Bueno, esto es un relato que aposté por ¡¡La Roja!!, aquí lo tenéis:
~El Chico De Mis Sueños~
Estaba en un salón. Un salón grande, con una multitud de gente bailando; entre ellas, me encontraba yo junto a un chico. Sonaba una canción lenta y nosotros nos movíamos a su ritmo.
No lograba verle la cara a ese extraño chico, pero abía uqe era alto, moreno y de cabello castaño.
Yo lucía un vetido largo laco con volantes y mis cabellos rubios iban recogidos en un moñono informal medio desecho.
Nos encontrábamos en una parte alejada de la multitud e íbamos bien abrazados. Entonces, el chico que no conocía me dio un beso, que sin saber por qué, yo le respondí. Nos separamos suavemente y él se me acercó al oído.
-Te amaré por siempre, Anabel- me susurró
Yo, volviendo a no hacer caso a lo correcto, le susurré:
-Y yo nunca te olvidaré, y- añadí- si algún día te perderé, te juro que iré en tu busca.
________
[Nii, nii, ni]
-¡Ah!
Me levanté violentamente y me senté en la cama. Recordé las últimas palabras de mi sueño.
¿Quién era ese chico? ¿Por qué había pronunciado esas palabras? No eran las palabras de una chica de 20 años soltera. Ese sueño, parecía algo muy real, y ese chico parecía importarme verdaderamente. No le llegué a verle la cara, y si fuese mi verdadero "enamoramiento" lo iría a buscar ¿Verdad? No hay nada malo en probar. Podía pedir un mes de vacaciones y buscarlo. Esto sería la vuelta al mundo en 31 días. ¿Podría hacerlo? ¡Claro que sí! Y oiempre fui una gran aventurera, no debería rajarme ahora que soy mayor de edad y tenía veradera agilidad al hacer esgrima profesional. Llevaría a mi amigo conmigo, Jesús, y a mi diario, en el que apuntaría todo.
Cogí mi teléfono y marqué el número de Jesús.
-¿Diga?- preguntó Jesús.
-Hola, Jeús, soy Anabel,- empecé- quería preguntarte algo.
-De acuerdo- dijo él-. Dispara
-Te sonará un poco loco, pero...¿Quieres dar la vuelta la mundo conmigo, en un mes?
-¿QUÉ?, ¿ESTÁS LOCA?
-NO es que...
Y después de contrale todo, él accedió. Nos preparabamos con footing, natación y esgrima. La víspera del viaje, yo pedí las vacaciones, que me concedieron y empecé a escirbir mi diario de viajes:
1 de Agosto, 2010, 3:05 am.
Hoy empieza nuestro viaje en busca de ese chico que, supuestamente, he perdido. Jeús está al lado mío, dormido. Ahora nos encaminamos a París, Francia. Esperemos que esté en Europa. Llevamos suficiente ropa para todo el mes y allí, ojalá no haga tanta calor cómo en Andalucía. A mi lado tengo una niña pequeña, a la que sus padres me han pedido que la cuide. Según el reloj, en París son las 3:07, cómo aquí, ya que no hay diferencia. La niña llamada Andrea, se ha dormido también. Yo seguro que dentro de poco también me dormiréee, perdón, hay turbulencias en el avión. Bueno, el caso es que espero n otener uqe dar toda la vuelta al mundo sin nada. Tengo varios destinos pendientes, entre ello, España, también. Quien sabe, tal vez esté allí. Pero, sino empecé por allí, es porque busqúé en Google salones así, y no apareció ninguno. En otros sitios aparecieron parecidos. Pero yo recorreré todo el mundo por si acaso.
¡PUM!
El avión empezaba a caer. Desperté a las dos bellas durmientes y les dije cogieran el paracaídas.
Empezábamos a caer a gran velocidad, suerte que estábamos ya cai en París. Se oían gritos y lloros. Andrea empezaba a tener miedo. Yo le dije que no pasaba nada y que sus padres estarían bien.
Jesús permanecía tranquilo. Nos dirigimos a la salida del avión otras personas ya se habían tirado, otra se encontraban heridos leves o graves y otros, con más mala suerte, ya fallecían. Entre los fallecidos, esncontré a los padres de Andrea. Intenté que ella no los viese. Nos tiramos y aterrizamos sobre un campo. Mucha gente comenzó a venir y preguntar que había pasado si estábamos bien... y, cómo no, llamaron a la policía y a la cruz roja por el avión. Segundos después de eso, un fuerte estallido. Un coro de ¡Oooh! deprimente y sorprendido empezó a cuchichear y a gritar ayuda.
-Esperemos que no pase los mismo en el próximo- dije a Jesús.