LUZ Y OSCURIDAD. PRIMERA PARTE. LOS CAÍDOS.

jo, clo!!! me encantaaaaaaaaa!!!! x cierto, cuando tendre mas briaaan???

mmmm..q pasará en esa habitación???

aver,aver...

samanta+kevin+solos-en-una-habitación=...jejeje

dimelo tu!!!!

jeje

no me obligues a mendigarte....

jajaja!!!! no, no te obligo a mendigarme, tranki!!!!!! k pongo massssssssssss!!!!!
y pili, ya sabemos que eres la presi del club Brian, y k por lo tanto...es tuyo!!! tranki k mañana subo massssssss!!!!


CAPÍTULO 6: EL CONSEJO



Kevin se sienta en la cama, haciendo a un lado mi abrigo con suavidad. Yo me apoyo en la pared, esperando a que empiece a hablar. Lo hace a los pocos minutos.
- siento lo que ha pasado-comienza, pero no mirándome a mi, sino al suelo.
- No creo que con sentirlo baste-digo yo, furiosa aún con el-me has hecho mucho daño. Creí que me lo habíais contado todo.
- No tenías por que saber que a lo mejor tu no puedes matar a los caídos-se defiende el-por lo menos, no hoy.
- ¿Y cuando pensabas decírmelo?-quiero saber-¿cuando pensabas decirme la verdad?
- Cuando estuvieras preparada para oírla-responde el, sin quitar los ojos del suelo. sus hombros no están relajados, parece bastante tenso.
- ¿Y eso cuando iba a ser? ¿ cuando no hubiera vuelta atrás?
Kevin alza la vista, y fija sus mirada en mi por vez primera desde que llega a mi habitación. Sus ojos, sorprendidos, recorren todo mi cuerpo, y yo me acuerdo en ese momento en lo falta de ropa que estoy.
- Samanta-logra decir, después de unos segundos de silencio-ya no hay vuelta atrás, ¿lo entiendes? Tu eras una de las dos descendientes de Gabriel, era tu deber estar aquí, en Giria. Aunque Eilne no hubiera muerto, tú deberías haber venido. ¿o no fuiste tu la que dijo que prefería estar lejos de su familia por salvar a toda la humanidad? Tú ya has decidido.
Me quedo en silencio unos instantes, meditando sus palabras. En parte tiene razón, pues, al fin y al cabo, yo debería haber venido de todos modos junto a Eilne. Pero por otro lado, debería habérmelo contado todo desde el principio. Decido, pues, que no es necesario que siga enfadada con por algo que hubiera hecho de todos modos.
- si, ya he decidido-digo al fin-he decidido venir a Giria, y entrenarme. Lo elegí yo, y tu no tuviste nada que ver en mi elección- Kevin me mira a los ojos, esperando una conclusión-siento haber sido tan brusca contigo.
Kevin se toma unos segundos para interiorizar mi disculpa. Se levanta de la cama y se acerca a mi, quedando a solo unos pocos centímetros de distancia. Me siento extraña en su cercanía. Nunca me había sentido así. Intento no parecer inquieta, a pesar de lo nerviosa que me pone.
- Siento no habértelo contado todo desde un principio-dice él, su aliento, a menta, aturdiéndome.
Asiento, y aunque me cuesta bastante, salgo de entre la pared y él, y me siento en la cama rápidamente. Él se ríe disimuladamente, tanto que no se si me lo he imaginado, pero no comenta nada acerca de mi pésimo intento de fuga.
- me alegra que no estés enfadada-dice, ahora él apoyado en la pared-me sentía…..no se…raro. Me has quitado un gran peso de encima.
- Bueno…me alegra haberte ayudado-digo yo.
- Me alegra que te alegre-coincide él.. En ese momento, alguien llama a la puerta-¿esperas visita?
Niego con la cabeza, y me dirijo a abrir la puerta. Me encuentro cara a cara con Daniel, y ahora si me doy cuenta de mi falta de ropa. Le digo que pase con la mano y me dirijo como una flecha hacia el baño, ante la atónita mirada de Kevin. Entro y cojo un albornoz que hay colgado tras la puerta. Es de color rosa claro. Me lo ato con fuerza, y cuando salgo, es cuando Daniel ve a Kevin.
- ¿ estás aquí?-pregunta, aunque no parece sorprendido. Kevin sonríe de mala gana, pero no dice nada.
- Siento molestarte, Samanta, pero el Consejo quiere verte ahora-me dice a mí, con una sonrisa de disculpa- querría que hubieras podido descansar…pero quieren verte ya.
- De acuerdo-digo yo-esperadme aquí mientras me visto.

Entro en el baño y me quito el albornoz. Me parece que Daniel no está de acuerdo en que vea al Consejo ahora, pero no entiendo la razón. Se supone que, aunque suene mal, yo soy la elegida, entre comillas, para acabar con toda una raza de ángeles. No deben estar enfadados o algo así conmigo. Se supone que vengo a ayudarlos. Me pongo lo mismo de antes y me suelto el pelo. Me enorgullezco de tenerlo tan largo, casi hasta el final de la espalda y me lo peino para que no quede muy ondulado. Cuando salgo, Daniel está sentado en la cama con las manos juntas, mientras que Kevin está en la misma posición de antes.
- ¿ya estás lista?-pregunta Daniel, aunque es obvio. Por educación, asiento con una sonrisa. Kevin se incorpora y se pone a mi lado. Me saca un buen trecho, aunque es solo un poco mas bajo que Adam, unos pocos centímetros. Mi obsesión por al estatura me hace una experta en saber lo que mide la gente.
- Iré con vosotros Daniel, si no te importa-dice Kevin.
- Pero si a ti también quieren verte, Kevin-dice Daniel, con una sonrisa-están ansiosos por hablar contigo.
Miro a Kevin, pero el no se inmuta ante el tono de Daniel. Cuando salimos del cuarto, Daniel me dice que debo darle un leve toquecito a la puerta para que recuerde mi tacto.
- es por seguridad-me asegura.
Al entrar en el ascensor, Daniel marca el piso mas alto, y yo me remuevo, incómoda. Me dan miedo las alturas, y rezo todo lo que sé para que en la sala del Consejo no haya ningún enorme ventanal que ofrezca una vista panorámica del paisaje.

wowow!!!

q hubiera pasado si daniel no hubiera entrado???

mmmmmmmmmmmm....

me come la curiosidad!!!

porfa!!!trata de subir mas antes de las 4:30!!!

Anda si el Kevin k tienes puesto en tu firma es flecha verde de superman, perdon smallville, QUE GUAPO ES
Por cierto me encanta la historia ( me estoy haciendo drogadicta a tus historias tan chulas)
Bess ( cuelga en el resto guapa que tengo un vicio)

jejeje!!!!gracias rosita!!!!aki pong mas!!!!


Tardamos menos de tres minutos en llegar al piso 125. Para mi sorpresa, no estoy muy mareada, solo me balanceo un poco. Kevin me agarra por si acaso estoy pensando en caerme o algo así. Salimos del ascensor, y lo que veo me hace contener la respiración. Una enorme sala circular, cada esquina adornada con una columna blanca, gobernada por una enorme mesa en color rojo, con esquirlas doradas en los bordes. Hasta ahí, todo normal. Lo que me impresiona son las cinco personas que conforman el Consejo. Todas y cada una de ellas presentan el mismo aspecto: cara apergaminada, pelo blanco y ojos vidriosos. Pero hay dos hombres y tres mujeres. Las mujeres con el pelo largo y liso; los hombres, corto y también liso. Me obligo a reaccionar para no parecer una maleducada, así que aparto la vista de la mesa. Me alegra ver que solo una claraboya en el techo alumbra la sala, y no hay ningún ventanal enorme.
Daniel nos conduce hacia el centro de la sala, a unos cuantos metros de la mesa. Los cinco miembros del Consejo me observan solo a mí. Ninguno sonríe. Ninguno parece estar contento de tenerme allí. Empiezo a sentirme incómoda ante la situación.
- miembros del Consejo, aquí está Samanta, tal y como pedisteis-dice Daniel, rompiendo el silencio. Le miro, pues me sorprendo ante su tono tan majestuoso. Uno de los hombres, que parece ser el mas alto, asiente, y me invita con una mano a que me acerque mas a ellos. No se que hacer, pero Daniel me empuja un poco para que me acerque. Al final, acabo cediendo, y avanzo hacia la mesa con paso no muy decidido. El hombre me observa durante unos instantes, y luego, me sonríe, aunque a mi me parece mas una mueca de dolor.
- Samanta, es un honor tenerte con nosotros, en Giria-dice el hombre, con voz grave y pausada, la voz propia de alguien de su edad-me agrada ver que has acudido a nuestra llamada.
Asiento, nerviosa, pero no digo nada. No me parece buena idea, ya que creo que los otros miembros van a intervenir en la conversación. Y no me equivoco.
- a raíz del terrible acontecimiento acaecido en Castle Combe-empieza a decir una de las mujeres, con voz muy aguda-tu eres la única esperanza que nos queda, Samanta.
- Y esperemos que el Hijo de la Luz sea misericordioso y te de a ti el don de acabar con la maldición que tiene presa a nuestra dimensión-continúa el otro hombre, de voz también grave-esperemos que así sea.
- Te entrenaran como a al mejor, y serás educada en la ciencia de nuestro mundo, y de todo lo eso conlleva, como las capacidades de aparecer en cualquier sitio, o de percibir que sienten las personas de tu alrededor-añade otra de las mujeres, ésta de voz mas grave que la anterior. Algo me golpea como una maza de todo lo que acabo de descubrir. ¿ Capacidad de percibir los sentimientos de los demás?. Que horror. Entonces….Kevin…..¡Oh, dios!, que horror. Con todo lo extraña que me a hecho sentir desde que lo conozco. Intento no pensar en ello ahora, por la simple razón de que estoy rodeada de siete personas que perciben lo que siento.
- Y serás adiestrada en el arte de la lucha, y enseñada a manejar una espada de hierro celestial, irrompible, la única capaz de igualar una lucha contra una espada de hierro de las tinieblas-finaliza la tercera mujer, de voz suave y ligera.
Asiento rápidamente, y algo me dice que puedo volver a mi posición inicial. Correcto. Lo hago y nadie dice nada. Daniel me hace un gesto con la cabeza. Kevin está muy serio.
- me toca-susurra, y en ese momento, uno de los hombres dice:-Kevin, por favor, acércate a nosotros.
Él obedece, y se pone en el lugar donde yo había estado segundos antes.
- veo que no has sufrido ningún percance, Kevin, y nos alegramos por ello-continúa el hombre, su cara totalmente seria-pero nos ha decepcionado mucho que no hayáis podido evitar la muerte de Eilne. Ha sido una gran pérdida para todos.
Kevin no asiente, no dice nada. Pero veo por la posición de sus hombros que no se encuentra del todo cómodo con la situación.
- también nos alegra que hayáis traído a Samanta sana y salva, te lo agradecemos desde lo mas profundo de muestro ser, Kevin-dice una de las mujeres, la de voz suave.
- Pero no podemos pasar por alto que has dejado muestra situación algo descompensada-dice otra de las mujeres, la de voz grave-pues puede ser que Samanta no sea la elegida, Kevin, y tu seas el culpable de que nuestro mundo esté condenado.
Me sorprende con la dureza con la que se dirige aquella mujer a Kevin.
- no podemos depender de tu criterio siempre que a ti te convenga-continua la mujer, con la misma dureza-tu destino no está en nuestras manos, muchacho, y eso es algo que te llevamos intentando hacer entender desde hace dieciocho años. espero que alguna vez te des cuenta de que tu aquí no tomas las decisiones. Las tomamos nosotros. Por esta vez, y debido a que te elegimos a ti y a tu hermana para que guiarais a las elegidas, en este caso, elegida, no serás castigado. Pero quiero que comprendas que todos y cada uno de nosotros estamos muy decepcionados contigo. Espero que no se te olvide quien manda aquí, Kevin-finaliza la mujer, echándole una dura mirada. Al igual que yo, Kevin asiente, y unos segundos después está a mi lado, casi rozándome.
- Bien-dice uno de los hombre, el que parece ser el mas mayor de todos-ahora podéis retiraros-hizo un gesto extraño, parecido al de rezar, pero mucho mas breve-que Gabriel os alumbre.


Muy lejos de allí, Adam entra en una habitación, en la que se encuentran dos personas: su señor, y una mujer, la esposa de éste. Adam está lleno de barro y tiene el pelo enredado. Luzbel da un paso hacia el, y observa su estado. Luego, le pide que le enseñe la espada, y obedece. Luzbel observa que no ha sufrido ningún daño, y se la entrega a su dueño.
- me alegra que estés de vuelta, hijo-dice Luzbel, sin sonreír-has cumplido bien con tu misión, y me alegro por ello.
- Gracias, señor-dice Adam, también sin sonreír.
- Por cierto Adam, tengo otra misión para ti-dice Luzbel-gracias a nuestra situación, te resultara tan fácil como la anterior. Espero que no me decepciones. Abajo tienes las instrucciones y todo lo que necesitas. Cuento contigo.
- Gracias, señor-repite Adam. Antes de marcharse, pregunta:-por cierto señor, dónde…?
- Cumple con su misión, Adam, eso es lo único que debes saber-le corta Luzbel con cierta brusquedad. Adam asiente, y sale de la habitación, espada en mano.

ahh que xulo lo de los sentimientos, jijiji, son un poco xungos esos señores no??
Bueno, lo de Adam no entiendo nada pero se supone k tiene que ser así asik
pos na me encanatn tus historias
bess
hasta el proximo trozo Clo

ola rosita!!!!!!!!!!! jusjus, la verdad es que Adam es muy complicado!!!jajaja!!!!ahora mismito subo mas wapisima!!!!

ok!!

Oye wapa una preguntita...

tienes todas las historias terminadas o las vas escribiendo sobre la marcha??

jeje...
la de luz y oscuridad la tengo hecha enterita!!!
la de Darkness la dejé en el cap 20, y llevo subido hasta parte del tres asi que...
Huntress era un proyecto que tenía que lo voy siguiendo sobre la marcha, aunque ya tengo todo pensado!!
y la nueva que he subido, El internado Doubt. Podrás escapar? si que no la tengo terminada, por que la escribí hace mucho tiempo(2 años o así) y tengo que cambiar mucho!!!!
bueno, pero tengo muchas massss, algunas acabadas, otras medio hechas, pero esk tampoco os quiero aburrir con mis historis, que os vais a cansar de miii!!!jajaj!!!
un besito wapa, y ahora mismito subo de Luz y oscuridad!!!!!!

aki estaaaaaaaaaaa!!!!!!!


CAPÍTULO 7: PRIMER ENTRENAMIENTO


No se cuanto tiempo he dormido, pero cuando me despierto, siento como mi cuerpo aún no está muy descansado. Tengo las piernas agarrotadas, y el brazo derecho dormido. La cabeza me devueltas, y veo borroso. En definitiva, necesito dormir más. Mientras ese pensamiento tan apetecible ronda mi cabeza, llaman a la puerta. Con un suspiro enfurruñado, me levanto de mala gana y me dirijo hacia la puerta. Cuando la abro, me encuentro a Cassy, que me sonríe y me enseña una espada de lo que supongo es hierro celestial, con la empuñadura surcada de piedras verdes y rojas muy brillantes. Sopesándolo, creo que son diamantes.
- ¿ estás lista?-me pregunta, dándome la espada. La cojo, y aprecio que pesa mucho.
- Para cogerla aún no-respondo, y se la devuelvo con cierta dificultad-en realidad, para nada-Abro la puerta un poco más para que pueda pasar.
- ¡Oh, venga Samanta!-exclama, dejando la espada en la cama con cuidado-empezamos hoy con el adiestramiento. Tienes que tener la cabeza despejada.
- Siento comunicarte que lo único que tengo en la cabeza es un fuerte dolor-digo yo, sentándome en la cama, a una distancia prudente de la espada-y no creo que despejarlo sea tarea fácil.
- Una de las cosas que irás aprendiendo con el paso de los días es que las excusas no valen-dice Kevin, entrando en ese momento por la puerta. Cassy descorre las cortinas de la única ventana de la habitación, haciendo que la luz del día me ciegue por completo-tu ropa de entrenamiento está en el baño-dice, dándose la vuelta. Me mira detenidamente-no puedes luchar así, pareces no se el qué. Anda, vístete, la ropa de entrenamiento está en el baño.
Me pongo colorada, lo sé, pero no por el comentario de Cassy, sino por la mirada que me echa Kevin.
- te estaremos esperando abajo-finaliza, dirigiéndose a la puerta-no tardes.
Cuando salen del cuarto, me pongo de pie de un salto y me dirijo al baño con un extraño presentimiento. Cuando veo la ropa a la que se refiere Cassy como “ropa de entrenamiento”, mi presentimiento se hace realidad. Toda blanca. Desde los pantalones, hasta la camiseta. Intento no pensar demasiado en lo sucia que se pondrá con el tiempo, y comienzo a vestirme.

Cuando salgo del baño y me miro en el espejo, lo primero que pienso es que me han dado ropa de una talla más pequeña que la mía. El pantalón me queda muy ajustado, casi como si no llevara nada. La camiseta más de lo mismo. Deja mi ombligo al aire y está demasiado ajustada. Me hace mas pecho del que realidad tengo. Con esta ropa, mi pelo caoba gana protagonismo. Los zapatos que me han dado también son blancos, pero no son parecidos a mis deportivas, sino que están hechas de un extraño material, muy suave, pero también muy cómodo.
Termino de observarme y hago la cama con una celeridad asombrosa. Cuando salgo del cuarto y cierro la puerta, recuerdo el consejo de Daniel, y le doy un breve toquecito al pomo. Cojo el ascensor y marco el botón 0. Treinta segundos y un mareo después, estoy en el hall. Me tambaleó un poquito, pero no tanto como la primera vez. Esta mañana, la estancia está de lo más concurrida, con un montón de gente andando de acá para allá, sin pararse a saludarse unos a otros. Busco con la mirada a Cassy y Kevin, y los encuentro cerca de la fuente que tanto me había llamado la atención ayer. Cuando estoy solo a unos pasos de ellos, Cassy sonríe.
- veo que ya estás lista-aprecia.
- Creo que me queda todo pequeño-le informo, incómoda.
- No digas tonterías, Samanta-dice Kevin, repentinamente divertido-así es como debe quedarte la ropa. De lo contrario, podrías tropezar si es demasiado holgada, y no te otorgaría libertad de movimiento.
Asiento, comprendiendo que tiene razón en lo que dice, aunque no se si habla en broma. Después de dirigirme una última mirada, que creo que es un poco burlona, abandonamos el edificio del Consejo, y nos adentramos en un día muy soleado. Miro hacia arriba, y me sigue pareciendo que el sol está mas cerca de lo habitual, aunque no hace mucho calor, sino esa agradable temperatura intermedia.
- ¿por qué parece que el sol está tan cerca?-pregunto, mientras rodeamos un edificio que tiene pinta de iglesia. Cassy me mira, pero es Kevin el que habla..
- Por que está mas cerca de lo habitual-responde, con naturalidad-nuestra dimensión está a varios kilómetros de la tierra, bastantes diría yo. Pero una cúpula del mismo material del que están hechos los edificios protege la ciudad. es invisible a nuestros ojos, para dejarnos ver lo hermoso que es el cielo.
Medito sus palabras. Y una pregunta que debería haberle hecho desde el primero día que le conocí aborda mi mente.
- Kevin….-comienzo a preguntar, pero me detengo, pensando que a lo mejor es una pregunta estúpida. El lo aprecia, y me mira de nuevo.
- ¿si?-quiere saber. Le miro, y lo intento de nuevo.
- Vosotros….nosotros-me corrijo-los ángeles….bueno, ¿no tenemos….?-me detengo de nuevo.
- ¿Tener el que?-pregunta Cassy, deteniéndose. Kevin también lo hace.
- ….¿alas?-finalizo yo, incómoda. Me miran durante unos segundos, y luego se echan a reír.
- ¿Tanto royo para preguntarme eso?-se burla Kevin, pero yo no le hago caso, si no que espero una respuesta concreta. Dejan de reírse, pero las expresiones divertidas no abandonan sus rostros-claro que tenemos alas, pero no como dicen las leyendas….-ante mi cara de total confusión, Cassy continúa-verás, las tenemos, aquí, en la espalda, bien escondidas. Forman parte de nosotros. Pero solo se despliegan en situaciones de peligro, o cuando hay un enemigo cerca.
- Pero….-pienso en la noche en la que casi soy asesinada por Adam-pero…¿tu las desplegaste aquella noche? ¿Cuando Adam casi me mata?
- Lo hice yo-responde Kevin-pero estaba oscuro, y no lo viste. Él también las desplegó.
- ¿ Adam también tiene alas?-me extraño, aunque bien pensado, es lógico.
- Claro, Samanta, ¿que es lo que acabo de decirte? Pero las suyas no son como las nuestras….ya no- Kevin parece furioso.
- ¿ que quieres decir?
- Que ya no son alas tocadas por el Hijo de la Luz-responde-no son blancas. Son negras, como la oscuridad.
- Ah-digo yo por toda respuesta. Kevin no parece sorprendido por mi pequeño comentario. La expresión furiosa desaparece se su expresión, y alza la cabeza.
- Ya hemos llegado-anuncia. Yo también alzo la cabeza. El edificio que tengo frente a mi no es ni mucho menos tan grande con el del Consejo. Es parecido a una casa de tres plantas, aunque hecha del mismo material que todo los edificios de Giria. La puerta es de dimensiones normales, y hay una escalinata para acceder a ella-aquí es donde entrenamos todos.
Entramos en el edificio, y no me sorprende para nada que esté abarrotado. Hoy, a diferencia de ayer, la ciudad está colapsada por miles de personas. Unas cuantas personas me echan miradas furtivas, pero no se acercan a nosotros, ni dicen nada. Otras, me miran con incredulidad, y no les culpo. No soy lo que se dice una persona con aspecto de acabar con una raza entera de ángeles. Aunque después de todo estoy equivocada. Dos personas, un chico y una chica, se acercan a nosotros, ambos con una sonrisa. La chica se echa a los brazos de Kevin, como si le fuera la vida en ello, y no repara para nada en mí o en Cassy. el chico parece mas tranquilo, y me dedica una sonrisa.

k wuay!!
jaja k siga así y va a tener a kevin comiendo de la mano (como debe ser el conjuntito...)
sigue colgando (jaja kiero the darkness)
bess Clo

jajajaja!!!! si, si asi debe ser!!!! rosita, cuando pueda subo de Dakness, es que estoy haciendo unas imágenes de las historias!!!!cuando las acabes paso a ordenador y subo ok wapa!!!!???besitossssss!!!!

Ok Clo hablando de imagenes la que se supone k es alex de the darkness es Kate de perdidos no??

siiiiii!!!!!! es que me pega mucho, aunq hay otras actrices q tmb me pegan, asi k a lo mejor cambio!!! per esk me encanta Kate...bueno, me encanta perdidos!!!!!!

Jajaja yo tbn
Fan desde k empezaron ha exarlo en la 1
Luego termine descargandolos en VOS en internet
Pero en serio me encanta y los caps me dejan (sin palabras)

buff, entonces eres igual que yo!! fan inicial!!!!! jajaja!!! yo tmbien acabé viendolos en internet!!!! es lo mejorrr!!!

Si además luego los dobladores se cargan la actuación...

si, es verdad, muchas series parecen menos por los dobladores, yo veo muxas series VOS por que a veces incluso cambian lo que dicen!!!!

Sii jaja, o dices esta voz ya la he escuchado.
Como me paso este verano viendo el clan tve por la noche k habia una k tenia la voz DE BART SIMPSONS cada vez k abría la boca me partia...

jajajaja, es verdad, y la cosa es que te quedas con la vozx del personaje y ya si la escuchas en otro sitio resulta raro!!!

Claudia está muy bien.

Sigue, porfa. Y sigue tambien en las demás, porfa.

hello ainhoa!!!!! en cuanto termine con las imagenes me pongo ok???besots wapa!!!!

hay!!!me gusto ese pedazo!!!

pero...quien es esa chica!?!?!?!?!?

no m gusta naa...

segui!!!

y con darkness tmbn!!!

aki va massssssssssssssss!!!!!!


- ¡oh, Kevin, menos mal que estás bien!-exclama la chica, echándole los brazos alrededor del cuello-el Consejo estaba muy enfadado, pero yo sabía que estabas bien y que no habías sufrido ningún daño….-la chica se interrumpe para darle un largo beso en los labios. Aparto los ojos directamente de esa escena, e intento pensar otra cosa, lo que sea, con tal de no mostrar mis sentimientos. Lo que me falta es que estos tres sepan lo que siento al ver a Kevin besar a otra. Aunque bien visto, ni yo misma lo sé. Miro al chico, que parece estar haciendo lo mismo que yo.
- Hola, soy Karel- se presenta, ofreciéndome una mano que yo acepto-estoy encantado de conocerte, y espero que de verdad seas tu la elegida. Hemos esperado mucho tiempo.
Sonrío a Karel, de pelo negro y corto, y de ojos azules muy oscuros.
- gracias-respondo. Miro de reojo la escena que tiene lugar a nuestra izquierda, y me encuentro con los ojos de Kevin, que también me miran de reojo, mientras la chica no deja de besarle con pasión. En ese momento, se separa de la ella, y respira profundamente. Ella parece satisfecha.
- Samanta, esta es Kira-nos presenta. Observo a la chica. Más alta que yo, más guapa que yo, más delgada que yo, más todo que yo. Tiene una larga cabellera negra y unos ojos color ámbar. Me dedica una pequeña sonrisa.
- Hola Samanta, encantada de conocerte-dice, y me tiende una mano. Yo la acepto, aunque no de tan buen grado como la de Karel-espero que tú seas la elegida, aunque quien sabe…
- Gracias, Kira-digo yo, intentando parecer amigable.
Se hace un incómodo silencio, que Cassy se encarga de romper.
- bueno, creo que deberíamos empezar-sugiere, dándome pequeños empujoncitos para que avance-la sala está por aquí.
- Nosotros también iremos-dice Kira, en un tono que no admite discusión-vamos, Karel.
El muchacho asiente sin mucho entusiasmo. Los cinco nos dirigimos, pues, hacia una puerta de color verde con las jambas doradas, igual que la de mi habitación. Cuando Kevin la abre, me encuentro en una sala totalmente vacía, y por lo que veo, insonorizada. Solo dos mesas, una en cada punta de la habitación, pueblan la estancia. Encima de una hay un montón de espadas como la que me enseñó Cassy esta mañana en mi cuarto, a parte de algunos machetes y cuchillos, que me supongo, también son de hierro celestial. En la otra mesa hay un montón de palos de madera, del tamaño de las espadas. Kevin se acerca a ésta última, y me lanza uno de los muchos palos. Yo lo cojo por poco. Lo miro con confusión.
- ¿ para que….?-pregunto, observándolo.
- ¿No pensarás que vamos a entrenar hoy con las espadas, verdad?-me dice con escepticismo-no quiero que el Consejo se lleve un susto cuando te vea aparecer llena de cortes el primer día de entrenamiento-coge el también otro palo y se acerca a mi-primero te enseñaré la técnica, como utilizar la espada como una defensa, un escudo contra cualquier ataque, y como se supone que para eso he de atacarte, no voy a utilizar las espadas.
- De acuerdo-respondo lentamente, aunque una parte de mi se siente mejor. No me veo capacitada para manejar una de esas espadas aún. Echo un vistazo a mí alrededor. Kira y Karel están sentados en el suelo, en una esquina apartada. Karel no parece muy entusiasta con la idea de quedarse aquí, pero Kira está pletórica, con los ojos puestos en Kevin. No se como sentirme al respecto. E intento despejar eso de mi cabeza. Ya lo pensaré mas tarde, cuando esté a solas. Cassy está a mi lado.
- No te preocupes, ella no será muy dura contigo-me dice en tono confidencial.
- ¿ella?-pregunto yo, confusa.
Kevin se encuentra a una distancia prudencial de mí.
- Kira, ven aquí-dice, y al segundo, Kira está a su lado, adorándolo con la mirada-vas a ayudarme con Samanta, ¿de acuerdo?
- Claro-acepta ella con una sonrisa. Kevin le cede el palo, y ella se pone frente a mi.
- Ahora voy a enseñarte movimientos defensivos-me explica Kevin, ahora, muy serio-coge bien tu palo, como hace Kira.
Miro a Kira, que blande el palo con ambas manos, ladeado. La imito, aunque no totalmente. Su posición es muy elegante, y la mía, la normal en un principiante.
- no está mal-dice Kevin, aunque acaba por acercarse a mi por detrás. Agarra mis manos con las suyas, y me mueve a su antojo. Siento un cosquilleo en las manos, dónde el me toca. Me noto nerviosa, y eso no es bueno, rodeada de gente que percibe lo que siento-así esta mejor-siento su aliento en la nuca. Se separa de mi, y se pone a mi lado-mucho mejor.
Miro a Kira, que me observa como si fuese un insecto infecto. Me pregunto que siente ella respecto a mí. Pero cuando Kevin la mira, esa expresión da paso a una mucho más amigable.
- cuando Kira se acerque a ti, no muevas el palo-me dice Kevin-cualquier movimiento en cualquier dirección le puede decir hacia donde vas a atacar. Mantenlo quieto. Kira-dice, y entonces veo como Kira empieza a acercarse a mi. Mantengo el palo firme sin moverlo. Ella cada vez está mas cerca-ahora, mueve el palo hacia arriba-me avisa. En cuanto lo hago, Kira arremete contra mi fuertemente-¡hacia abajo!-exclama Kevin. Obedezco, y Kira vuelve a arremete contra mi, esta vez con demasiada fuerza. Mi palo sale disparado, y tropiezo hacia atrás, cayendo al suelo de espaldas. Kira me apunta con su palo en el pecho.
- En el corazón-dice. Ambas nos miramos con ojos cautelosos. No le caigo bien, y ella a mi tampoco. Es un secreto a voces, o por lo menos lo es ahora.
- Mal, Samanta-dice Kevin, y Kira se aparta de mi. Me levanto con dificultad. Me he dado un buen golpe-has actuado con demasiado lentitud. Probemos esta finta otra vez.
Las horas siguientes son auténticamente humillantes. Kira me desarma una y otra vez, con, sin parecer, ningún tipo de problema. No se decir cuantas veces me caigo, pero mi espalda empieza a quejarse. Kira está exultante. Con cada desarme, me mira triunfante. Kevin permanece serio todo el tiempo. No me ayuda a levantarme, ni me da palabras de ánimo, al igual que Cassy. Llega un momento en el que parece cansado, y entonces de por terminada la clase.
- creo que por hoy ya es suficiente-proclama, tras lo que para mi es una eternidad-gracias, Kira-la interpelada esboza una sonrisa radiante, y deja su palo en la mesa-Samanta, deja tu palo en la mesa.
Yo obedezco. Cuando dejo el palo en la mesa, me giro, para encontrarme frente a frente con Kira.
- no ha estado mal, Samy-comenta, aunque yo se que no lo piensa-pero no sufras, pronto dejarás de ser tan mala-después de soltarme eso, se da la vuelta, y después de darle un beso en la mejilla a Kevin, junto a Karel, sale de la habitación. Los tres nos quedamos solos.
- No sabía que estabas tan mal de reflejos-dice el, dirigiéndose a la mesa de las espadas.
- Pues ya lo ves-digo yo, molesta-es una verdadera suerte que tengas a Kira para enseñarme-añado, picada-creía que serías tu el que me enseñaría.
Kevin se da la vuelta, y me mira fijamente. Estamos cada uno en una punta de la habitación. Cassy lo observa todo con ojos cautelosos.
- ¿quieres luchar contra mi?-pregunta, y parece incrédulo.
- Creí que serías tu el que me iba a enseñar, eso es lo que dijo el consejo-digo por toda respuesta.
Kevin me dirige una última mirada, impenetrable. Un segundo después, desaparece ante mí a través de una luz muy brillante, para aparecer a escasos centímetros de mí de la misma manera pasado otro segundo.
- pues entonces….-coge un palo y me entrega a mi otro-luchemos.
Cojo el palo con firmeza, y ambos nos dirigimos al centro de la sala. Se pone frente a mi, y ambos colocamos el palo en posición ladeada. Cassy está en una esquina, expectante. Kevin me mira a los ojos, y parece inmóvil. Pero a mi no me engaña. Se que va a moverse de un momento a otro. Y no me equivoco. Empieza a avanzar hacia mí, y yo me preparo para el primer golpe. Se lanza sobre mí con menos ímpetu que Kira, pero de todos modos, me hace retroceder, aunque paro su ataque. Hace un movimiento hacia abajo con el palo, y yo sé lo que tengo que hacer. Lo esquivo con para mi sorpresa, bastante facilidad, pero mi suerte dura poco. Otro movimiento rápido de su palo me hace caer al suelo, y mi palo se engancha en su camisa, haciéndole caer también a el. Queda encima de mí, y pesa bastante.
Ambos nos miramos, sus ojos, verde jade, brillantes, los míos, llorosos por el golpe. Su respiración es tranquila, como si no hubiera hecho el menor esfuerzo. La mía es irregular, y sé que no es por el ejercicio. Me pone muy nerviosa que esté tan cerca de mí.
- casi-dice el, su aliento azotándome la cara. Sabe a menta y a eucalipto-pero no.
Se incorpora poco a poco, y me ofrece una mano para ayudarme a levantarme. Me toco la espalda, dolorida. Cassy está ya a nuestro lado, y me toca un hombro con delicadeza.
- debería dejarlo por hoy, Samanta-sugiere, su voz preocupada-tienes que descansar un poco.
- Gracias, no lo sabía-repongo yo, irónica. Kevin, serio, no dice nada. Nunca dice nada.