul. Los míos grandes y redondos, azules como el cielo. Su pequeña nariz puntiaguda, como la de un hada del bosque, al contrario que la mía, estrecha y ancha al final. Sus labios eran una línea definida, casi perfecta y los míos gordos y carnosos.

Estaba segura de que si no nos conocen y nos ven por separado, jamás pensarían que podríamos ser madre e hija. Éramos completamente diferentes.

-¿En qué piensas?-

Escuché su dulce voz en la lejanía… volviéndome al mundo. Dejé la taza ya acabada en la mesa y la miré.

-Nada, tu vestido nuevo.-

Sonrió, encantada.

-¿Te gusta?- dijo mientras daba una vuelta sobre si misma.-Me lo compré ayer.
Asentí volviendo a mirarlo. Mi madre apenas aparentaba más de treinta y pocos años, casi parecía que era una adolescente como yo.
Se acercó a mí y me acarició el pelo.

-Luego te veo que llego tarde.-

Dijo mientras salía por la puerta, casi corriendo. Miré el reloj de la cocina, las siete y media de la mañana.
“Mierda, el bus.” Pensé. Cogí la mochila y también salí corriendo.
Llegué a la parada del bus justo a tiempo, allí me esperaba mi gran amiga Noa. Me saludó con la mano, mientras me metía prisa.

-Ya era hora Les.-

-Lo siento, me quedé hablando con mi madre en la cocina y perdí la noción del tiempo…-

Noa me sonrió. Era ese tipo de sonrisas que te hacían sentirte mejor en cualquier momento.
Entramos en el bus, sentándonos en los primeros sitios vacíos que nos encontramos, justo en ese momento, empezó a llover con más fuerza que antes. Me inundó el sueño.

Me agarró mi mano con fuerza, acariciándola con dulzura. Caminábamos por un prado extraño, rodeado de plantas y animales que nunca antes había visto. En el cielo un atardecer de un color anaranjado, precioso.
Me emocioné.

-Es precioso Max…-

Me miró, sonriendo. Esa sonrisa que tanto me hacía olvidar todo lo ocurrido antes, todo lo malo… Calmándome.

-No tanto como tu Les.-

Me sonroje. Me llevó unos pocos metros más allá y se sentó en unas suaves rocas, viendo el horizonte… el mar. Las olas rompían en las rocas del acantilado, más abajo en la playa. El sonido era sencillamente hermoso.
Me acosté encima de él, mientras que veíamos aquella maravillosa puesta de sol. Me abrazó fuerte y podía oír su leve respiración en mi cabeza. Alce la cabeza para mirarle. Volvió a sonreír y en ese momento sentí que me derretía. Le toqué su cara, adorándola. No podía ser verdad todo esto que estaba pasando.

-Te quiero Max-

Sonrió y me besó, estrechándome en sus brazos, sintiendo ese calor que tanto necesitaba…

Un fuerte bache me hizo despertar en ese momento. Me encontraba de nuevo en el autobús del instituto. A mi lado seguía Noa, durmiendo.
“Otro estúpido sueño.” Pensé.
Me estiré en el asiento del bus mientras despertaba a Noa de su sueño profundo.

-Buenos días ¿eh?-

Noa me miró confusa hasta que vio por la ventana vagamente el instituto.

-¿Ya hemos llegado?-

Asentí poniendo los ojos en blanco. Cogimos las mochilas y nos aventuramos al mundo del estudiante, donde no siempre es tan increíble.

Al terminar las horribles clases nos dirigíamos de nuevo a la parada del bus mientras que Noa me contaba cómo fue su día en el instituto. Apenas la escuchaba, Noa no podía evitar hablar demás. La lluvia parecía amainar cuando un trueno me borró ese pensamiento de la cabeza.
Noté una presencia que me observaba y no era Noa, volví la cabeza hacia atrás sin ver nada, adolescentes que salían alegres por llegar ya a su casa.
Me intenté relajar mientras seguía escuchando a Noa, asintiendo de vez en cuando.
Volví a sentir esa misma presencia de nuevo, era como si un par de ojos se posaran fijamente en mí. Cuando lo vi por una milésima de segundo. Era él.
Un chico alto y delgado, pero fuerte con una piel tan clara como la misma leche, con su pelo perfectamente planchando de un color negro brillante. Y eses par de ojos grisáceos… que no dejaban de mirarme. Me miraba serio, apretando la mandíbula.
Parpadeé y ya no estaba allí. ¿Acaso me estaba volviendo loca? Era imposible que una persona que aparecía en mis sueños, una persona imaginaría, por obra de dios apareciera ante mí.

-Eh Les- me distrajo Noa.- ¿Pasa algo?-

Negué con la cabeza.

-No nada, no te preocupes- dije sonriéndole.-Me pareció ver a alguien… que conozco.-
Noa se relajó y siguió contándome su experiencia pero esta vez prestándole atención, excepto cuando me venía a la mente la imagen de Max… apartándome del mundo real.

Llegue a casa completamente empapada por la fuerte lluvia que se mantenía afuera. Saludé al entrar en casa pero nadie me contestó. Estaba sola.
Me quité los zapatos para no ensuciar nada y corrí hacia la ducha, para intentar al menos despejarme. No conseguía borrar la imagen de mi mente de ese tal Max, observándome. Preguntándome si de verdad existe, si él era Max o solo fruto de mi imaginación desesperada.
Salí del baño más tranquila, tumbándome en el enorme y acogedor sofá de cuero blanco. Me volvió a inundar el sueño… y no sé por qué… esperaba soñar con él y sabía que así iba a ser, es así, desde hace tres años.

-Tienes que huir de aquí Leslie- sonó duro y frío pero el brillo protector de sus ojos calmaba cualquier resto de odio en su voz.

Negué con la cabeza.

-No sin ti Max.-

Se quedó rígido, observándome. Posó sus manos en mis hombros, acercándose a mi cara. Sus labios se apretaron y sus ojos… se volvieron suplicantes.
-Por favor Les, si me quieres, huye.-
Le miré a la cara… no podía dejar de mirar sus ojos… desprendían amor, protección, súplica…

Agaché la cabeza y él la volvió a levantar con su mano. Me besó tiernamente, mientras me acariciaba el pelo.

-Volveremos a vernos, te lo prometo- dijo intentando hablar, acalorado.- Huye antes de que te encuentren aquí conmigo.-

Le miré confusa.

-Me iré Max…- susurré acercándome más a él, juntando nuestras caderas.-No sin antes… robarte un beso, para cuando nos volvamos a ver… me lo devuelvas.-
Este sonrío aliviado, me agarró de la cintura y nos besamos, sin vacilar. Con pasión y necesidad. Nuestros cuerpos se acoplaban a la perfección y me volvió a inundar ese calor que me envolvía por todo mi cuerpo cuando estaba con él. Max me besaba con dolor ya que quizás podría ser nuestro último beso…
Si no hacía nada para evitarlo.

-¡Les estás empapando todo el suelo!- La voz esta vez aguda de mi madre me despertó de mi repetitivo sueño con Max. Alcé la cabeza y pude ver el sofá repleto de agua, no me había quitado el chubasquero. El suelo completamente lleno de marcas de agua de mis zapatos.
Mire sin comprender nada, juraría que sí me había quitado la ropa y me había duchado…

-Lo siento ma- dije levantándome de un salto.- Ahora lo limpio todo.
Me sonrió.

-Eso espero, voy a descansar a mi cuarto, que lo pases bien.-
Salió corriendo hacia su habitación, a veces pensaba enserio que era un hada de verdad…

Me reí de lo ridículo que sonaba eso y me puse a limpiar el salón con la fregona para luego secarlo con un trapo seco.
Al acabar mis brazos me dolían, agarrotados. Miré con orgullo lo limpio que había quedado todo y salí de allí, cuando volví a notar aquella presencia.
Un escalofrío oscuro invadió mi cuerpo.

-¿Mamá?- grité.
No se oía nada. Ni el más mínimo ruido del viento de afuera. Las nubes taparon completamente la luz del sol, dejándonos completamente a oscuras. Cuando lo escuché, esa voz…, era su voz.

-¿Max?-

Donde se ha ido? xD

Wowo síguela enserio me gusta el principio! moulaaaaaaaaaaaaa! ^^

wooo¡

me encanta max

jaj esta mu bn espero ue escribas la conti

y más que te va encantar muahah verás XD

Olaa! rennctada de conocerte!
esta buena la historia!besos!!

Aquí el cap 2!

2.

Sonaba ridículo que llamara a alguien que supuestamente no existe. Todo se ponía cada vez más negro, di al interruptor de la luz pero parecía no funcionar. Me puse más nerviosa.
Caminé por el extenso pasillo, con cautela.

-¿Hay…hay alguien?-

No obtuve respuesta. Vino una cálida brisa que me reconfortó. Cerré los ojos y lo noté. Algo me cogía de la mano. Algo caliente y suave.

-Nos veremos pronto.-

Oí una voz en mi cabeza. Abrí los ojos y las luces se encendieron solas. El sol volvió a asomar y escuché el aleteó de un pájaro, quizás demasiado fuerte para ser un pájaro. Miré a mí alrededor y de nuevo me encontraba sola. Mojada. Daba por hecho que ya me había duchado antes…
¿Max me había cogido la mano?, ¿Me había hablado?, ¿Existía de verdad? Era imposible.
Pero era tan cálido, tan reconfortante… quería más, me duché de nuevo a toda prisa. Mi estómago rugía de hambre pero yo lo que quería era dormir, soñar. Soñar con Max. Y me fui a mi cama para volverlo a ver, quería más de él.

-Hey Leslie-

Escuché la aguda voz de Noa llamándome.

-¿Qué te pasa?-

-Nada, solo… pienso.-

Me miró con intriga. Me eché a reír.

-¿Y ahora de que te ríes?- dijo mientras sus ojos me miraban con odio.

-Nada Noa, cosas mías.-

Se quedó callada un momento, me miró como si estuviera haciéndome un examen.

-¿Y en que o en quien piensas?-

Me pilló desprevenida esa pregunta, me sonroje.

-Ah… ¿ La pequeña Les se nos ha enamorado?- volvió a mirarme con intriga.

Balbuceé unas palabras sin sentido y ella entendió perfectamente que así era. Miró alrededor del bus que nos llevaba al instituto en busca de mi supuesto amor secreto.

-¿Qué buscas?-

-Al chico de tus pensamientos.-

-¿Cómo lo vas a encontrar si no te dije quien es ni como es Noa?-
Pareció no oírme y siguió buscando a su víctima.

-¿No será el guaperas del instituto?-
Negué con la cabeza.

-¿Rober? No, demasiado prepotente para mí gusto.-

Se puso la mano en la barbilla como si estuviera haciendo un gran esfuerzo pensando. No pude evitar el sonreír, definitivamente Noa estaba loca.
-¿Michel?-

-¿Quién diablos es Michel?- pregunté dudosa.

Noa suspiró.
-El rubio ese que está sentado al lado de Jeni.- Dijo mientras lo señalaba con el dedo.
Michel era el típico chico que te enamorabas de él a primera vista, por su belleza y su sonrisa pero cuando abría la boca se iba toda la magia, era estúpido.
La miré con los ojos abiertos como platos, asustada.

-¡No!-
Noa se echo a reír.

-Vale, vale, ya descubriré quien es el rey que ocupa tu corazoncito.-

-No es del instituto Noa…-

En ese momento se abrió la puerta del autobús dejándonos en la misma entrada. Noa seguía haciéndome preguntas sobre Max, no podía contarle nada. ¿Cómo contárselo? , ¿Qué estaba enamorada, pillada, por un chico que aparece en mis sueños cada noche? ¿Qué era el fruto de mi imaginación?, era patético. Pero cuando recordé que lo había visto en el patio del instituto… y que sentí en mi casa su presencia, mi tablero de ajedrez se dio la vuelta y pensé que quizás… Max sí que exista. Más bien lo deseaba.
Entramos en el instituto cuando volví a notar su presencia. Los pelos de mis brazos se erizaron.

-Hum… mira, nueva carne.- Sentí la voz de Noa en mi oreja
.
-¿Quién?¿Donde?-

-Ese chico que está hablando con Gloria, en la ventanilla de secretaría.-

Cuando le miré, justo se dio la vuelta. Nos miramos sin parpadear. Era Max, sin duda alguna.
Agaché la cabeza sonrojándome, pude ver como sonreía.

-Qué guapo es…-

Miré a Noa y cuando volví a mirar hacia la ventanilla ya no estaba. Lo busqué entre el gentío pero nada. Ni rastro.

-¿No te pareció guapo Les?-

-Ah sí, quizás demasiado… su belleza es abrumadora.-


Aun lo voy a continuar, si os gusta, claro

esta miy bien!!
muy creativoo! es la leche y ese maaax me recuerda a AdixD
Besos!!!(LLLL)

que pasa cn ese chico desaparece asi por que si?
me encanta la historia
sube mas porfi!!

desaparece¡¡¡¡¡¡
yuju¡¡¡¡¡
aver cuando subes mas
i love the history
besos

aaah nos os voy a spolear XD tendréis que esperar lalala

Continuación del Segundo capítulo!

-¿No te pareció guapo Les?-

-Ah sí, quizás demasiado… su belleza es abrumadora.-

Noa sonrió y siguió andando hacia nuestra clase, casi saltándo. Negué con la cabeza y la seguí hacia las aburridas clases que nos esperaban, en lo único que pensaba era... en verle. Verle de nuevo. Una vez más.

Su piel era dura pero tersa como la seda. Totalmente blanquecina. Le observe su rostro enrogecido por el contacto. No sé por que, sonreí.

-Perdona, Leslie.

Me quedé muda por un momento, mirándole sorprendida.

-¿Cómo sabes que me llamo Leslie?-

Parecía divertirse, no dejaba de sonreír ni un momento... su sonrisa... tan cegadora. Me apartó un mechón de pelo de la cara, posándolo sobre mi oreja. Con cuidado.

-No te tapes la cara, eres un verdadero ángel.-

Abrí los ojos y me encontraba en clase de Historia. Suspiré de aburrimiento mientras undía mi cara en mis manos, en ese momento alguien golpeó la puerta de la clase. Las chicas empezaron a reírse y a cuchichear. Los chicos al contrario, no mostraron ninguna emoción.

-Hola chicos, aquí os presento al nuevo alumno del instituto, Maximo Kane, espero que le trateís bien, ya sabeís, es novato.- Concluyó el Director con una leve sonrisa.

¿Maximo?, alcé la cabeza y era él... sin duda era Max... mi Max de los sueños... Iba vestido con una camiseta negra ajustada con una chaqueta de cuero, a juego con unos vaqueros rotos. Su pelo negro perfectamente planchado y peinado... y aquellos ojos grisaceos... Por un momento se me había olvidado respirar.
Él se dió cuenta de mi presencia y me sonrió. Me aparté el pelo de la cara, recordándo el reciente sueño.

-Hola a todos - Las chicas suspiraron al oír su dulce voz, pero intensa.- Y chicas.- continuó mirándome.- Me llamo Max y vengo de un sitio muy lejano, tengo dieciocho años y espero que alguno de vosotros se ofrezca a enseñarme el centro.-

Todas levantaron la mano, menos yo. Seguía mirándole hipnotizada. El profesor de Historia, Don Eulogio mandó callar a la clase con un grito.

-Como veo que hay mucho interés en mostrarle el instituto por parte de todas, le mostrará el centro la única que no ha mostrado interés, ¿Mitchel?-

Me levanté inconscientemente, sonrojándome.
-Si, lo haré.-

Max sonrió, sus ojos brillaban de emoción, mientras que las demás se quejaban a Don Eulogio por haberme elegido a mí. Lo mandó sentarse en uno de los asientos vacíos del final y continuó dando la clase, que esta vez, se me pasó en cuestión de segundos.
Sonó el timbre y me levanté, llendo hacia la salida de la puerta pero tropecé con una mochila que estaba en medio de la clase, cuando una mano me agarró firmemente.

-¿Estás bien?-

Intenté quitarme el odioso pelo de la cara para saber quien era, pero al escuchar su voz... no me molesté. Asentí con la cabeza, aún notaba su mano, agarrando la mía.
Su piel era dura pero tersa como la seda. Totalmente blanquecina. Le observe su rostro enrogecido por el contacto. No sé por que, sonreí.

-Perdona, Leslie.

Me quedé muda por un momento, mirándole sorprendida.

-¿Cómo sabes que me llamo Leslie?-

Parecía divertirse, no dejaba de sonreír ni un momento... su sonrisa... tan cegadora. Me apartó un mechón de pelo de la cara, posándolo sobre mi oreja. Con cuidado.
-No te tapes la cara, eres un verdadero ángel.-

Me quedé muda por un momento, era lo que había soñado minutos antes... me pasaron miles de dudas por la cabeza en ese momento, ¿Eso significaba que todos los sueños que tube hasta ahora se iban hacer realidad?¿Por que yo? Estaba realmente asustada y mi cara se mostraba ausente, confusa. Max me miró extrañado, soltándome la mano despacio.

-¿Estás bien?- repitió, esta vez más protector.

Negue con la cabeza y salí corriendo del aula. Necesitaba estar sola, necesitaba pensar. Necesitaba... averiguar que pasa, como sabía mi nombre... que hace en este instituto y en mi clase precisamente... estaba asustada, pero quería respuestas, y respuestas tendría como fuera.


Decidmeee que tal (L)

aaw muchas gracias mi querida angela :3 (L) ^^
tendrás más pronto ^^

Estoy en ellooooo

me gusta mucho!! impresionantee!!! sigueee besos!

MAX!!!! ES MAX!!!! pues yo creo que los DOS tienen esos sueños, lo que no se es porque....
SUEÑOS PREMONITORIOS!! lo que daria porque algunos de los mios lo fueran..... aishhh!!
SUBE MAS PORFI!!

ME ENCANTA!!!!!!!!!
sigue pls
pls
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Final del capítulo 2!

-¿Estás bien?- repitió, esta vez más protector.

Negue con la cabeza y salí corriendo del aula. Necesitaba estar sola, necesitaba pensar. Necesitaba... averiguar que pasa, como sabía mi nombre... que hace en este instituto y en mi clase precisamente... estaba asustada, pero quería respuestas, y respuestas tendría como fuera.

Seguí corriendo sin dejar de hacerme preguntas en la cabeza, llegué al patio del instituto. Volví al lugar donde me sentía a salvo allí, un viejo sauce llorón. Siempre me sentaba sobre él a pensar, a leer... a estar sola.

Me senté en el, apollándo mi espalda contra el duro tronco, hundiéndo mi cara en las piernas, abrazándome. Cerré los ojos fuerte. Volví a notar su presencia. Me quedé quieta, esperándo a que hablara, pero no lo hizo. Me tocó mi oscuro pelo, acariciándolo. Lo dejé estar, su sola presencia me tranquilizaba, me hacía sentir fuerte, sentía... que por alguna razón podía confiar en él. Se sentó a mi lado, quieto como una estatua.
Alce la cabeza para mirarlo, sus ojos grisaceos me miraron apenados. Pero su sonrisa se volvió a abrir para mí. No pude evitar, sonreír.

-¿Por que huyes de mí?-

Su voz ahora sonaba como una melodía, fresca, dulce... casi como un murmullo.

-No lo entenderías.-

Endureció el rostro.

-Prueba haber.- Y volvió a sonreír, divertido.

Me quedé mirándole, hipnotizada.

-Sueño contigo... todos los días.- Suspiré. -¿Te parezco patética verdad?-

Max se quedo callado un momento, me cogió de la mano, acariciándola lentamente. Se me puso la piel de gallina por el contacto de su tersa piel. Le miré, estaba acercándose más a mí, apenas podía ver sus grises ojos, ya que su pelo perfectamente planchado los tapaba. Me puse nerviosa, no sabía que hacer, Max se acercaba más a mí, a mis labios. Cerré los ojos, esperando su beso, entre abriendo mi boca, pero en ese momento escuché su voz en mi oído.

-Llevo soñando contigo toda mi vida Les, desde que eras pequeña - cogió aire. - Desde mucho tiempo, antes de que nacieras... - Suspiró.

Noté sus labios rozar mi mejilla, cerré aun más fuerte los ojos, dejándome llevar cuando escuché un aleteo de alas demasiado fuerte. Esperé unos segundos así, quieta, tocándo con cuidado la parte donde me había besado... estaba fría, pero tan cálida al mismo tiempo. Abrí los ojos y como de costumbre, como en mis sueños, Max siempre desaparecía. Apollé mi cabeza en el sauce, ¿También sueña conmigo?, ¿Incluso antes de que yo naciera? , Seguía sin comprender nada, pero me inundó otro sueño, cerre los ojos esperándo a que llegara, para verle de nuevo sonreír.

El rostro de Max se relajaba, sonriéndome. Me tocó el pelo, peinandolo.

-¿Qué haría sin tí?-

Negué con la cabeza, dándome la vuelta para rodearle con mis brazos a modo de abrazo.

-Cosas más interesantes, seguro.-

Sonrío y me besó. Cogiéndome mi pequeña cara con sus suaves manos. Como si fuera lo más frágil del mundo.

-Te quiero Les-

-¿Cómo puedes quererme?- le repliqué. -Soy una simple humana y tú... tú...

Me desperté a duras penas cuando escuché el timbre que anunciaba la siguiente clase, Mierda, había perdido una hora de clase. Salí corriendo hacía el edificio y entré en clase, esperándo a que por fin, se acabara este día, tan extraño, tan irreal...


De noche hago el cap 3 podréis esperar? xDDD ^^ que os ha parecido? ^^

vale yo ya me olía peor esto me l a aclarado todo!
PEDAZO DE HISTORIA!!
Y dice luum que la mia va para best seller... entnces la tuya va para el doble!!!
me ha encntaaado y si creo que aguantaré porque voyaa estar toda la trde fuera jiji besos! sigue escirbiendo!

boh no es para tanto :$ xDD
que te piensas que es Max, Nell? ^^
xDDD

esque no quiero decir mucho pero el nmbre... y... las palbras la frma de hablarle..xD
uuuumm babas!!!
si es para tnto!!xD

hahahahahahha eso si, quiero aclarar que no es un vampiro, por si las moscas XDD
nah lo que pasa es que tengo mucha imaginación y mucho tiempo libre XDD y me salen estas cosas un poco bastante extrañas xD

ami tbn me salen extrañaas!!!
jajajaja
porque n te lees mi historia y em dices qe te parece???
es que yo siempre me aburroo jajajajja
ni se me ocrría eso.xD
(lo del vmpi)