Destino Cpa3.25 (titulo probisional)

Siento haberos tenido a bandonados, pero he estado en el pueblo y alli no tengo conexion:(
Ahora mismo os subo!!!!!!!










—Hola Claudia, cuanto tiempo—dijo Adriano con una amplia sonrisa.

Claudia permaneció inmóvil con la mandíbula apretada.

Adriano seguía exactamente igual, paralizado para siempre en sus 19 años. Su pelo rubio le caía sobre la frente, sus ojos igual de verdes que siempre, sus labios carnosos... Claudia apartó la mirada.

—Vaya sorpresa—dijo dirigiéndose a Octavio—. La próxima vez que queráis darme una sorpresa… regalarme un ornitorrinco, me hará mucha mas ilusión.

Dicho esto precipitó hacía la puerta y salió dando un fuerte portazos. Abajó las escaleras a toda velocidad, todos los inquilinos de la gran mansión estaban en el salón, algunos, la gran mayoría se quedaron.

—¡¿Qué narices miráis?!—les bufó mientras pasaba por el salón y salía por la puerta dando otro portazo.

Una vez fuera se dirigió al garaje, aguzó el oído para ver que se decía en la casa.

—No esperáis que te recibiera con un beso, ¿no?—le decía Julian a Adriano aún en el despacho.

—No, la verdad es que no… pero tampoco esperaba que me comparara con un ornitorrinco, la verdad.

—Dale tiempo, aquella noche cambiaron muchas cosas para ella—dijo Octavio.

“¿Muchas cosas?”, pensó Claudia, “¿Muchas cosas? ¡Joder, me quedé sin familia, sin amigos, SIN VIDA! ¿Cómo demonios quiere que le perdone?”

—¿Más tiempo? Ya han pasdo 15 años—reposo Adriano.

—Si hubieras hecho las cosas como Dios manda…—le reprendió Octavio—. Ahora lo que necesita es acostumbrase a que estés aquí, eso sí, no le agobies dale tiempo. Es muy posible que las cosas no vuelvan a ser como antes de aquella noche…

Oyó que alguien se daba la vuelta, no eran los pasos de Julian a si que supuso que eran de Adriano.

—Volverán a serlo, aunque tenga que volver a conquistarla.

Y cerró la puerta.

Octavio suspiró.

—Por lo menos no le ha pegado—dijo Julian optimista.

—No lo ha hecho porque estaba yo delante—volvió a suspirar—. Ve con Claudia y evita que coja esa maldita moto, no esta en condiciones de conducir.

Claudia echó a correr hacia el garaje y moto, lo que más necesitaba era alejarse de esa maldita casa a toda velocidad. Pensó que no le daría tiempo a coger el casco, así que se lanzó directamente a por la moto, se subió y la arrancó.

Cuando salió del garaje Leti y Julian la estaban mirando desde la entrada de la casa. Julian le hizo señas para que parara, pero ella le ignoró. Leti corrió a su coche para seguirle.

Claudia aceleró y aguzó el oído para ver que decían Julian y Leti en el coche.

—Perfecto, ahora una persecución…—estaba diendo Julian.

—¿Por qué no le dejamos en paz?—dijo Leti—. Es lógicamente normal que quiera estar sola.

—No está en condiciones de conducir, que esté sola andando.

—¿Qué ha pasado en el despacho?—preguntó Leti.

Julian se rió.

—Adriano ha entrado y le ha dicho que cuanto tiempo, ella a mirado a Octavio y le ha dicho que la próxima vez que le queramos organizar una sorpresa le regalemos un ornitorrinco, que le hará mucha más ilusión.

Leti se rió.

—Y ¿Qué cara ha puesto él?

—Se le ha borrado la sonrisa de un plumazo—Julian se puso serio—. Adri tenía muchas ganas de verla y ella a sido tan fría…

—Normal, encima que le cambia la vida no se queda con ella. Yo siempre dije que cuando Adri volviera sería un paso atrás para Claudia, pero nadie me escuchó.

—Como le he dicho a Octavio, al menos no le a largado un bofetón.

Claudia decidió dejar la moto atada a un árbol en la próxima curva e ir caminando al lago. Un paseo por el bosque le ayudaría a aclarar ideas.

Siguió escuchando a Julian y Leti para ver si le iban a seguir.

—Mira, a dejado la moto, seguro que va al lago—dijo Leti.

—Vámonos a casa, me han dicho que no cogiera la moto y la dejado.

Claudia dejó de espiarles y echó a correr por el bosque.

Debido a su extraordinaria fuerza física no se detuvo hasta llegar al lago, se sentó en la orilla a pensar.

El lago era un lugar increíble, un gran espejo ovalado, rodeado de altos árboles.

“A pasado tanto tiempo, y vuelve y quiere que todo sea como antes, yo no puedo…”

Se puso en pie, se quitó la ropa, la colgó en al árbol más cercano y se zambulló en el lago. El agua la relajó bastante.

No sabría decir cuanto tiempo estuvo en el agua antes de oírle.

Gracias que aún estaba lejos y le dio tiempo a vestirse antes de que llegara.

Era Julian.

—Uff, me has asustado—le dijo Claudia sentándose en una roca junto a la orilla, estaba descalza y metió los pies en el agua.

—Creías que era otra persona…

Claudia se encogió de hombros.

—¿Por qué ha vuelto? ¿Por qué ahora que todo iba bien?—le preguntó con la vista fija en el los árboles del otro lado del lago.

Julian suspiró.

—Por eso, porque todo esta calmado.

—Vamos, que ha vuelto para volver a complicarlo todo.

—No, bueno… depende por donde lo mires—dijo Julian lanzando una piedra que rebotó en el agua—. Te a echado de menos.

—Que pena que yo no pueda decir lo mismo de él.

—Puedes mentir todo lo que quieras si así te sientes mejor, pero tú sabes que eso no es verdad.

—Me destrozó la vida…

—Fue un accidente, el no quería morderte, no así. Además yo creía que eso estaba superado.

—Y lo estaba, hasta que le he visto con su estúpida sonrisa de niño bueno.

—¿Por qué no pruebas a hablar con él? A lo mejor solucionáis algo.

—Sí, vale—dijo Claudia con exagerado entusiasmo—, quizá dentro de 1.000 años.

—Somos vampiros tenemos toda la eternidad.

—¡Eso! Tú recuérdamelo.

—Creía que te gustaba ser eternamente joven y guapa y tus poderes

—Sí, está guay, pero el problema es pasar la eternidad con esté lío en la cabeza.

—Habla con él.

—Bueno, bueno, lo consultaré con la almohada. ¿El señoritingo va ir al instituto?

—Sí, al mismo curso que nosotros.

—¿Voy a tener que aguantarle en alguna clase?

—Creo que Octavio le ha elegido personalmente las asignaturas para que no coincidáis, el problema son las extraescolares, que las va a elegir él mañana.

Claudia emitió un gemido.

—Si te aseguras de que no escoja equitación te regalo mi DS.

—¿Por qué iba a hacer eso? Cuando tú me has tenido haciéndola en contra de mi voluntad, es mi momento para vengarme.

—¿Porque eres muy buena persona y ahora que el indeseable éste ha vuelto no tendrás que cuidar de mí y podrás cambiar, tranquilamente, de extraescolar?

—Me has conmovido, lo haré. Al menos intentaré que no la coja todos los días, pero le gusta montar y es posible que la coja algún día diga yo, lo qe diga.

pobre Adriano y pobre Claudia... supongo que sera duro para los dos, pero espero que se reconcilien....
15 años? pff cuanto tiempo!!
sube mas porfi!