GRACIIAAS
3. El ingenioso plan Morgestern
Jonathan estaba sobre una gran roca en un desierto muy lejos de Alicante, pero aún en Idris. La soledad era completamente devastadora, solo se tenía a si mismo y sus habilidades. Gracias a su encanto había podido sobrevivir estos años y no tenía una meta en la vida más que destruir a quien destruyó la suya: Jace Lightwood, buena parte de su vida había sido compartido con Valentine y este ni siquiera lo conocía tanto como él.
-Seguro Jace, los voy a dejar a los dos en una misión suicida. Por supuesto- ironizó Simon
-A mi el pequeño vampiro no me dice lo que hago o dejo de hacer
-Bueno, tú puedes ir si quieres, yo me refería a Clary- puntualizó el aludido
-Simon Lewis, no tengo cinco años para que andes dándome órdenes- apuntó Clary haciendo caso omiso a los dos y clavando su dedo índice en la nariz de Simon
-Cierto Clary, aunque yo siempre tendré mis malditos dieciséis, las estrellas de rock necesitan veinticinco años por lo menos- trató de bromear, pero en sus ojos no había aquel brillo de antes, se lo veía mucho mas maduro incluso.
-Simon, lo siento- contestó ella en parte sincera, en parte dulce y otra parte culpable que todavía conservaba expectante
-Bueno, no se van a librar fácil de nosotros, ¿entendieron?- dijo Luke, mientras se retiraba por la rota puerta del apartamento
-Espero que algún día nos dejen solos y tranquilos- comentó
-¡Jace!-dijo exasperada Clary-son nuestros amigos. Él se cruzó de brazos, abrió la boca, la cerró y no encontró algo ofensivo para decir porque sabía bien que eso era verdad
-Haz algo de comer, quieres…tengo hambre- dijo por fin dulcemente luego de una larga meditación.
-Ss… si- balbuceó, sonrió y levantó un imán, llamó al numero de la propaganda y pidió una pizza- en veinte minutos sale del horno- afirmó convincente que esa era la mejor idea para la hora de la comida
-Algún día me voy a cansar de la pizza, Clary- insistió Jace. Ella le fulminó con la mirada
-Algún día me voy a cansar de tu negatividad
-Sabes que no hablo en serio- dijo acercándose a ella y rodeándola en sus brazos con una inusual tristeza en sus ojos- y solo te necesito a ti, no a la pizza- terminó mientras una lágrima caía por su mejilla y se perdía en el enredado cabello de Clary, había tomado una decisión y sabía que era la más prudente, la más conveniente para ella. Clary lo sintió tenso a su lado y se preocupó
-¿Algo anda mal?- preguntó levantando los ojos hacia el, vio su mirada ensombrecida y se alarmó. Acarició su mejilla con el ceño fruncido. Él trato de componer una sonrisa
-Todo está perfectamente.
Clary se despertó y tanteó a su lado como todas las mañanas, aunque solo golpeó una almohada. Era temprano para que el esté despierto. Miró en el baño, en la cocina, en el living y nada. Volvió a la habitación y vio una nota sobre la mesita
No lo intentes, por favor. Confía en mí
Jace
-¡Mierda! ¡¿Cuántas veces pretendes hacerme esto?!- contestó a la nada y su voz resonó en las paredes. Tomó la estela que descansaba sobre la mesita y…claro todavía no tenía su valija hecha. Maldijo mientras la preparaba hasta que lo consiguió y tomó la estela nuevamente, se concentró, dibujó un portal y comenzó a caer rápidamente con mucha suerte a la orilla del lago Lyan y no dentro de el.
-Cuando te encuentre, me las vas a pagar- gritó hacia el cielo y unos pájaros volaron lejos de ella.
-¿Todo va bien, hermana? Eres muy predecible- afirmó Jonathan Morgestern- por si te preguntas, estúpida zorra, Jace no está aquí- continuó pronunciando aquel nombre con asco.
Jace llegó a Alicante seguido de Magnus, como no podría ser de otra manera junto con Alec. El brujo le había proporcionado el portal solo si dejaba ser acompañado, para saciar la falta de aventura de esos años calmos. Se instalaron en una vieja casa “prestada” de una anciana que hace mucho se había mudado de Idris.
Isabelle y Simon se cruzaron en la puerta de la casa de Jocelyn y Luke. Se miraron y los dos parecían tan preocupados y apurados que ni siquiera se hablaron.
-¡Luke!- exclamaron ambos cuando el aludido abrió la puerta y los miró enarcando una ceja.
-Sí, supongo que ese soy yo
- Clary y Jace, ¿están aquí? No estaban en su casa…-comenzó Simon
- Qué extraño- interrumpió Izzy- yo venía a preguntar por Alec, porque fui a ver a Magnus y no hay rastros de ninguno de los dos.
Luke sacudió la cabeza negativamente
-¡Jocelyn!- gritó hacia el interior de la casa- ponte tu uniforme, hay un par de eternos adolescentes que hay que ir a buscar.
4 En la Distancia.
- Hermanita, hermanita, ¿quién es la más tontita?- comentó, Jonathan risueño ante su propia ocurrencia-
Habían andado en el caballo de él por horas y horas y Clary no tenía la menor idea de donde se hallaban, por supuesto que era una casa pero tratándose de Jonathan podría haberse esperado un lugar peor.
Clary había estado lo bastante aturdida para reaccionar de forma alguna y él la había conducido a rastras hasta una silla, sola en el medio del living de aquella casa, mientras se alejaba retrocediendo la contemplo con sádica diversión en sus ojos.
Ella se levantó y ocurrió lo imaginable su alrededor estaba marcado con runas, no podía salir del perímetro de esa silla; ahora entendía porque se reía.
Jonathan acercó una silla a la suya y se sentó del revés, frente a ella. Tomó su celular y marcó:
-Jace, ya deja de buscarme en cualquier lado. Y cortó
-Pero….la tecnología en Idris no funciona!!- dijo desesperada
-Ya lo se, quería saber si estabas algo conciente. Te ves mal, muy mal- continuó con esa particular sonrisa suya
Clary tanteó en su bolsillo y sacó su estela, Jonathan podría ser malvado pero no del todo inteligente como tanto creía aparentar. Comenzó a dibujar sobre la parte de atrás de la silla dónde su brazo no era visto
-Pensábamos que estabas muerto- chilló Clary desesperada por despistarlo.
Jonathan comenzó a hablar alborotadamente y con verdadera vehemencia
-Digamos que lo estuve, ¿sabes lo que fue estar tan sólo estos años? Sin nadie, absolutamente nadie…y ahora…ahora ya lo tengo todo, dejé mi rastro seguro. Un mago como Bane debe ser capaz de traerlo hasta acá. Sí, yo quiero que me encuentre y matarte ante sus ojos, quiero verlo sufrir, ¿entiendes mi punto? Si yo le mataba de una vez simplemente no sufriría pero si te mato…
Clary se había perdido a la mitad el monólogo del joven, estaba trazando una runa de apertura aprovechando el momento de descargue en el que se encontraba.
-Vamos bien, vamos…-comenzó Magnus
-Ya es la decimocuarta vez que “vamos bien” y no llegamos a ninguna parte- comentó Jace, estaba irritado, malhumorado, y la mejor solución era echarle la culpa a Magnus
-Deberíamos parar a descansar, no podemos llegar con sueño y darle ventaja- optimizó Alec dando una excusa para dejar de caminar por horas y horas que parecían infructíferas ¿cuán lejos estaba el muy desgraciado?
-Espera a que encontremos un lugar apropiado ¿o quieres dormir en medio de la nada?
-¿una cueva o algo así?- preguntó Alec
-Algo así- dijo Jace, le daba escalofríos pensar en pasar la noche junto a sus desmesurados amigos.
Después de unas cinco horas lo bastantes tediosas, Magnus y Alec peleaban por el nuevo color en su cocina:
-Un lila, con retoques de violeta y las paredes enmarcadas de un rosa añejo-sugirió Alec volando con su imaginación en Nueva York, mientras su cuerpo avanzaba en lo más recóndito de Idris.
- No! Verde el techo y Rojo con Fucsia las paredes- le espetó Magnus- El lila es demasiado…
-¡Basta!- gritó Jace mientras se detenía en seco y Alec rebotaba contra su espalda- Clary, encontrará un buen color para su cocina si es que salimos de esta- terció y un nudo se hizo en su garganta, llevaba horas pensando en ella y tratando de deducir que es lo que habría echo luego de su partida pero pronunciar su nombre hacía extender su angustia por límites insospechables.
Hubo un silencio repentino y luego los sobresaltó una sigilosa figura que apareció por detrás de ellos, sino hubiera tantos desniveles en el lugar hubieran dicho que parecía haberse materializado
-¡Por David! Al fin los encuentro- dijo la jocosa voz inconfundible de Simon- Hace horas nos separamos para buscarlos, porque ninguno sabía por donde ir, realmente no se por qué me guié, pero aquí estoy- contó rápidamente con un pequeño dejo de sano orgullo en su voz
-El Daylighter, lo que nos faltaba- dijo con una sonrisa de bienvenida el brujo- Submundos y Cazadores juntos como a Luke le gusta.
-Gracias amigo, algunos no parecen tan dignos de mi presencia- indicó Simon mirando a los otros dos.
-Muy tierno Magnus, pero Alec se pondrá celoso- contestó Jace mirando hacia el horizonte, dándole la espalda a sus amigos- creo que en aquel lugar lleno de piedras tendrá bastante reparo contra el viento
Se dirigieron allí y pasaron las horas hasta que se fueron quedando dormidos de a uno, pero Jace no podía dormir, se sentó en una de las grandes rocas y contempló las estrellas tristemente, era la primera vez en años que se hallaban tan lejos uno del otro, necesitaba su presencia para sentirse en paz, necesitaba su tacto y sus palabras para estar completo. Echó un vistazo a las manos entrelazadas de Alec y Magnus y un sentimiento de soledad lo invadió.
Sostuvo en su mano la runa-luz nueva de Clary que se había llevado accidentalmente y la giró en sus dedos, mirando cada tramo y cada detalle. Toda luz en su vida había desaparecido, era irónico saber que le quedase una luz de ella y por esa razón sabía que no era en vano aquel viaje, debía deshacerse de Jonathan para vivir la luz en su vida. No criticaré nunca más la pizza se dijo a sí mismo y rió amargamente solo y contrariado ante la negrura de la noche y la embelesante luz de las estrellas. Nada podía sacarlo de su ensueño, trataba de pensar en contribuir con el rastreo de Magnus, pero solo mientras los demás dormían dejo que sus pensamientos vaguen inconcientes por recuerdos junto a Clary, recordando su mirada y su pelo, sus ojos y su perfume…rozó la tierra con las yemas de sus dedos escribiendo sus iniciales como si fuera un niño ¡las cosas que hacía de solo pensar en ella! Si me viera escribir su nombre en la tierra pensó Jace y rió nuevamente Diría que me volví completamente loco, tal vez lo esté.
5. Sangre, dolor y odio
Clary esperó, esperó y esperó hasta que por fin Jonathan se quedó dormido frente a ella en una silla contigua.
Se levantó, hacía tiempo que había soltado sus manos de las ataduras y salió del círculo de las runas con la suya propia de la abertura sintiéndose modestamente orgullosa de su valentía y astucia frente a la situación
Saltó por la ventana, golpeándose fuertemente al caer. Reprimió un sollozo y contra su voluntad trató de correr hacia el interior del bosque. Pero ya era tarde con el tremendo estrépito que había causado al caer, Jonathan ya se había despertado y corría en su búsqueda.
Clary pudo ganar algo tiempo porque él bajó por las escaleras, no se tiró suicidamente como ella. Y ante el dolor de sus rodillas corrió como pudo tropezándose en las ramas caídas y los desniveles del lugar sintiéndose la víctima de una película de terror, pero rara vez el asesino es tu propio hermano.
Sintió pasos atrás de ella y se volteó. Jonathan la había alcanzado y para su sorpresa tomó el tobillo de Clary en su mano, la tumbó en la hierba violentamente y la arrastró con su furia estallando con cada paso que daba, mientras Clary se golpeaba una y otra vez contra toda la naturaleza que estaba en su camino, rocas, árboles y hasta pequeños animales.
…
Los cuatro jóvenes caminaron durante interminables horas por los recónditos lugares que Magnus indicaba, éste iba junto a Alec hablando de banalidades como si se encontraran en la recepción de una fiesta. En tanto Jace y Simon iban callados escoltando a los otros dos y con cara de consternación.
-No deberían haber venido, ni tú Simon, ni Luke, tampoco Jocelyn siquiera Isabelle. Éste es mi problema- soltó Jace al cabo de muchas horas en silencio.
-No quieras cargarte todo el heroísmo…un momento- se auto interrumpió- ¿me llamaste Simon?
-Perdóname vampiro no volverá a ocurrir- dijo sin expresión en su voz. Jace estaba cansado de andar por tantas horas y sentir el futuro tan incierto, quería volver a Nueva York y pasar sus días en el pequeño departamento sin que nada le interrumpiese su felicidad.
Simon metió sus manos en los bolsillos y comentó de manera casual y despreocupada:
-¿Y Clary en que parte de Alicante se ha quedado?
Jace se detuvo en seco y lo miró estupefacto
-¿no ha venido con ustedes?
-No, yo pensé que estaba contigo y me alegré que no lo estuviera porque…
-¡¿Cómo?! ¿Ella no se quedó en casa?
-¿tú piensas que Clary alguna vez hace lo que le dices? Me extraña Jace que viviendo con ella tan poco la conozcas- contestó irradiando rencor en los ojos
Una rabia inexplicable corrió por todo el cuerpo de Jace, quizá era el miedo por Clary pero parecía mucho más afectado por el comentario de Simon
-La conozco mucho más de lo que quisieras- le gritó y alzó sus manos a ambos lados del cuello del chico
Alec y Magnus que observaban la situación como espectadores con los brazos cruzados por encima del pecho, parecieron despertar, cruzaron una mirada alarmada y corrieron a separar a aquellos dos que se estaban peleando como bestias y los sujetaron con fuerza a cada uno
-Ya son lo bastantes mayores para actuar así- articuló Magnus mientras en sus brazos Simon trataba de soltarse violentamente.
-Tú lo dices porque tienes más de trescientos años- Gritó Jace desde el otro extremo, con un labio hinchado y sangre brotando de su nariz, con un aspecto vehemente y odio brotando de su mirada aún así le sentaba bien, como salido de un comercial, Simon no estaba en mejores condiciones que él.
Magnus soltó a Simon con una sonrisa divertida como entregando un juguete a un niño
-¡¿Qué haces?!- Chilló Alec que ya no pudo contener más a su prisionero que corrió hacia Simon nuevamente
-¡Basta Jace! Ay Magnus no te sumes por favor- suplicó a los tres hundiendo su rostro en su mano y meneando la cabeza
Al cabo de unos minutos en el que los tres quedaron completamente estropeados Magnus dio unos pasos hacia atrás señalando una casa a unos tres kilómetros
-Es allí
-¡¿Qué?!- gritaron desprevenidos los otros tres
-Allí debe estar Jonathan- corroboró Magnus seriamente olvidado la batalla campal que habían librado
-¿y Clary…-comenzó Jace tristemente
-También debe estar ahí- sentenció dando unas palmaditas en el hombro del chico
Jace hizo un gestó de sufrimiento y se llevó una mano al hombro qué había sido golpeado muchas veces durante la pelea y masculló algo inteligible por lo bajo pero dirigido hacia Magnus.