Cazadores De Sombras
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 Él Séptimo Círculo

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Melody
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MensajeTema: Él Séptimo Círculo   Él Séptimo Círculo Icon_minitimeDom Feb 21, 2010 8:15 am

Esta es una historia en la cual ya llevo trabajando algun tiempo, espero que les guste y que opinen al respecto.



Bye



Sinopsis:

Cuando mi padre adoptivo y compañero, el agente especial Volker Breclok, es asesinado, el departamento me envía en una forzadas vacaciones. Pero su plan para mantenerme fuera de los problemas y las cartas amenazantes del pasado no va muy bien, ya que el rancho de mi hermana Amber no es puramente paz. Una banda esta ensañada con expulsar de las tierras a mi hermana y a su colega Milo sin ninguna razón aparente, esto me lleva a hacer lo que mejor se hacer. Patear traseros y conseguir las repuestas como lo hice en la época en El Séptimo Círculo.
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Melody
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MensajeTema: Re: Él Séptimo Círculo   Él Séptimo Círculo Icon_minitimeDom Feb 21, 2010 8:16 am

Prologó



Cuando la policía llego estaba sentado en la escalinata del bar El séptimo círculo, siempre me había gustado el nombre del bar de Kasch. Por fuera estaba decorado con círculos de fuego y unos demonios, y por dentro no variaba mucho el estilo, todo con referencia al infierno. Había pasado la mayoría de mi tiempo aquí, leyendo tras los bastidores y husmeando en la cocina, donde Oscar me daba a probar su última creación para la noche. Tal como el bar, la comida también era temática.

Hacía frío y estaba cansada, sin mencionar la ropa toda sucia y llena de sangre. La sangre no era mía, el probable que fuera del tipo ese con el bate o de Oscar, o al que le pegue, la verdad es que tampoco me importaba mucho.

Uno de los policías se acerco hasta donde uno de los paramédicos de había dejado cubierta con una manta y chocolate caliente de mala calidad.

-Soy el agente especial Volker Breclok y tengo algunas preguntas que me gustaría que contestaras – me dijo. Era bastante parecido a lo que me había dicho el resto, pero este no era policía, aun que lucía como una, con este aire tan peculiar que tiene algunos.

- De acuerdo – le dijo. ¿Qué más poda hacer? Solo tenía doce años y me quería ir a donde fuese que me tocara.

-¿Cuál es tu nombre? – me pregunto y saco una libreta y un bolígrafo.

-Galatea Stolojan – le dije. Lo anoto en su libreta

-¿Cuántos años tienes? – más de rutina

-Doce, cumplo trece el próximo mes – por alguna razón me pareció importante remarcar eso.

-Eres muy joven ¿Qué relación tenias con Kasch? – pregunto

-El era algo así como mi tutor – le dije. Cosa que estaba muy cerca de la verdad, no era necesario decir que también era algo así como mi jefe.

El policía enarco una ceja - ¿Dónde están tus padres?

-Muertos, pero no aquí. Murieron cuando era aun pequeña, y Kasch se ha hecho cargo de desde entonces de mi – le dije. Asintió

-¿Qué fue lo que paso aquí? – me pregunto y le relate todos los hecho con lujo de detalle.

Le dije como llegaron los tipos de Baldwin y destrozaron todo. Como Oscar me oculto en la oficina de Kasch, cundo saque las manoplas que me iba a dar para mi cumpleaños del cajón y como le destroce la cara al tipo que trataba de pegarle un tiro a Giselle. Como luego Oscar murió en mis brazos pidiendo que me escondiera hasta que llegara la policía. Como El último círculo se convirtió en el infierno conmigo dentro.

Hace un par de semanas si un policía o agente especial o lo que fuera, me hubiera preguntado algo, yo no habría dicho ni pio. Conocía mis derechos y no podían hacerme nada, ni siquiera acusarme de desacato a la justicia. Pero después de lo que me había dicho Oscar en la oficia, hablar con ellos era lo que más que convenía. Si por algún motivo, la gente de Baldwin me pillaba, estaba jodida. Sabía demasiado de todo para mi propia seguridad.

Tal vez se pueda acusar a Kasch de egoísta por haberme metido en todo esto, en dejarme saber tanto, pero yo no lo veo así. A los cinco quise saber que era lo que hacia Kasch y como él no me quería contar, ni nadie me decía nada, tuve que investigar por mi cuenta. Ya sabía leer, por lo que no costó mucho entrar en su oficia y ver todo lo que había en su ordenador y sus carpetas. Mi memoria fotográfica me impide olvidar cualquier cosa que haya visto y todo el descubrimiento de los contrabandos que realizaba Kasch me dejaron sorprendida. Fui descubierta cuando el mismo Kasch entro en su oficina y me vio, allí mismo le pedí que me dejara participar.

-Yo también quiero ser de los malos – le había dicho

-No es una buena idea princesita, no es tan divertido como parece – me dijo él con tono condescendiente.

-Claro que lo es. Ustedes la pasan bien todo el tiempo además, la idea de contrabandear libros me gusta mucho, lo de las armas no es muy divertido, pero no importa. Vamos Kasch yo quiero, se mucho que te podría ayudar – y era cierto.

Serafín, el hijo de uno de los muchachos malos de Baldwin era amigo mío, le encantaba presumir de los negocios de su papá y de las historias que escuchaba de los demás del clan Baldwin. Hacia un tiempo había descubierto como usar la copiadora, y uno de mis experimentos eran unos papeles que Serafín me había dado.

Cuando se los mostré a Kasch vio que eran recibos, contratos y cosas por el estilo. Y después de mucha insistencia y pruebas por mi parte de que podría ser útil, me acepto y comenzaron a entrenarme en combate.

Con el tiempo fui ganando la confianza de Kasch, y como el olvidaba la mayoría de las cosas, pronto andaba con él para todas partes mientras yo hacía de grabadora andante. Sabía todo lo que entraba, lo que salía, se gastaba, invertía, todo. Y como un bono a todo esto, encontré que los libros de leyes eran muy interesantes. Así que en resumidas cuentas, sabía todo de los negocios de Kasch y todo para evitar a los federales.

Cuando termine de contarle todo el policía guardo silencio durante un momento.

-Creo que deberías venir con nosotros señorita Stolojan – me dijo

-Claro, no quiero que me encuentren los otros – le dije y me pare.

-¿Los otros? – me pregunto

-Si los de Baldwin descubren que sobreviví, me buscaran. Querrán que les diga todo y no creo que sea por buena manera oficial. Ir con ustedes es la opción más segura en este instante – le dije y comencé a caminar hacia el bar.

Antes de que comenzara el ataque habíamos recibido una llamada de la casa, Baldwin ya había pasado por ahí y había prendido fuego a todo.

-Si no le importa me gustaría llevarme algunas cosas, dudo que vuelva – le dije y el asintió

-Gracias – entramos.

Me lleve la maleta que Giselle siempre me obligaba a tener preparada “es para emergencias, cielo” y esto era una emergencias. Dentro estaban mis tres libros favoritos Sherlock Holmes, La guía de leyes federales y un compilado con las mejores obras de Edgar Allan Poe; tres mudas de ropa completa, zapatos, dos dagas, dinero y un sobre cerrad que me había entregado hacia un tiempo Kasch.

Con esto como únicas pertenecías y las manoplas dentro de mis bolsillos, me fui acompañada del oficial. Cuando nos subimos al coche mire hacia El ultimo circulo, parecía un verdadero pandemónium, con patrullas, ambulancias, personas yendo de un lado a otro, personal forense vomitando y algunas otras personas llorando. Entre las caras tristes distinguí una en especial. Serafín estaba cerca de la entrada retenido por dos oficiales que le impedían el paso hacia la escena, estaba llorando y gritando. Quería pasar y ver el cuerpo de su padre muerto. Cuando se encontró con mis ojos se cayó y dejo de patalear. Vio donde iba y con quien iba, sus ojos pasaron de estar desesperados a llenos de ira. El auto giro en la esquina y quede con el último vistazo de mi antiguo hogar. El bar hecho un desastre, la policía llenando el lugar y Serafín odiándome por irme con el enemigo supongo que eso no se podía considerar como un buen inicio.

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Melody
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MensajeTema: Re: Él Séptimo Círculo   Él Séptimo Círculo Icon_minitimeVie Feb 26, 2010 8:07 am

Capitulo 1 Él Séptimo Círculo Lol



Siempre perdía a quienes quería. Primero mis padres, Kasch y ahora a Volker. Él se había hecho cargo de mi desde esa fatídica noche en El ultimo circulo, me había llevado a su casa, presentado a su familia y adoptado como hija.

Odiaba los funerales, los de la agencia eran los peores. Ver a tus compañeros tiesos en un cajón era terrible, porque probablemente habías estado bromeando con ellos hacia menos de media hora. Pero ver a Volker, al hombre que había sido como mi padre… era horroroso. Amber, mi hermana adoptiva lloraba hecha un aspersor a mi lado.

Cuando fue el momento de dar las condolencias toda la agencia se encontraba aquí, además de algunos policías, forenses y personal judicial. Volker era un hombre muy querido y uno de los mejores agentes que conocí jamás.

-Sabes que cuentas con todo mi apoyo Gala. Vamos a extrañas mucho a Volker – me dijo Conrad Bauer, el era uno de los muchachos de la agencia.

-Gracias Conrad – le dije y lo abrase.

-También cuenta con mi apoyo señorita Breclok – le dijo a Amber y se fue.

Así seguimos un rato hasta que le toco el turno al capitán.

-Agente Stolojan, señorita Breclok, mis más cíceras condolencias. Su padre era un hombre excelente y un agente ejemplar – dijo y luego nos dio la mano a ambas – Stolojan, me gustaría verte en mi oficina mañana, si no te molesta.

-Claro capitán – le conteste.

La regla de Volker era: no importa lo que ocurra, sin importar en la mañana te presentaras a hace tu deber. Cuando uno de los nuestro moría yo podía hacer eso. La muerte había estado presente en mi vida de temprana edad, pero perder a Volker no estaba ni de cerca con eso. Cuando había perdido a Kasch me había dolido, pero lo Volker me había destruido. No solo era mi compañero, era mi padre, mi amigo y mi salvador. Sin él había una gran probabilidad de que los del clan Baldwin me hubieran atrapado hacia años.

Esa noche no podía dormir, así es que me levante y fui a la cocina a buscar algo para comer. Mi apartamento era pequeño y central, tenía dos cuartos, un baño, cocina y una sala. Estaba amueblado en un estilo sencillo y moderno. Hacia no más de dos días Volker había estado sentado en mi mesa tomando café conmigo y hablando de un caso. Recordar no ayudaba mucho.

Saque una botella de limonada y un pote de helado. Decidí que necesitaba despejarme un poco, fui hasta la sala y prendí la lámpara que estaba sobre mi butaca purpura, tome un libro y me dispuse a perderme entre las palabras sobre cómo crear bombas con elementos comunes. No llevaba más de dos páginas cuando mi celular sonó.

-Stolojan – nada podía ser bueno cuanto te llamaban a las tres de la madrugada.

-Tenemos un problema, sé que no es un buen momento pero es importante que vengas a la brigada – me dijo el nuevo chico de la unidad, Alan Farwood.

-Okey, estoy allá en quince minutos – le dije mientras me paraba.

-La mentó lo de tu padre – dijo

-Nos vemos – corte y fui a despertar a Amber.

Amber se estaba quedando en mi casa mientras duraban el funeral, se irían en un par de días. Ella vivía en un rancho como a un día de aquí, criaba y entrenaba caballos, además de ayudar a los que tenían problemas de comportamientos. Yo lo llamaba “la guardería de Amber” había visto lo que hacía, y parecía entre una guardería y un psiquiatra, hasta los caballos estaban locos.

-Amber, Amber despierta – le dije mientras la sacudía.

-Vamos reacciona Amber, me tengo que ir – se comenzó a mover

-¿Qué pasa? – dijo con voz somnolienta

-Tengo que ir a un asunto del trabajo ¿Estarás bien sola? – le pregunta

-Sí, claro. Ve y acaba con los malos – me dijo y se volvió a dar vueltas para dormir.

Suspire y le escribí una nota que deje en el comedor. Dudaba que se acordara de nuestra conversación en un par de horas.

Me vestí con pantalones negro y una blusa purpura y cacheta negra. Estábamos a final de otoño, por lo que me puse unas botas negras con tacón mediano. Me peine y tome mi bolso. Busque S&W[1], las llaves del auto, las de la casa y salí.

La Agencia Contra el Crimen Organizado y Contrabando o la ACCOC, no estaba a más de diez minuto de mi casa, y sin tráfico estaba como a siete. Llegue en tiempo record y entre directo en la oficina general

-¿Qué pasa? – le pregunte a Eva Bonaric. Eva era pequeña y de cabello negro rojizo ondulado hasta los hombros. Tenía una tez color café con leche. Siempre usaba algo de color verde y zapatos bajos, excepto para cuando salíamos a bailar, allí llevaba unos zapatos con unos tacos increíblemente altos.

-Llego una nota relacionada con el caso Petrescu - me dijo

-Y bien ¿Dónde está? – le dije

-La tiene laboratorio, el jefe quiere hablar contigo Gala – me dijo y me entrego una taza de rico y humeante café.

-Gracias –comencé a caminar hacia el despacho del capitán con Eva a mi lado

-¿Cómo estás? – pregunto antes de entrar

-Bien, no he dormido mucho, pero ¿Cuándo lo he hecho? – le dije y entre.

Sentado sobre su mesa y refunfuñando al teléfono estaba el agente especial Jackson Taurus. Media uno ochenta, delgado y de pelo negro con algunas manchas grises. Con brazos como los de un nadador y manos con manicura. Cuando llego con la manicura la primera vez los chicos habían reventado de la risa. Tenía un sentido del humor tan malos como su sentido de la moda. Hoy llevaba un traje gris arrugado con una camisa amarrilla y corbata verde limón, y rematando, zapatos azules.

-¿Te vestiste a oscuras capitán? – le dije cuando colgó el teléfono. Frunció el ceño y no contesto

-Llego una nota relacionada con el caso Petrescu – me dijo

-Sí, ya lo sé ¿Qué es lo que dice? – suspiro antes de pasarme un papel.

-La original esta en laboratorio, esa es una copia. Léela – me dijo



Queridos amigos de la ACCOC:

Lamento lo que le ocurrió a su compañero, pero eso le paso por intruso. Como saben, la curiosidad mato al gato, y al agente ¿no?

Les recomiendo que para que no pierdan a la mitad de su unidad dejen de meterse en las cosas que no son su problema, no queríamos que alguien más pueda salir herido. Y menos alguien tan importante como la señorita Galatea, eso sería trágico.

Saludos cordiales y mis condolencias princesita.



Quede congelada. Mis ojos estaban fijos en la nota. O dios mío. No, esto no… no, no podía ser. Las únicas personas que me llamaban princesita había sido Kasch y algunos chicos, pero todos los otros lo conocían, sabían que me llamaban así.

A ver, a ver, tranquila respira, respira. No puedes hacer una escena de pánico en el trabajo, Volker no te enseño para esto, no. Esto solo podía ser enviado por alguien que me conocía antes. Pero la mayoría de ellos habían muerto o en la casa o en el bar. No sabía quiénes habían quedado con vida, podía ser alguno de ellos con resentimiento hacia la protegida de Kasch que se había pasado al otro bando. O pero, podía ser algún ex enemigo de Kasch ¿Pero quién?

-Stolojan, ¡Stolojan! ¡Gala! – la voz de Taurus me saco de mi ensoñación

-Lo siento – dije

-¿Estás bien? Estas un poco pálida – me dijo Eva

-Estoy bien ¿Cuándo llego? – le pregunte al capitán

-Cinco minutos antes de que te llamaran ¿Sabes de quien podría ser? – me pregunto

-Tengo algunas ideas pero… ha pasado tanto tiempo. Si alguien me quería me hubiera buscado hace años, cuando recién me fui, no ahora ¡Doce años después! – les dije

-¿Por qué te buscarían? – me pregunto Eva.

Eva no sabía sobre mi pasado. No era algo sobre lo que me gustara hablar mucho. Taurus sabia por que había estado allí el día en que Volker me encontró, él había estado trabajando en ese caso.

-Es una largo historia – le dije - ¿Sabes que Volker no era mi papá biológico, cierto? – asintió

-No compartían el mismo apellido, pero ya sabes – y se encogió de hombros. Claro que sabía, eso no era algo que uno preguntara abiertamente.

-Hasta los doce años estuve en el clan de Kasch, el me crio – los ojos de Eva se ampliaron – después del desastre de El séptimo circulo Volker me encontró y me cuido. Hasta ese momento había sido la protegida de Kasch.

-O dios mío – dijo - ¿pero porque te buscan?

-Conocía cada uno de los negocios de Kasch, cada inversión, cada contacto, cada trato. Todo, absolutamente todo sobre el clan de Kasch. Y como participe en el, conocí a muchos otros peces gordos de las mafias. Supongo que a alguien le pareció que era mucha información para una sola persona – le dije –aun que encuentro extraño que me amenacen ahora. Como dije, han pasado doce años, llevo media vida fuera del negocio. Si me querían callar, lo hubieran hecho cuando era una niña, no una agente federal.

Eso era chocante, pero lo que lo empeoraba era el uso de mi antiguo apodo. Eso me hacía sentir culpable de cierta manera. La mitad de mi vida vi a la ley del lado de los malos y ahora yo formaba parten de los malos. Este había sido un gran dilema en mi vida. En un principio me sentía pésimo, le estaba dando la espalda a todas las enseñanzas de Kasch, todo lo que creía, todo lo que había vivido. Pero visto desde el punto de visto de Volker no estaba mal, el me había ayudado a ver que con esto hacia más bien que antes.

-¿Qué hacías antes? – me pregunto una vez mientras le explicaba mi disyuntiva

-Ayudaba a Kasch con los negocios y entrenaba – le dije

-Ahora también entrenas, y tus conocimientos me han ayudado a resolver un par de casos. Lo vez, además sabes lo peligroso que era permanecer allí Galatea – dijo y me rodeo los hombro con los brazos.

-Estas a salvo y del lado correcto Gala, no tienes por qué sentirte mal – me había besado la cabeza – sabes, si pudiera le daría las gracias a Kasch.

-¿Por haber inventado la carne a la diabla? – le pregunte. Amaba la carne a la diabla, Oscar la preparaba con cara, chachos y una cola. Con mi respuesta Volker se rió.

-Tal vez. Pero sería principalmente por haber cuidado de ti, y haberte convertido en una maravillosa muchacha, con problemas de conducta pero igualmente maravillosa – me había dicho.

Las lágrimas escocían en la parte de atrás de mi garganta. No, no lloraría. No enfrente de mis colegas.

De hierro, soy de hierro.

Sacudí la cabeza y volví a los problemas de ahora.

-¿Qué vamos a hacer? – pregunte

-Primero me gustaría hablar contigo Stolojan, en privado – dijo. Eva asintió y cerró al salir.

-¿Qué vamos a hacer? – volví a repetir la pregunta

-Tú, nada. Nosotros, ya veremos – dijo y se fue a sentar tras su escritorio. Me senté en la silla que había frente a este.

-¿A qué te refieres con “nada”? – le pregunte

-Te había llamado para mañana por que había un tema que quería tratar contigo. Pero esto acelera las cosas – suspiro y me miro directo a los ojos. Esto no podía ser nada bueno.

-Quiero que después de que captures a John te tomes unas vacaciones – la oficina quedó en un grueso silencio.

-¿Qué idiota plan de mierda es ese? No me voy, no después de esto. Como crees que me iría si estos malditos de la nota mataron a Volker. No me iré Taurus y lo sabes – le dije y me cruce de brazos. Ni de coña me iría, no ahora que tenía una pista clara que seguir. Sabíamos que esto estaba relacionado con el caso Petrescu, pero no teníamos nombres y esto nos lo podrían dar.

-Primer voy a hacer como que no te oí decir ninguna palabrota. Segundo, te irás de vacaciones – levanto la mano antes de que pudiera replicar – esto estaba decidido desde antes de la nota. Cuando Volker murió, sabía que te volcarías en busca de su asesino o de alguien a quien culpar. Llevas dos años sin unas vacaciones de verdad y una semana fuera no cuenta.

-Esto no es junto – él continuo como si nunca hubiera hablado.

-Con Volker llevaban mucho tiempo en el caso Petrescu, necesitas descansar, relajarte, tomar nuevo aire. Stolojan esto es por tu bien, necesitas tener la cabeza vacía para trabajar. Y la muerte de Volker ni el retorno de tu pasado ayudan en eso – lo peor era que tenía razón. Demonios

-Taurus, sabes que te respeto como jefe, como amigos y como una figura familiar. Pero necesito buscar a los imbéciles que me quitaron a Volker, el era mi única familia. Amber es mi hermana y todo, la quiero mucho, pero no es lo mismo. Volker fue mi padre, en todos los sentidos, le debo más de lo que puedas pesar, si no los atrapo yo… - no era necesario terminar la frase. Taurus me entendía.

A Taurus le habían matado a su esposa cuando yo no llevaba más de dos semanas en la unidad. Lo vi obsesionarse con el caso, ver pistas donde no las había y culpar a quien se le cruzara. Luego de seis meses de trabajo infructuoso pillo a los asesinos de su esposa. Los encarcelo y ahora cumplen cadena perpetua sin derecho de nada.

-Por experiencia propia te lo digo, no te hará ningún bien quedarte. Vete y descansa, despeja tu mente de todos los problemas y cuando vuelvas pillas al cabrón y lo metes preso. Eres una chica lista y testaruda, es imposible que se te escape. Además te quiero lejos de cualquier mafioso resentido Galatea, se lo debo a Volker – ma había llamado Galatea. Demonios esto era una lucha perdida.

Bufe

-¿Por cuánto tiempo? – le pregunte. Taurus sonrió de forma que me recordaba al gato de Alicia en el país de las maravillas.

-Dos meses – demonios.




[1] Smith & Wesson, marca de arma.
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