Buenas!!!
Pues aquí vengo a empezar otra historia ^^ que creo que tener dos en marcha para alternar no está mal =)
Antes de nada, debo avisar que esta historia seguramente será bastaaaaante larga y que si esperáis encontrar romance desde la primera página os aviso que no será así. El amor vendrá más tarde, espero que no os exaspere xD . A ver qué me sale ^^
Y otra cosa es que no habrá mucha fantasía (no digo que nada), ni enanos ni sirenas, ni hadas ni vampiros... así que... lo siento >____<
Ahí va el prólogo
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Miré mis zapatos recién estrenados de color negro, el contraste con los calcetines blancos. Estaban sucios. Mi falda y mis manos también, cubiertas por una capa de fina arena parda, tenuemente brillante bajo la luz del sol. Los demás jugaban en el tobogán y en los columpios, saltando y riendo. Mis pies hormigueaban diciéndome que querían correr tras ellos, también porque hacía rato que no los movía.
Aparté la vista de mis antiguos amigos y me centré en el castillo de arena que tenía delante. Había un surco en uno de sus lados, una parte deshecha en la parte superior. Mis lágrimas se habían mezclado con la tierra y estaban deshaciendo lo que tanto rato me había costado hacer.
Miré el castillo un segundo más antes de perforarlo con el dedo índice, justo en el centro. Se mantuvo de pie aún durante un rato pero después, simplemente se desmoronó.
Pese a que era muy pequeña entonces, no pude evitar pensar que yo era como aquel castillo. Que tenía una tara y que lo que tenía que hacer era desaparecer.
Curioso pensamiento para una niña tan pequeña. Aunque si lo pienso bien, yo ya había perdido mi infancia por aquel entonces...
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