En la habitación (one-short)

187-191 (páginas en las que transcurren estos momentos)











En la habitación




One-Short










Jace Lightwood & Clarissa Fray

-Acabar de ducharme. Y si has hecho que me quede sin agua caliente,
me enfadaré mucho.










Entró en el baño y cerró la puerta de una patada a su espalda.










Clary solo quería gritar y desahogarse.










Estaba totalmente frustrada, porque demonios se tenía que a ver
enamorado de él, porque de su hermano.










Quería gritar, patalear y tirarse de los pelos.










Nunca debería haber dicho lo que había dicho, estúpida, era una
estúpida.










Es que Dios...resultaba tan difícil su situación, Jace era su
hermano, no podía estar con él...no era correcto.










¿O solo era miedo? Miedo a salir herida de aquella relación, miedo
a herir a Simón.










Se desplomó sobre la cama y clavó la mirada en el techo. Estaba tan
vacío como lo había estado la expresión de Jace antes de darle la
espalda. Se volvió y advirtió que estaba encima de la camiseta
azul. Olía como Jace. Enroscándosela alrededor de ella se dejó
llevar por los brazos de morfeo.










(Pov mío)










Cuando despertó observó que Jace estaba en el sillón observándola
con detenimiento.










-¿Dormiste bien?-preguntó y ella en respuesta asintió-










-Me voy a cambiar-dijo Clary mientras se dirigía al baño-










-Clary-Clary se congeló por el tono de voz-...-el chico suspiró y
se acercó a ella- Yo, lo siento-










-Que tontería, no eras tu el que decía que era una estupidez pedir
perdón por cosas de las que uno no tiene la culpa-contestó Clary-










El la cogió del hombro e hizo que se diera la vuelta para mirarle.










-Clary-cogió aire- te amo, y no puedo vivir ni un solo segundo más
de mi vida te necesito, ahora bien si me dices que no me quieres, que
nunca me querrás, te juro que te dejaré en paz-










Clary bajó la mirada al suelo y susurró muy bajito las palabras “no
te quiero”.










-No-dijo Jace- Dímelo mirándome a los ojos-










Ella levantó la mirada para encontrarse con esos ojos que tanto le
gustaban.










-Yo...yo...yo no te quiero- habló la chica en voz muy baja y los
jóvenes sintieron que sus corazones se rompían en mil pedazos, ella
no podía, no podía hacer eso- yo...yo-










El sonrió amargamente.










-No vallas a decir lo siento-la cortó Jace-










-Yo iba a decir que no te quiero, que te amo-si lo otro lo había
dicho en voz baja esto lo había articulado con la boca-










Una sonrisa de suficiencia se formó en el rostro masculino.










-Yo también te amo-se acercó a ella y la cogió por la cintura con
un solo brazo y con el otro le acarició el rostro suavemente- te amo
más que tú a mi-se acercó a su rostro y acarició los labios de la
chica con los suyos-no puedo estar sin ti-finalmente posó sus labios
en los de la chica, en un suave y tierno beso-










El beso se fue intensificando, las manos de ella pasaron a sujetar la
cabeza del chico, enterrando sus manos en los cabellos del chico y
las mano que antes acariciaba la cara de Clary había pasado a
agarrar su cuello.






Poco tiempo después se tuvieron que separar por falta de oxígeno.










Las respiraciones de ambos eran aceleradas.










Jace sonrió de forma pícara.










-Me gusta pecar contigo-dijo Jace-










Ella no pudo evitar sonreír y volvió a juntar sus labios con los de
él.










Unos besos más tarde estaban recostados en la cama, besándose con
más fervor.










El pasó a besar el cuello de la muchacha, provocando suspiros de
placer por parte de esta.










Llamaron a la puerta a la puerta y los dos pararon en seco
recuperando la cordura.










-Voy a cambiarme- y Clary entró veloz como el rayo en el cuarto de
baño-


















Cuando la chica salió se encontró a Jace recostado en la cama
observando el techo.










-¿Sabes? Babeabas al dormir-dijo Jace- no se ve bien muy a menudo a
alguien babeando. Especialmente con un abandono total. Con la boca
abierta y todo eso.










-Vamos cállate-palpó a su alrededor por entre las mantas hasta
localizar su teléfono y volvió a mirarlo, aunque no sabía sabía
lo que diría. “No hay llamadas”-. Son las tres de la
madrugada-advirtió con desaliento- ¿Crees que Simón estará bien?

...Fin...