bueno, se que e tardado un poco (bastante), en subir un nuevo capi, pero aki esta.
este es el ultimo en el k ablo de mi vida pasada, el siguiente sera algo mas interesante. ^^
CAPITULO 4
Fui de vacaciones navideñas al pueblo con mi familia.
Si no recuerdo mal, no fuimos más de una semana, pero fue suficiente para llevarme una sorpresa: la fiebre del bunker había vuelto.
Esta vez estábamos preparados: ya no teníamos miedo, la iluminación ya no era pésima y sabíamos que allí no iba nadie:
Todo estaba igual que cuando lo dejamos. Ese lugar no envejecía. Cada cosa en su sitio, aunque eso no significaba que estuviese ni limpio, ni ordenado.
El espacio era grande, pero la colocación de los objetos, estaba mal repartida.
¿Qué sugería esto?
Una reforma:
¿Para qué queríamos una mesa hecha con un barril y una tabla? Para nada: adiós mesa.
¿Para que queríamos un ladrillo? Para nada: adiós ladrillo. (Aunque lo volvimos a coger cuando hacíamos los bancos.)
¿Para qué queríamos tablas y ladrillos perfectos para bancos fuera del bunker? Para nada: Hola tablas.
“Perfecto”, fue lo que dijimos todos al verlo terminado.
El suelo ya no era de tierra, sino de baldosas, lo cual hacía peligrar aún más tu cabeza frente a los golpes. Todas las paredes estaban recubiertas de palets para poder apoyarse al estar sentado en los maravillosos bancos, sin miedo a mancharse la espalda del hollín que habían dejado generaciones pasadas al hacer sus hogueras. En el centro de la sala había un fuego que ardía dentro de una cazuela, hecho con paja y cera de las velas que se habían consumido.
¿Frío? ¿Quién dijo frío?
El fuego de la hoguera era reconfortante. La puerta de entrado estaba semi-tapiada por una chapa metálica; y el calor humano provocado por los nuevos “habitantes” dejaba un ambiente bastante cálido.
Aquello no era un paraíso, pero era lo mejor que teníamos.
Aun así no debimos ir allí; volver al cabo de tantos años fue el error de nuestras vidas.